Amnistía Internacional (AI) pidió ayer al ministro de Defensa, José Bono, que investigue los malos tratos denunciados por Flayeh al Mayali, un iraquí que fue liberado el pasado jueves sin cargos por el Ejército de EE UU tras permanecer preso casi un año como "cooperador necesario" en el asesinato de los siete agentes del CNI en Irak en noviembre de 2003. Al Mayali, traductor de español, ha declarado que sufrió "un trato inhumano y degradante" durante los tres días que fue interrogado en la base de las tropas españolas en Irak entre el 22 y el 24 de marzo de 2004.


Foto : Flayeh al Mayali, en Bagdad en agosto de 2003. (GERVASIO SÁNCHEZ)



Amnistía Internacional (AI) pidió ayer al ministro de Defensa, José Bono, que investigue los malos tratos denunciados por Flayeh al Mayali, un iraquí que fue liberado el pasado jueves sin cargos por el Ejército de EE UU tras permanecer preso casi un año como «cooperador necesario» en el asesinato de los siete agentes del CNI en Irak en noviembre de 2003. Al Mayali, traductor de español, ha declarado que sufrió «un trato inhumano y degradante» durante los tres días que fue interrogado en la base de las tropas españolas en Irak entre el 22 y el 24 de marzo de 2004.


Foto : Flayeh al Mayali, en Bagdad en agosto de 2003. (GERVASIO SÁNCHEZ)


Fuentes militares aseguran que el denunciante fue examinado por un médico tras el interrogatorio

En una entrevista publicada el pasado domingo por El Heraldo de Aragón, el traductor iraquí aseguró que fue interrogado en Base España (Diwaniyah) por cuatro agentes del servicio secreto CNI. «Me pusieron una capucha, me ataron las manos a la espalda y me pegaron bofetadas en las mejillas y golpes en la cabeza», afirma.

Tras el interrogatorio, permaneció otros dos días bajo custodia de la policía militar española. «Me metieron en una habitación muy húmeda y me impidieron dormir. Me llamaban perro cuando les pedía que me dejaran ir al servicio», asegura.

Finalmente, el 27 de marzo fue trasladado a Bagdad y entregado a las autoridades de EE UU. Durante el trayecto, agregó, los soldados españoles le insultaron y le «golpearon varias veces» con fusiles. «Desde entonces me duele muchísimo la mano izquierda», añadió.

Carta sin respuesta
Esteban Beltrán, director de AI, aseguró ayer que su organización está «bastante preocupada» por estas declaraciones, que se propone investigar y pidió al ministro de Defensa, José Bono, que también lo haga.

Beltrán recordó que, en mayo pasado, AI remitió una carta a Bono en la que le planteaba varias cuestiones sobre la actuación de las tropas españolas en Irak y mencionaba expresamente el caso de Al Mayali. En su respuesta, fechada el 22 de junio pasado, Bono no hacía ninguna referencia a este caso.

Flayeh fue acusado de «cooperador necesario» en el asesinato de los siete agentes del CNI que cayeron en una emboscada cuando regresaban de Bagdad. El CNI cree que el traductor, que trabajaba para alguno de los agentes, fue quien avisó a los autores materiales.

Durante los últimos once meses, Al Mayali ha estado preso en la cárcel de Abu Grahib, cerca de Bagdad, y en Camp Bucca, junto a Um Qasr, al sur del país. El pasado 17 de febrero fue liberado sin cargos por una comisión mixta estadounidense-iraquí. Las autoridades españolas no fueron informadas de su puesta en libertad.

El Ministerio de Defensa no dio ayer una respuesta oficial a la denuncia periodística de malos tratos. Fuentes militares indicaron, no obstante, que Al Mayali fue examinado por dos médicos militares antes y después de su interrogatorio y que ambos acreditaron documentalmente que no había sido sometido a malos tratos, lo que el propio detenido declaró por escrito. Además de los dos médicos, en las diligencias intervinieron un oficial jurídico y un policía judicial, según dichas fuentes, pero no un abogado defensor.

En noviembre pasado, al cumplirse el primer aniversario de la muerte de los siete agentes españoles en Irak, responsables del CNI aseguraron tener «serios indicios» de la implicación del traductor, aunque reconocieron que no existían pruebas y que éste jamás se declaró culpable. Respecto a testimonios en su contra, alegaron que la situación de Irak hace inviable que posibles testigos comparezcan ante los tribunales.

De hecho, Al Mayali no ha sido sometido a juicio ni ha comparecido ante ningún juez, sino que sólo ha sido interrogado por miembros de la inteligencia militar de EE UU. «Los americanos no investigan sus propias bajas, mucho menos las ajenas. Las cárceles no son para para encerrar a los culpables, sino a los peligrosos», alegan.

Al Mayali sigue defendiendo su inocencia. «Quiero decirles [a las familias de los siete agentes asesinados] que soy inocente. Sobre todo quiero que lo sepa la familia de [el comandante] Alberto» Martínez, ha declarado tras quedar libre.

Audiencia Nacional

Las tropas españolas entregaron al detenido al Ejército de EE UU en virtud del estatuto de las fuerzas de ocupación en Irak. Sin embargo, el Ministerio de Defensa no informó al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. El 13 de febrero de 2004, apenas un mes antes de la detención de Al Mayali, dicho juez acordó el sobreseimiento provisional de las diligencias por la muerte de los agentes del CNI, pero advirtiendo de que lo hacía «sin perjuicio de que, de existir nuevos datos referidos a la identidad de los autores, de la naturaleza y de las circunstancias de los hechos denunciados se pueda acordar sobre la competencia de los tribunales españoles […] y la reapertura de las diligencias»

MIGUEL GONZÁLEZ

EL PAÍS