En unos días asistiremos a las celebraciones de los 25 años de la inauguración del primer tren ave entre Madrid y Sevilla, lo que sin duda ha supuesto un antes y un después en la gestión ferroviaria.

Desde entonces hasta nuestros días hemos asistido a una burbuja de construcción de infraestructura para la alta velocidad, tan ostentosa como innecesaria, viéndose dicha construcción como una campaña electoral permanente, más que como la inversión en una movilidad eficiente y eficaz a través del ferrocarril.

Desde entonces hasta nuestros días hemos asistido a una burbuja de construcción de infraestructura para la alta velocidad, tan ostentosa como innecesaria, viéndose dicha construcción como una campaña electoral permanente, más que como la inversión en una movilidad eficiente y eficaz a través del ferrocarril. Esta construcción de infraestructura nos ha llevado a ser uno de los países que más kilómetros tiene de alta velocidad, a costa de endeudar a toda una generación, enriquecer las arcas de los magnates de la grandes constructoras, omnipresentes en todos los sectores públicos, de variar el paisaje y todo para mover a un exiguo porcentaje de viajeros del total de usuarios del ferrocarril en todo el país.

Por el contrario, la inmensa mayoría de viajeros que utilizan la red convencional a diario, han visto durante estos 25 años, la falta de inversiones, y de mantenimiento y el cierre constante de líneas y frecuencias, acompañado de una invariable tendencia a la subida del precio de los billetes, les están obligando a buscar alternativas de movilidad, o a padecer un servicio público saturado, deteriorado y constantemente amenazado de cierre por las autoridades. Desde SFF-CGT entendemos que responde a una mera cuestión política; dejar que se deteriore el servicio social, para ir echando el cierre, e ir trasvasando recursos rentables a las empresas privadas. Neoliberalismo de manual, que ya hemos visto en otros países próximos como Gran Bretaña, donde a día de hoy las empresas ferroviarias quebradas tienen que ser recompradas por las arcas públicas, tras prestar un servicio pésimo y haber exprimido todo la rentabilidad económica posible.

Los últimos indicios y declaraciones de los responsables del Ministerio, apuntan a la aplicación más neoliberal del 4. Paquete Ferroviario ( compendio legislativo de la UE), que ofrece la posibilidad de abrir el espacio ferroviario a operadoras privadas, pero que reserva la opción de seguir ofreciendo toda ella a un solo operador de referencia, público en nuestro caso. También están trabajando muy duro para apuntillar definitivamente a la sociedad pública de mercancías, tan estratégica como maltratada, y de igual manera a subcontratar y/o cerrar la extensa red de infraestructura pública de fabricación y mantenimiento. A pesar de haber estado repitiendo como un mantra, que la apertura a los intereses privados de la gestión ferroviaria y de la competencia, beneficiaba a toda la sociedad. Nada más lejos de la realidad como podemos ver tanto trabajadores, que de forma galopante padecen la precariedad en un sector que hasta hace unos años era referente de generar empleos dignos, como usuarios, cada vez más sufridores de un servicio público en fase de desmantelamiento.

Desde SFF-CGT entendemos que estos 25 años han servido para variar el paisaje ferroviario, y también la mentalidad de la sociedad, que tras los constantes cierres de estaciones, talleres, bases de mantenimiento, líneas enteras, frecuencias etc, que generan empleo de proximidad y futuro a comarcas enteras, se está organizando para revertir este modelo que nos aboga a la extinción del servicio público tan necesario, como rentable en términos sociales.

Toda esta construcción de alta velocidad, debe ser aprovechada al máximo, para ser puesta al servicio de la sociedad, mediante la aplicación de inversión en desarrollo, la creación de servicios de velocidad alta, regionales, intercalados con servicios convencionales, sin menoscabo de la actualización de toda la extensa red convencional de cercanías y regionales, que garantizan la viabilidad de comarcas, regiones y ciudades, a través de un servicio público, gestionado por y para la sociedad, y no para los intereses de un puñado de magnates de las finanzas.

SFF-CGT no va a permanecer impasible, y avanzamos que habrá resistencia y lucha intensiva por lo público, en este caso por nuestro ferrocarril público, hasta devolverlo a manos de los legítimos dueños, que es la sociedad.

SFF-CGT


Fuente: SFF-CGT