El Tribunal Supremo ha confirmado que los planes de gestión del lobo en Castilla y León vulneran las leyes nacionales y europeas.

LA CAZA ILEGAL DE LOBOS AL SUR DEL DUERO DEBE TENER CONSECUENCIAS POLÍTICAS.

Ecologistas en Acción pide el cese del director general del medio natural de la Junta Castilla y León y el jefe del servicio de espacios naturales

 

Ecologistas en Acción ha pedido el cese inmediato del Director General de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, y del Jefe del Servicio de Espacios Naturales, José Ignacio Molina.

Ecologistas en Acción ha pedido el cese inmediato del Director General de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, y del Jefe del Servicio de Espacios Naturales, José Ignacio Molina. Considera que son los principales responsables de que desde el año 2008 se haya permitido la caza ilegal del lobo ibérico (Canis lupus) al sur del río Duero, vulnerando tal y como acaba de confirmar el Tribunal Supremo, la legislación europea y española sobre naturaleza, lo que ha puesto en peligro la conservación de esta especie protegida.

El Plan de Conservación y Gestión del Lobo aprobado por la Junta de Castilla y León en 2008 tuvo como fin principal articular una normativa que permitiera la caza del lobo en toda la Comunidad. Un plan desarrollado a a pesar de que la Directiva europea Habitats (Directiva 92/43/CEE relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres) prohíbe la caza al sur del río Duero, donde la población de lobo ibérico está considerada como especie prioritaria y requiere de la máxima protección posible.

Desde la aprobación del Plan del Lobo, el cupo de lobos a cazar establecido al sur del Duero ha sido de 60 ejemplares, mientras al norte de este río se ha autorizado la caza de 613 ejemplares, demostrando que la única vía de gestión del lobo ibérico para la Junta de Castilla y León sigue siendo la misma que en el siglo XIX: la erradicación a tiros. Ello a pesar de que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ya declaró en 2009 la ilegalidad del Plan del Lobo en todo lo referido a la caza de esta especie protegida al sur del río Duero.

Según la Junta de Castilla y León, los ejemplares de lobo finalmente abatidos al Sur del río Duero entre 2008 y 2012 han sido 20, que junto a los 208 matados en el resto de Castilla y León, y sin contar los ejemplares víctimas de accidentes o furtivismo, configuran un panorama desolador de la política de conservación del lobo ibérico en Castilla y León, adoptada por la Dirección General del Medio Natural para satisfacer los intereses del lobby de la caza.

Para los ecologistas, la irresponsabilidad que supone haber autorizado la caza de decenas de lobos y de haber abatido al menos una veintena al sur del río Duero cuando estaba prohibido y a sabiendas de la interpretación judicial de la Directiva de Hábitats debe conllevar el cese inmediato del Director General del Medio Natural y del Jefe del Servicio de Espacios Naturales de la Junta de Castilla y León, que además están pendientes de juicio por falsificar informes ambientales en el caso de la Ciudad del Golf en Las Navas del Marqués (Ávila).

En el siglo XXI la mayoría de la población piensa que el hombre debe aprender a convivir con el lobo. Se deben buscar medidas que faciliten la coexistencia de esta especie tan emblemática, y aplicarlas. La retórica de la Junta también va en este sentido, pero la realidad es que el lobo sigue siendo un animal perseguido, no sólo de manera furtiva, sino también permitida e incluso realizada por la propia Administración.

Ecologistas en Acción considera que se debe dar prioridad a otras medidas para minimizar la conflictividad de la especie con los usos ganaderos extensivos:

– Se debe indemnizar adecuadamente y con rapidez a los ganaderos por las bajas sufridas.

– Se debe subvencionar la implantación de adquisición de perros mastines, el pastoreo, así como la instalación de vallados en fincas donde duerma el ganado.

– Se debe disminuir la presión cinegética sobre otros mamíferos (ciervo, corzo, jabalí, conejo, etc.) para que el lobo no se vea obligado a alimentarse de ganado.

– Se debe fomentar una imagen distinta a la decimonónica de especie enemiga, y fomentar el turismo relacionado con esta especie, como ya empieza a ocurrir en Sanabria y la Sierra de la Culebra (Zamora). El deseo de muchos ciudadanos de ver un lobo en libertad también puede repercutir positivamente en el medio rural si se orienta adecuadamente, facilitando así la convivencia con esta especie tan enigmática.

– Se tiene que fomentar la investigación científica de la especie, así como realizar un censo actualizado que facilite una gestión correcta.

– En caso de alta conflictividad, se podrían extraer ciertos ejemplares para su suelta en otras zonas donde aún no se haya recuperado.

 


Fuente: Ecologistas en Acción