En una ciudad como Sevilla solo es posible reunirse / hablar / gritar / tomar la calle o la plaza, con temas como el fútbol (cuando suben o bajan de categoría, ganan o pierden, o sea un día si y el otro también), toros (cada vez menos), las celebraciones religiosas (Semana Santa, el Rocío y otras muchas) y por supuesto el ombligismo que no falte.

En una ciudad como Sevilla solo es posible reunirse / hablar / gritar / tomar la calle o la plaza, con temas como el fútbol (cuando suben o bajan de categoría, ganan o pierden, o sea un día si y el otro también), toros (cada vez menos), las celebraciones religiosas (Semana Santa, el Rocío y otras muchas) y por supuesto el ombligismo que no falte.

Pues en Sevilla, con todo lo anterior en la balanza, el que NUEVE (9) veces un grupo de personas hablen (intercambien opiniones, pongan en común sentimientos, proyectos, revisen y corrijan actuaciones, etc.) es TODO UN ÉXITO, sobre todo cuando el asunto que nos mueve a realizar esos encuentros/concentraciones son, fundamentalmente, nuestros muertos, aquellos que ¿aún permanecen ? tirados en cunetas, barrancos o fosas comunes en los cementerios municipales o de la iglesia desde el mismo 18 de Julio de 1936 y que en la inmensa mayoría de las ocasiones las administraciones públicas –de todos los ámbitos y colores- pasan sobre ellos sin mirar, aún hoy en día, 73 años, 2 meses y 8 días después o, también, 32 años, 5 meses y 23 días de celebradas las primeras elecciones municipales tras la muerte del dictador.

Nuestros muertos nos convocaron, a través de la CAMHA, para darles –al menos- una sepultura digna, ante la pasividad (calificativo moderado) de la administración autonómica, y de las demás, por entender que seguían sin resolver esta deuda histórica con aquellos que pusieron las bases para construir una sociedad más justa e igualitaria, e incluso para darle cuerpo a las organizaciones políticas, sindicales y sociales que hoy se declaran sucesores de ellos, pero no están dispuestos a mover un solo dedo.


En Andalucía, según datos de la Junta (investigados por las Asociaciones) existen 648 fosas comunes con 53.665 víctimas mortales, aunque no especifican cuantas de estas fosas han sido expoliadas, saqueadas, destruidas o su estado actual (aquí se echa en falta la “certificación” de los concejales de cementerios de nuestros ayuntamientos democráticos y de la iglesia que aún posee cementerios, así como los “informes” de la Guardia Civil sobre las que están, o estaban, en el campo). El gobierno andaluz se plantea ¡¡por fin !! actuar sobre ellas, pero desconocemos todas las variables de esa actuación prevista – exhumación, preservación, señalización-, pues en los últimos meses el baile de responsables y opiniones han mareado, y despistado, a muchos. Aunque solo quedaran 200 fosas, al ritmo de intervención que se viene hablando en los últimos días, podemos asegurar que el trabajo no se acabaría antes de CUARENTA (40) años. Todo ello si no gana las elecciones alguien que esté en contra de las exhumaciones, o los actuales cambian de opinión.

Este sábado 26 de Septiembre a las 12 horas en la Plaza de la Gavidea de Sevilla seguiremos reivindicando las exhumaciones, pero también decidiremos la fecha en la que inauguraremos el monumento, en memoria de los fusilados (aunque nada lo indica), instalado por el ayuntamiento de Dos Hermanas en el solar que ocupó el campo de concentración de “Los Merinales”, ya que esa corporación municipal, ni siquiera se atreve a “hacerse la foto”.

CGT Andalucía