Este es un refrán español que se ha venido usando tradicionalmente durante siglos, como elemento lingüístico que refleja conformidad. Hay quienes interpretan que con esta expresión el hablante recomienda al auditorio que se conforme con la que se tiene, si no se ha podido conseguir algo mejor. Su uso es habitual y más aún en estos tiempos tan críticos donde es de sabios ajustarse a lo que toca. Y visto lo visto toca eso, “el ajustarse”.

 Verbo que en forma reflexiva viene a significar
acomodarse con precisión al vano o hueco donde una pieza debe
acoplarse con otras. También ajustar en el lenguaje de personas
dedicadas a la mecánica significa confeccionar o reparar una pieza
de forma que acabe conjuntándose con otra de manera muy, muy
precisa. El esquema lógico del refrán se sostiene en un sencillo
pero muy intencionado “A falta de …., bueno es….”.

 Verbo que en forma reflexiva viene a significar
acomodarse con precisión al vano o hueco donde una pieza debe
acoplarse con otras. También ajustar en el lenguaje de personas
dedicadas a la mecánica significa confeccionar o reparar una pieza
de forma que acabe conjuntándose con otra de manera muy, muy
precisa. El esquema lógico del refrán se sostiene en un sencillo
pero muy intencionado “A falta de …., bueno es….”.

Puestos
a analizar este asunto podemos percatarnos de dos vertientes
interesantes
por
divergentes con el significado conformista del refrán de marras. En
primer lugar podría no ser una acomodación por defecto a algo de
menor valía. La “torta” suele contener mayores condimentos que
el sencillo “pan” (no hablamos de las enormes variedades que de
él se ofrecen), lo que nos indica que si no hay “pan”, elemento
básico donde los haya en nuestra alimentación, podremos escoger
otro producto similar y de mayor valor nutricional como son las
“tortas”. Estas suelen ser condimentadas, al menos en esta
tierra, con el preciso “oro verde” que es nuestro aceite de
oliva, añadiéndole además del azúcar o miel, otros ingredientes
que le aportan sabores especiales, muy distintos al pan. Por tanto la
cuestión es más bien que “!no me quedo sin comer!” Sentido éste
que también en tiempos críticos no puede faltar, ya que ¡o me dan
“pan” o me como “las tortas”! Y además las tortas son más
caras”.

Este querer ejercer la acción directa y apropiarse de los
bienes necesarios para subsistir nos lleva necesariamente a la otra
vertiente que el refrán pudiera contener y que está referida al
significado de la palabra “torta” como manotazo. Si seguimos la
lógica del refrán encontramos una interpretación más
reivindicativa de esta expresión. ¡A falta de pan, buenas son las
tortas!, que habrán que repartir, dar, propinar, para que el pan no
falte. Un giro en esta expresión interesante en tiempos tan
difíciles. Ya que se transforma en una condicional, que además
puede tener significado adversativo (de adversario). Diríamos
entonces: Sí no hay pan, entonces tortas. Y no es cuestión de
ejercer una violencia gratuita, sino precisamente defenderse de la
enorme violencia sistémica que deja a las personas sin pan.

Sea
como fuere
, por pasiva
(acomodación) o activa (acción directa) la frase del título de
este texto viene a cuento, sobre todo cuando por simpatía nos
acordamos de aquello de “al pan, pan y al ….”.

Rafael
Fenoy Rico


Fuente: Rafael Fenoy Rico