El CNI estuvo al margen de las investigaciones del 11M y el Gobierno intentó utilizarlo para reafirmar sus tesis
El País publicaba el jueves una información que revela la falta de información del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre la autoría de los atentados del 11 de marzo y denuncia la utilización por parte del Gobierno de Aznar de su director, Jorge Dezcallar, al que utilizaron para intentar convencer a los españoles de que era ETA, y no el terrorismo islamista, la autora de la masacre en las vísperas de las elecciones del 14 de marzo.

El CNI estuvo al margen de las investigaciones del 11M y el Gobierno intentó utilizarlo para reafirmar sus tesis

El País publicaba el jueves una información que revela la falta de información del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre la autoría de los atentados del 11 de marzo y denuncia la utilización por parte del Gobierno de Aznar de su director, Jorge Dezcallar, al que utilizaron para intentar convencer a los españoles de que era ETA, y no el terrorismo islamista, la autora de la masacre en las vísperas de las elecciones del 14 de marzo.

Según este periódico, Dezcallar acudió en la tarde del 13 de marzo al Ministerio del Interior para comunicar personalmente al ministro Ángel Acebes lo que consideraba una prometedora pista sobre el 11M. Al regresar a su despacho, el director del CNI se encontró una llamada del secretario de Estado de Comunicación, Alfredo Timermans, sumamente nervioso. La Cadena SER estaba informando de que el CNI trabajaba «al 99% de posibilidades» en la hipótesis de la autoría islamista.

Timermans, número dos de Eduardo Zaplana, entonces ministro portavoz, pretendía que el responsable del servicio secreto desmintiera a TVE esta noticia. Faltaban pocas horas para la apertura de las urnas y resultaba cada vez más difícil convencer a los españoles de que ETA estaba detrás de la masacre. A pesar de que Dezcallar intentó persuadirle de lo descabellado de la idea, el director del CNI aceptó difundir una nota que desmentía lo que la emisora no había dicho : que el CNI hubiera «abandonado totalmente una línea de investigación en beneficio de otra u otras». Efe difundió el comunicado a las 16.50, junto a una grabación para radio con la voz de Dezcallar.

La sorpresa del jefe de los servicios secretos fue mayúscula cuando supo que la policía había detenido ya como sospechosos a dos indios y tres marroquíes a las 15.30 y a las 16.00 del sábado. Los arrestos se prudujeron antes de que Dezcallar acudiera al Ministerio del Interior y su entrevista con Acebes, quien no le dijo ni una palabra, según publica hoy el periódico El País.

Documentos desclasificados

El 18 de marzo, en el primer Consejo de Ministros después de las elecciones, Aznar decidió desclasificar dos informes del CNI : el primero, de las 15.51 horas del día 11, que consideraba «casi seguro que la organización terrorista ETA es la autora de estos atentados» ; el segundo, de las 16.04 del día 12, restaba credibilidad a la reivindicación de un supuesto grupo islamista a un diario árabe de Londres. Zaplana dijo que estos documentos del CNI «prueban y acreditan que ninguno de los miembros del Gobierno ha mentido» e insistió en que el PP «puede perder las elecciones, pero no va a consentir perder la credibilidad».

El informe se fraguó en una reunión que, a las 10 de la mañana del 11 de marzo, celebró Dezcallar con los expertos del CNI en ETA y terrorismo islamista. Tras sopesar pros y contras, los analistas del centro de inteligencia se inclinaron por la opción de ETA, pese a reconocer que la matanza suponía un «importante cambio» en su modus operandi y que había «ciertas similutudes» con atentados de integristas musulmanes.

Los analistas de inteligencia ni siquiera sabían que a las 10 de la mañana 13 se había encontrado una furgoneta en Alcalá de Henares y que a las 15.30 -21 minutos antes de que remitieran su informe al Gobierno- ya estaba en el complejo policial de Canillas, con los detonadores, la cinta con versículos coránicos y restos de un cartucho de Goma 2. Según cuenta El País, el CNI tuvo que grabar las imágenes emitidas esa noche por televisión para obtener la matrícula de la Renault Kangoo y comprobar que, en contra de lo habitual en ETA, no había sido doblada.

El día 12 por la mañana, cuando Aznar pregunta su opinión a Dezcallar, el director del CNI le confiesa : «Presidente, la investigación la lleva la policía, son ellos los que están estudiando el explosivo, el teléfono… Tenemos que esperar a ver qué dicen, yo no tengo nada nuevo en este momento».

La guerra de Iraq

En una entrevista que publica hoy El País al ahora embajador de España ante la Santa Sede, Jorge Dezcallar, y antes director del CNI, asegura que el papel de España en la guerra de Iraq aumentó el riesgo de ser objetivo de un atentado islamista, como reveló en un mensaje el 18 de octubre del 2003 el propio Ben Laden que incluyó a España entre los enemigos del islam por participar en la operación de Iraq.

Preguntado por las medidas que se tomaron tras recibir esa amenaza y los atentados de Casablanca contra la Casa de España, Dezcallar dice que el presupuesto del CNI se aumentó de 111 a 160 millones mientras el lo dirije, se incluye el terrorismo islamista entre las prioridades de la Directiva Nacional de Inteligencia y hay un aumento de personal importante. Pero «formar a la gente lleva su tiempo», responde Dezcallar.

El director del CNI asegura que durante los meses de noviembre y diciembre se estaba en alerta y se esperaba un atentado contra las tropas españolas en Iraq o intereses españoles en el extranjero, pero «nunca antes se había producido un atentado de esas características en suelo europeo». También revela el jefe del espionaje español que en los días previos al 11M se lanzó una alarma desesperada para capturar a Alekema Lamari, que resultó ser el séptimo suicida de Leganés y supuesto emir del comando, porque comenzó a repartir sus bienes y pensaron que se estaba despidiendo.

En cuanto a la autoría del atentado, Dezcallar dice que les engañó el subconsciente en los primeros momentos, porque «estabamos esperando a ETA. Sabíamos que quería amargar la salida de Aznar y lo había intentado varias veces».

Estrella Digital

Madrid