La empresa de ambulancias "acepta la improcedencia del despido" y pone a disposición del trabajador una indemnización de 9.000 euros. Al afectado, de 24 años, le fue diagnosticado un linfoma Hopkins el 4 de agosto de 2008. Esta primavera terminaba con la quimioterapia y se iba a incorporar a su puesto de trabajo.

La empresa de ambulancias «acepta la improcedencia del despido» y pone a disposición del trabajador una indemnización de 9.000 euros. Al afectado, de 24 años, le fue diagnosticado un linfoma Hopkins el 4 de agosto de 2008. Esta primavera terminaba con la quimioterapia y se iba a incorporar a su puesto de trabajo.

Cuando a alguien le diagnostican cualquier tipo de cáncer se le cae el mundo encima. Incluso en casos como el de S.A.V., de 24 años, en el que las analíticas dicen que no hay metástasis, ni estaba afectado ningún organismo.

Lo cuenta Antonio Quintana, padre del afectado. Califica como «el mejor regalo de Reyes» esa noticia de que el linfoma de Hopkins que le habían diagnosticado a su único hijo en agosto de 2007 se cogiera a tiempo. Pero, cuando habla del estado actual de S.A.V. se le quiebra la voz por teléfono.

Su hijo ha sido recientemente despedido por la empresa Aeromédica Canaria que alega : «El mantenimiento del contrato […] no se considera rentable». Las razones que esgrimen son la apertura de un expediente sancionador a S.A.V debido «a sus múltiples procesos de incapacidad laboral».

De esta forma, Aeromédica relata que desde que el afectado comenzó la relación laboral con la empresa, el uno de enero de 2005, ha estado de baja tres veces. La primera, desde el seis de noviembre de 2005 hasta el cuatro de febrero de 2006 por «accidente de trabajo».

En el parte de la Clínica Perpetuo Socorro se recoge que S.A.V. tenía «fractura del quinto metacarpiano derecho desplazada». Asimismo, especifica : «Paciente que estando en funciones de trabajo en ambulancia se ocasiona una contusión en su mano derecha con la puerta de la ambulancia, evoluciona con dolor, inflamación y deformidad».

La segunda baja que esgrime la empresa para considerar no rentable al afectado es una baja de un día, el nueve de mayo de 2007, por «enfermedad común». Antonio Quintana explica que fue una gastroenteritis.

La tercera baja comienza el 4 de agosto de 2008, cuando le realizan la biopsia del ganglio que tenía inflamado y que después resultó ser un cáncer, «hasta la actualidad».

Plazo de alegaciones

Aunque la empresa asegura que no recibieron alegaciones al expediente sancionador, el padre del afectado afirma que sí lo hicieron. El plazo era de 10 días, pero Quintana matiza que son días hábiles, por lo que si recibió el burofax de la empresa el miércoles 11 de febrero, el afectado presentó las alegaciones un día antes de que expirara el plazo, el pasado lunes 23 de febrero.

No se ha podido contrastar con la empresa si los días eran naturales o hábiles o cualquier otro detalle de este caso, a pesar de que este periódico se puso en contacto ayer con Recursos Humanos. «No vamos a hablar sobre ese tema», dijeron.

Antonio Quintana se ha convertido en portavoz de su hijo porque comenta que éste está «decaído, con depresión». Este lunes recibe el último ciclo de quimioterapia, después de lo cual pensaba reincorporarse al trabajo. Quería comenzar antes, pero «la oncóloga le ha dicho que no», debido a que en una ambulancia puede estar expuesto a virus y bacterias, y «se le pueden bajar las plaquetas».

En sus alegaciones, S.A.V. esgrime que con su despido «se está produciendo una ilícita actuación que atenta de forma flagrante contra el derecho a la dignidad de la persona ; el derecho a la integridad y el derecho a recuperar la salud ; el derecho a la igualdad y no discriminación y el derecho a causar baja médica».

Todo lo mencionado viene recogido en los Derechos Fundamentales de la Constitución Española.

En las alegaciones también menciona la relación «de carácter familiar de primer grado con Antonio Quintana, dirigente sindical destacado» de la empresa, que «actualmente mantiene un litigio con la misma ante el Tribunal Constitucional por su despido, al entender que con ello se ha violentado el derecho constitucional a la huelga desarrollada meses atrás». «Todo indica», prosigue, «que el despido encubre la causa real : extender al hijo la persecución de que ha sido objeto Antonio Quintana».

El 1 de octubre de 2007, Antonio puso una denuncia por amenazas en el Cuerpo Nacional de Policía. En ella aseguraba que otro individuo de la empresa lo llamó por teléfono para comunicarle : «Tengo que decirte, y no lo tomes como una amenaza, que tienes que estarte quietito y dejar las cosas como están, que bastante daño estás haciendo a la empresa con las denuncias a la inspección de trabajo, si no te quedas quieto y llega una próxima denuncia de la inspección de trabajo, la dirección de la empresa toma la decisión de despedir a tu hijo y atente a las consecuencias».

S.A.V. ya se ha puesto en contacto con un abogado y el lunes presentará una demanda contra la empresa, adelantó ayer su padre, Antonio Quintana.

Con 24 años, el afectado, que tenía la categoría de camillero en la empresa Aeromédica Canaria y desarrollaba su labor en Las Palmas de Gran Canaria, está en la calle desde el lunes pasado.

Después de luchar contra un cáncer, S.A.V. tendrá que hacer acopio de fuerzas para combatir con una empresa que no tiene escrúpulos para despedir a un empleado con cáncer porque no es rentable.


Fuente: L.C., S/C de Tenerife| www.eldia.es