BBVA sabía lo que compraba cuando decidió la operación UNNIM y la plantilla no debe ser quien pague "los platos rotos".

Mientras se estén repartiendo las elevadas cantidades en dividendos de los últimos años, mientras se perciban los elevados salarios extra-convenio establecidos (especialmente para algunos), no podemos permitir la salida de trabajadores del nuevo BBVA (procedan de donde procedan) en peores condiciones de las establecidas hasta ahora.

JUNTOS SOMOS MÁS FUERTES.

De forma inminente se va a producir la compra efectiva -por valor de un euro- del 100% de acciones de UNNIM de manera que, a partir de ese momento, lo más probable es que formemos parte de una sola plantilla, pese a mantener, de momento, marcas diferentes, con un destino único en el marco profesional.

Obviamente, todos somos conscientes del delicado momento en que nos encontramos, sin saber cuánto tiempo se va a prolongar. El panorama es, por tanto, complejo y complicado.

De forma inminente se va a producir la compra efectiva -por valor de un euro- del 100% de acciones de UNNIM de manera que, a partir de ese momento, lo más probable es que formemos parte de una sola plantilla, pese a mantener, de momento, marcas diferentes, con un destino único en el marco profesional.

Obviamente, todos somos conscientes del delicado momento en que nos encontramos, sin saber cuánto tiempo se va a prolongar. El panorama es, por tanto, complejo y complicado.

La empresa ya ha manifestado su voluntad de intentar abordar el proceso de la manera menos traumática posible, pero no descarta que “se haya de sufrir un poco” (Idea que no sabemos qué implica a ciencia cierta, pero que no nos gusta en absoluto).

A fecha de hoy tan sólo ha habido una reunión “Empresa-Sindicatos» con representación estatal en BBVA. Reunión protocolaria y sin ninguna noticia relevante que ha generado en algún sindicato “mucho ruido y pocas nueces”.

Dejó claro la empresa que la compra debe entenderse en “clave nacional” pese al innegable impacto “regional” de la misma. Desde el punto de vista de los números, la plantilla se duplica en Catalunya tanto en personas como en número de oficinas.

La primera idea de prejubilar 1.300 empleados –que quedó registrado en las ondas y otros medios de comunicación– no parece ahora tan clara.

En esta tesitura, desde CGT decimos alto y claro que nuestra tarea y esfuerzo se dirigirá a conseguir con el resto de fuerzas sindicales las mejores condiciones para la plantilla de ambas entidades. No está en nuestra voluntad cuestionar el liderazgo de la primera fuerza sindical del grupo, pero nos permitimos aconsejar que se descarte la tentación de actuar como “llanero solitario” en tanto que el grupo integra muchas y distintas sensibilidades. Por ello, entendemos conveniente que, en el momento de confirmarse la prevista decisión sobre la integración, dicho sindicato convocara una reunión de todas las Secciones Sindicales representadas, como primera toma de contacto para trazar la hoja de ruta a seguir, los puntos más flexibles a negociar y los que consideremos intocables, desde la perspectiva que la plantilla ya es una sola y ningún colectivo se encuentra por encima del resto.

Queremos, esa es nuestra intención, que seamos la gente de BBVA, los de antes y los recién llegados, quienes decidamos nuestro futuro. Para ello, si queremos conseguir un razonable porcentaje de éxito, deberíamos de trabajar de forma conjunta y con un único objetivo prioritario: Conseguir lo mejor para el conjunto de la plantilla con todas las aportaciones posibles, sin menospreciar ninguna, en el bien entendido que tratándose de plantilla pueden variar determinadas estrategias pero el fondo ha de ser común.

En CGT apostamos por la unidad de acción de todas las fuerzas sindicales con representación en el nuevo BBVA y por la no discriminación de ningún colectivo. Estudiaremos todas las propuestas y alternativas y propondremos también aquellas que consideremos más ajustadas en estos difíciles momentos, siempre con el objetivo de preservar los puestos de trabajo.

En esto estamos. Esperamos que nos hagáis llegar vuestras aportaciones y, también, alcanzar la unidad de acción real con las restantes organizaciones sindicales, huyendo de actos aislados que únicamente persigan la “foto” de rigor. En una palabra, estar todos juntos dispuestos a luchar, no dando nuestro brazo a torcer hasta conseguir una solución conveniente para todos.

Dicho esto, no es ahora momento de desánimo ni desfallecimiento. Hemos de ser fuertes en nuestras convicciones.

Hoja nº 24 – Julio de 2012