65 años después del 15 de mayo de 1948, cuando cerca de 750.000 palestinos y palestinas comenzaron su éxodo, expulsados ​​de su lugar en el mundo, los dueños lo han querido celebrar. Y no algunos de los dueños sino todas y todos los dueños: los que nos dejan fuera de casa, las que nos contratan sin contrato, los que nos niegan la sanidad, las que especulan con derechos básicos, los que nos niegan cualquier posibilidad de futuro, las que nos torturan y nos acusan falsamente, los que nos dañan la vida, las que envían robots pegadores a reventarnos la cabeza cuando no les obedecemos ...

Es así que los amos y las amas de siempre celebran la «naqba», el día de la «destrucción» del pueblo palestino. A la vez que conmemoran la «naqba» se ríen de nuestro propio 15M, del de hace dos años, cuando cientos de miles de personas tomaron las plazas y espacios públicos de este país y de otros hartas de ladrones y chorizos, de amos y de amas.

Es así que los amos y las amas de siempre celebran la «naqba», el día de la «destrucción» del pueblo palestino. A la vez que conmemoran la «naqba» se ríen de nuestro propio 15M, del de hace dos años, cuando cientos de miles de personas tomaron las plazas y espacios públicos de este país y de otros hartas de ladrones y chorizos, de amos y de amas. Era sólo el comienzo de uno de los movimientos populares más importantes y trascendentes de este trozo de siglo XXI que hasta ahora hemos transitado, básico para entender el actual ciclo de luchas sociales en los Países Catalanes o al menos entender sus actuales formas, y es por ello que la celebración de los dueños tiene a la vez una importante cantidad de ironía e incluso de cinismo en decirnos a la cara con una amplia sonrisa que ellos siguen mandando.

A nivel internacional, uno de los actos de celebración más destacados tenía lugar el mismo día 15 en Ondarroa, donde un muro humano de desobedientes hacía 118 horas que impedía que una parte de uniformados vestidos para hacer daño detuvieran a Urtza Alkorta, una joven condenada a cinco años de prisión acusada de colaboración con banda armada y que se autoinculpó de este delito después de ser torturada durante su detención. La Ertzaintza echó primero pacíficamente y luego con golpes de porra y violencia a la gente que pacíficamente practicaba la desobediencia civil y ponía su cuerpo entre la cárcel y Urtza, que ha acabado cerrada.

Al nivel de los Países Catalanes, sin embargo, la celebración había comenzado mucho antes porque, como ya es bien sabido, nos gusta celebrar las ocasiones que lo valen tanto como podemos. Por ello, los actos arrancaron en Burjassot, con dos días de actividades «festivas» de categoría. Primero, el 13 de mayo, un grupo de iletrados ensuciaba con pintura azul la estatua dedicada a Vicent Andrés Estellés y, al día siguiente, el 14, otro grupo-o quizá no era «otro» – irrumpía violentamente en un acto público de recuerdo al más grande poeta valenciano y catalán del siglo XX para reventarlo. Eran miembros de España 2000 y del Grupo de Acción Valencianista y demostraban con esta unidad de acción que blaverismo es españolismo con un ligero toque azulado. De hecho, eran sólo actos previos a la traca final, que debía tener lugar en la valenciana capital, en las Cortes Valencianas, que el mismo día 15 prohibían el uso del nombre del país que dicen representar, Valencia, y donde un pieza del PP comparaba el proyecto de los Países Catalanes con la Alemania nazi. ¡Bravo!, Y es que cuando nos ponemos … nos ponemos.

Pero no sólo de símbolos, poesía y palabras vive la bestia y menos aún las amas y los dueños de la bestia. Por ello, a las siete de la mañana del mismo 15, se añadía a la conmemoración Xavier Trias, alcalde barcelonés de CyU, que hacía desalojar el edificio municipal reabierto hace unos días en el barrio de la Ribera para A las Barrikadas para conmemorar el 15M de hace dos años y acoger familias desahuciadas al tiempo que se proyectaba un centro social. En Salt también se añadían a la fiesta, y de noche y a escondidas, operarios del Servicio de Aguas de Girona, Salt y Sarrià de Ter cortaban el agua a los habitantes del edificio ocupado en la localidad por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Cuando los habitantes del bloque intentaban recuperar el servicio de agua, bocados sin identificación los echaban y dejaban claro que hacer frente a «la Caixa» en este país está perseguido y penado.

La Audiencia Nacional de Madrid no se quedaba atrás y el mismo 15M el juez Santiago Pedraz enviaba a los Mossos a registrar el Ateneo Libertario de Sabadell, sede de la CNT local y lugar donde se reunía la asamblea del 15M. En este caso, el secreto de sumario hacía complicado saber de qué se acusaba la entidad o las personas detenidas en diversos lugares del Bages, Gracia … Lo que quedaba claro era que ninguno de los que no cuadraban con los proyectos de los dueños se quedaría sin su «fiesta».

Pero puestos a ser madrugadores, los que más lo habían estado eran una vez más los mozos, que una vez más trabajando para los dueños y su especial celebración, eran enviados por un juez de Cerdanyola a reventar un proyecto agrícola de autogestión de referencia, Can Piella. Los de la porra se presentaban con veinte furgonetas, excavadoras, grúas y aplanadoras para echar a la gente que desde hacía tiempo estaba construyendo un proyecto agroecológico alternativo pero sobre todo posible y real. La masía es propiedad de los vampiros del Grupo Alcaraz, unos dueños que escoltados por los Mossos visitaban la masía por primera vez en su vida mientras hasta cinco personas eran detenidas por mostrar su solidaridad.

Tal como se puede ver, un amplio programa de actos y celebraciones que esperamos que se acabe ya pero que a la vez deja claro que no importa la chapa que lleve cada uno de nosotros porque para los dueños todos somos objetivo, su objetivo de guerra. Tienen tan claras las prácticas y las teorías de la unidad popular, de la confluencia de movimientos, de la infectación o como quiera decirle que cuando se ponen, se ponen y van a por todas. Quizás tendremos que aprender un poco y eun 15M de 2014 que, como decía V, «no olvidarán nunca». O eso o esperar que los actos que programen para el año que viene nos cojan confesadas. Y confesados.

Jordi Martí Font


Fuente: Jordi Martí Font