El año terminó con un importante hecho en lo que a la guerra de Afganistán se refiere. Así el 30 de diciembre el médico jordano Humam Khalil Abu-Mulal al-Balawi, hizo estallar un artefacto en el interior de la base estadounidense de Khost, al este de Afganistán. Además de Balawi murieron 7 agentes de la CIA y Ali bin Zaid, perteneciente a la policía secreta jordana, conocida como Mujabarat.

El año terminó con un importante hecho en lo que a la guerra de Afganistán se refiere. Así el 30 de diciembre el médico jordano Humam Khalil Abu-Mulal al-Balawi, hizo estallar un artefacto en el interior de la base estadounidense de Khost, al este de Afganistán. Además de Balawi murieron 7 agentes de la CIA y Ali bin Zaid, perteneciente a la policía secreta jordana, conocida como Mujabarat.

De los 7 agentes de la CIA dos eran mercenarios y pertenecían a la empresa
Blackwater, que debido a numerosos escándalos, como la matanza de 17
civiles iraquíes en Bagdad en septiembre de 2007, optó por cambiarse el
nombre por el de Xe.

Al parecer la misión de estos 7 agentes secretos de la CIA era conseguir
información y elegir los objetivos para los ataques con drones, aviones
sin piloto teledirigidos desde la base de la CIA en Creech, Nevada (EEUU).
Pantalla, teclado y joystick, tan sencillo como un videojuego, pero con
objetivos de carne y hueso.

Una de las fuentes de información para obtener datos referentes a las
ubicaciones de Al-Qaeda y sus posiciones militares era Balawi (considerado
por la CIA como uno de sus principales “activos” en la guerra secreta en
la frontera afgano-paquistaní), pero en vista de los hechos no parece que
los datos proporcionados por Balawi fueran demasiado fiables, lo que
supone el bombardeo de objetivos civiles por parte de EEUU.

EEUU está realizando nuevos bombardeos como venganza por el ataque suicida
del 30 de diciembre (ya han muerto más de 20 personas), que fue a su vez
para vengar la muerte de Baitulá Mehsud, lider de Al-Qaeda fallecido en
agosto de 2009 por un ataque de EEUU.

Estos hechos, además de visualizar la desorganización de los servicios
secretos más importantes del mundo y la necesidad que tiene el ejército
más poderoso de recurrir a mercenarios, ponen de manifiesto quiénes son
las verdaderas víctimas de la guerra, que no es otra que la población
civil.

Desde la CGT consideramos inaceptable la actuación mantenida por numerosos
gobiernos con la presencia militar en Afganistán. El gasto militar es
alarmante, cada soldado norteamericano cuesta un millón de dólares al año
y el presupuesto español para mantener las tropas en Afganistán es de 365
millones anuales. El gobierno español aumentará en más de 500 soldados su
presencia militar en la zona, que según las palabras de la ministra de
defensa son para contribuir a la estrategia de “pacificación”
estadounidense. Y no se descarta otro aumento de tropas en mayo para las
elecciones legislativas previstas, que será para respaldar
“democráticamente” a un gobierno corrupto como el de Hamid Karzai y los
señores de la guerra.

Antes era Aznar-Bush-Irak y ahora Zapatero-Obama-Afganistan, distintos
personajes para un mismo discurso y un mismo objetivo, que no es otro que
la defensa a ultranza del sistema capitalista. Desde la Confederación
General del Trabajo seguimos manifestándonos contra la Guerra Global,
contra la Guerra del Capital y hacemos un llamamiento a la movilización.
Será en la calle y con la implicación de los trabajadores y trabajadoras
la única manera de parar la salvaje agresión que sufren los y las afganas.

Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT


Fuente: Secretariado Permanente de la CGT