El Pleno de las Cortes de Castilla y León aprobó este jueves 17 de marzo la creación de UNICYL, con un cambio de nombre: ahora pasará a llamarse Universidad Privada Internacional de Burgos. Así se solventa una de las críticas al proyecto, referente a su nombre, intencionadamente confuso sobre su pertenencia a la región castellano-leonesa, si bien esta era la crítica más peregrina.

El Pleno de las Cortes de Castilla y León aprobó este jueves 17 de marzo la creación de UNICYL, con un cambio de nombre: ahora pasará a llamarse Universidad Privada Internacional de Burgos. Así se solventa una de las críticas al proyecto, referente a su nombre, intencionadamente confuso sobre su pertenencia a la región castellano-leonesa, si bien esta era la crítica más peregrina. Por otro lado, la empresa educativa se sigue promocionando con las siglas de UNICyL.

Si pasamos a críticas más profundas, ninguna de ellas resuelta, desde la empresa promotora ya se plantea la recepción de 1.207.500€ en subvenciones de dinero público, todo ello en un contexto crítico en el que la financiación de las Universidades Públicas se precariza. Unido a este, también se crea un problema de fondo, en el que una institución con fines exclusivos de lucro ofrece títulos a distancia paralelamente a la oferta educativa de cuatro universidades públicas, más otras cuatro privadas. Esto, en el contexto de competencia mercantil que impone la Estrategia Universidad 2015, está obligando a las autoridades académicas -a priori en contra de la creación de esta universidad privada- a acatar el sistema de competencia entre universidades que, entendemos, ataca desde su base los principios de la educación pública.

http://www.au.uva.es/spip.php?article154