Artículo de opinión de Emilia Moreno, Secretaria General de CGT-PV, publicado en Levante-EMV.

EMILIA MORENO – Secretaria general de CGT-PV

Terminamos el 2015 con las grandes algaradas del PP anunciando el fin de la crisis como lema electoralista para recoger unos votos que, a pesar de todo, no fueron suficientes para continuar su inexorable camino neoliberal, de venta de todo nuestro patrimonio al mejor postor y de nuestros derechos a quien más disposición tenga a explotarnos.

EMILIA MORENO – Secretaria general de CGT-PV

Terminamos el 2015 con las grandes algaradas del PP anunciando el fin de la crisis como lema electoralista para recoger unos votos que, a pesar de todo, no fueron suficientes para continuar su inexorable camino neoliberal, de venta de todo nuestro patrimonio al mejor postor y de nuestros derechos a quien más disposición tenga a explotarnos.

Y hemos recorrido ya más de una cuarta parte de este 2016 en un interminable impasse, en el que cada partido político nos trata de hacer creer que solo él tiene responsabilidad política, sea lo que sea esa responsabilidad, y solo él será capaz de sacarnos de esta crisis social, que hoy sí, y mientras necesiten nuestro voto, parece interesarles más que el Ibex 35 y sus beneficios.

Pero las realidades que vivimos cada día, las que se ocultan detrás de las noticias con que nos bombardean, continúan siendo igual de duras y sus resultados van dejando un reguero de dramas personales difíciles de ignorar, salvo mirando para otro lado.

Porque aunque las estadísticas señalen que la tasa del paro ahora “sólo” es del 21%, lo que vemos a nuestro alrededor es que, al amparo de las reformas laborales, se continúan llevando a cabo ERE que destruyen empleo estable, con salarios dignos; mientras se multiplican los contratos precarios, con sueldos notablemente insuficientes para sobrevivir, abocando a quienes los aceptan a la explotación.

Porque la tasa se incrementa hasta el 50% en jóvenes, dejando en la más absoluta vulnerabilidad a quienes intentan entrar en el mercado laboral por primera vez, que tras años de enganchar un contrato basura a otro, comprueba la imposibilidad de tener un proyecto de vida digna, y en muchas ocasiones lo busca en otros países.

Porque la marcha de quienes deberían ser nuestro futuro profundiza en la crisis en la que nos han sumergido, estrangulando una economía mustia, sustentada por una población más y más avejentada.

Porque el fondo de nuestras pensiones, en el que se recogen las cotizaciones que hemos venido aportando a lo largo de nuestras vidas, cada día está más mermado, porque lo están utilizando para comprar deuda que maquille sus estadísticas y poder anunciarnos el falso fin de la crisis. Y así, mientras el elevado paro juvenil genera mano de obra barata y sumisa, alargan la vida laboral de quienes deberían dejarles su puesto, y ahorran dinero en prestaciones pasivas.

Porque el desempleo y la precariedad siguen expulsando gente de sus casas, dejando un reguero de dramas que en ocasiones concluye con la vida de quien se siente incapaz de ver a su familia en la calle.

Porque mientras nos llenan los informativos de corrupciones para nada, porque el dinero no se devuelve y tras juicios interminables y condenas irrisorias todo sigue igual; las denuncias, multas y detenciones de quienes luchan por sus derechos, por nuestros derechos van aumentando.

No podemos dejarnos engañar por cantos de sirenas: ni estamos saliendo de la crisis, ni obtendremos nada que no sea fruto de nuestras luchas como clase trabajadora unida, Hombres y mujeres, nacionales y migrantes, jóvenes y mayores hemos de reivindicar y reclamar lo que nos pertenece. El primero de mayo salgamos a la calle a reconquistar libertades y derechos.


Fuente: Emilia Moreno