La CGT de Catalunya hace un llamamiento a su afiliación y al conjunto de la clase trabajadora a la participación en las diferentes concentraciones de la Marea Pensionista del próximo sábado 26 de mayo.

En un comunicado del Secretariado Permanente, el sindicato considera que la lucha por las pensiones públicas no está limitada a aquellas personas que actualmente las están percibiendo, sino que el conjunto de la clase trabajadora se tiene que incorporar de forma clara. Asistimos a una degradación de nuestros derechos sociales absolutamente insoportable para los trabajadores, en un Estado en el que el único baremo que lidera nuestro entorno es el lamentable primer lugar en desigualdad de toda Europa.

En un comunicado del Secretariado Permanente, el sindicato considera que la lucha por las pensiones públicas no está limitada a aquellas personas que actualmente las están percibiendo, sino que el conjunto de la clase trabajadora se tiene que incorporar de forma clara. Asistimos a una degradación de nuestros derechos sociales absolutamente insoportable para los trabajadores, en un Estado en el que el único baremo que lidera nuestro entorno es el lamentable primer lugar en desigualdad de toda Europa.

Este 26 de mayo hacemos un llamamiento a salir a la calle y apoyar las movilizaciones convocadas, a poner en marcha los procesos de movilización que consideramos necesarios y a usar todos y cada uno de ellos en defensa de nuestros intereses como clase.

MANIFIESTO DE CGT CATALUNYA 26 de mayo: No estamos en venta. Defendamos nuestras pensiones

No estamos en venta, ni nuestro futuro ni nuestras pensiones.

Somos personas y tenemos dignidad. Y tenemos el derecho a vivir. Son dos afirmaciones básicas que el capitalismo y los aparatos de los estados que le dan cobertura ponen en entredicho constantemente. Lo vemos cada día en el trabajo, donde las condiciones de trabajos penosos, los ritmos “a destajo” para conseguir salarios irrisorios y las enfermedades provocadas por el trabajo afectan nuestra salud. También lo vemos en algo tan básico como la vivienda, un derecho que el capitalismo y los diferentes gobiernos han convertido casi en un privilegio y, sobre todo, un negocio para una minoría. Y también lo sufrimos después de toda una vida trabajando, cuando nos hacemos mayores, con unas pensiones de miseria que, además de abocarnos al riesgo de ser pobres, insultan directamente nuestra dignidad. No olvidemos que, no hace mucho, la directora del FMI C. Lagarde tuvo la cara dura de quejarse de que los y las trabajadoras vivimos demasiados años.

Estos últimos meses las movilizaciones de la Marea Pensionista han tenido el acierto y la capacidad de llamar la atención social sobre uno de los principales ataques que sufrimos la inmensa mayoría de la población. Se trata del desgaste y el desmantelamiento premeditado del sistema de pensiones públicas. Un sistema que, no lo olvidemos, ya de por sí es claramente insuficiente y que desde hace años nos ha proporcionado unas pensiones de jubilación muy inferiores a la media de los países de nuestro entorno. No obstante, también estamos viendo cómo en los últimos años está habiendo una serie de ataques muy planificados por parte de los gobiernos y las grandes entidades financieras para reducirlas todavía más.

Periódicamente los grandes medios de comunicación nos presentan noticias apocalípticas sobre la supuesta quiebra del sistema de pensiones, mientras esconden que su descapitalización en gran medida se explica por la caída de los salarios, las exenciones de cotización empresarial a muchos tipos de contratos y otras transferencias de dinero al sector privado. A la vez, tampoco nos dicen por qué las pensiones no pueden depender directamente de los Presupuestos Generales del Estado, de manera similar a la sanidad o la enseñanza (o, incluso, gastos inútiles como el presupuesto de la Casa Real).

Los diferentes gobiernos de los últimos años tampoco se han quedado quietos. Recientemente hemos experimentado cómo el gobierno del PP ha desvinculado la actualización de las pensiones de la evolución del coste de la vida. Es decir, las ha desligado del IPC y vincula su incremento (o no) al PIB, hecho que ha motivado que unas pensiones que en sí mismas ya eran míseras ahora todavía lo sean más. Pero esta lluvia, además, ha caído ya sobre mojado. En enero del 2011, el gobierno del PSOE pactó con CCOO y UGT y las diferentes patronales una reforma del sistema de pensiones, las consecuencias de la cual estamos pagando hoy. Decidieron alargar la edad de jubilación, alargar la base de cotización para el cálculo de la pensión y el tiempo de cotización para tener derecho a una pensión completa. Es decir: que trabajemos hasta ser más viejos/as y que si hemos tenido una vida laboral marcada por la discontinuidad en el trabajo y por la precariedad laboral nuestras pensiones sean todavía más bajas. Como contrapartida, buscan que aquellos trabajadores/as que se lo puedan permitir, tengan que contratar planes de ahorro o de pensiones privados ante el miedo a ser pobres cuando sean mayores. Como siempre, se fomenta el beneficio de las grandes empresas financieras.

El ataque a las pensiones es una acción más de la guerra que el capitalismo, y los estados que lo amparan, mantiene contra la inmensa mayoría de la población. Un ataque que afecta directamente a  las y los pensionistas de hoy pero que también es especialmente grave para quien hoy trabaja o está en el paro e, incluso, para las y los jóvenes.

No queremos quedarnos quietas y quietos, de brazos cruzados. Llevamos la lucha y la dignidad en nuestro ADN. Por eso hacemos un llamamiento al conjunto de la CGT y al conjunto de los y las trabajadoras, con contrato fijo o en precario o sin contrato, así como a los/las paradas, a sumarse este 26 de mayo a las movilizaciones en defensa de las pensiones que habrá en el conjunto de Catalunya y el resto del Estado.

Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT de Catalunya

23 de mayo de 2018

Secretaría de Comunicación CGT Catalunya

http://www.cgtcatalunya.cat/spip.php?article12855#.WwWIHSC-nIV


Fuente: Secretaría de Comunicación CGT Catalunya