Confieso que hasta mediados de abril del 2003, el único Horowitz que me venia a la mente era el reconocido pianista ruso, quien llevaba muerto por ese entonces 14 años. Y su nombre era Vladimir, y no David. Pero fue gracias a un correo electrónico que recibí de una de tantas personas pro-guerra que criticaban mi constante denuncia a la invasión y ocupación de Irak, donde en tonos sarcásticos se me invitaba a visitar una dirección en el Internet con un artículo escrito por un tal David Horowitz.

Confieso que hasta mediados de abril del 2003, el único Horowitz que me venia a la
mente era el reconocido pianista ruso, quien llevaba muerto por ese entonces 14
años. Y su nombre era Vladimir, y no David. Pero fue gracias a un correo
electrónico que recibí de una de tantas personas pro-guerra que criticaban mi
constante denuncia a la invasión y ocupación de Irak, donde en tonos sarcásticos se
me invitaba a visitar una dirección en el Internet con un artículo escrito por un
tal David Horowitz.

«Bagdad está liberada. En los próximos días no olvidemos que si no hubiese sido por
esta persona, y solo esta persona – George Bush – la gente de Irak no estaría
celebrando hoy por las calles y derribando las estatuas de Saddam,» leía en parte el
articulo. Eso y mucha más acompañante-basura que se hubiese esperado de algo
escrito por Ann Coulter en su desfile por la pasarela, o graduados de su escuela de
modelaje político. Lo descarté por ridículo. pero tan solo hasta la Navidad de ese
año cuando un cliente ultra conservador me regaló una copia de «Ilusiones de la
Izquierda : Una Odisea Intelectual,» cuyo autor no era sino David Horowitz. Este
Horowitz, como si por catapulta, había zanjado la distancia de marxista-maoísta que
mantuvo en los 60 y tempranos 70, los 180 grados a un neoconservador hecho y
derecho ; el prototipo que resulta del «sueño americano» en política que trae una
sonrisa a la faz de los políticos, y hace que los estadounidenses se sientan unidos
en un estado sereno y acogedor.

David Horowitz descubrió, tras una pausa de evolución política interna, que el
escribir de parte del capitalismo estadounidense, no importa lo rapaz o injusto que
pueda ser, compensa mucho más en el aspecto económico que el hacerlo por ideales
tontos que antes propugnara cuando estudiaba en UC Berkeley, o en la década
subsiguiente. Ahora todo lo que tiene que hacer es ponerse su vieja chaqueta con el
forro de seda afuera, luciendo la tersura de su nueva fe, y enfrentándose con todo
lo que identifique ser de Izquierda ; o anarco-sindicalista a la imagen de Chomsky ; o
negros del país que se quejen ; o lo que llama Islam Radical en la portada de su
libro e Islamo-Fascismo en el texto del mismo ; o su continua lucha contra la
Izquierda atrincherada que en las universidades contraría su idea de lo que es
libertad académica.

Aunque no encuentro las mini-diatribas de Horowitz intelectualmente estimulantes, ni
tampoco contenciosamente desafiantes, semanalmente hago una visita a ese baile
bélico que toma lugar en su sitio Web, FrontPageMag.com, contra comuneros como yo, a
los que con ridiculez y sin misericordia nos ha bautizado como personas que odian o
detestan este país. Después de todo, este sitio Web recibe diariamente unos dos
millones de visitas que hacen obtenga un rango de trafico que se aproxima al 50.000
entre mas de 100 millones en todo el mundo. Y que tras frecuentarlo en los dos
últimos años he observado que sus blogs personales van en buena parte dirigidos a su
desazón con la Izquierda académica. Claro que es de esperar dada la promoción que
da a sus dos últimos libros, ambos forjados en el tema de la traición al país de
estos profesores de izquierda, y su virtuosidad alerta en defensa de la libertad
académica, dando como ejemplo William Ayers (Universidad de Illinois, Chicago),
Peter McLaren (UCLA) y el resto del grupo de 101 profesores (¿dálmatas ?) con
manchas-rojas.

En su blog de hoy, Horowitz deprecia la invitación dada por el «intelectualmente
corrupto» Departamento de Lenguas Romance en la Universidad Cornell, a Álvaro García
Linera, Vicepresidente de Bolivia y, «Dios-nos-perdone», socialista. Esta
anticipada conferencia para el 3 de septiembre sobre «Marxismo e Indianismo» es
demasiado racista y fascista de acuerdo con Horowitz, alguien que constantemente nos
está recordando su apoyo a la diversidad intelectual. Tal auto-declarado apoyo
resultaría divertidísimo si no fuera por tal hecho representar lo amargamente
obsceno.

La parte mas destacada de este converso a la Rectitud de derecha es precisamente ese
apoyo a lo que él proclama como la misión de las escuelas primarias y secundarias en
EEUU «de servir el pluralismo norteamericano : a educar a la comunidad de ciudadanos
en desacuerdo entre ellos hacia una cultura en común de tolerancia y respeto». Tan
estupendo como eso suena, es importante tener en cuenta que la diversidad y el
pluralismo para David Horowitz opera en un espectro político de tan solo 90 grados,
de derecha a extrema derecha ; todo contenido en un ángulo Recto con una derecha
socialmente irresponsable y carente de justicia social.

Lo acepte o no David Horowitz, la sociedad hoy en día es altamente injusta no solo
en el Tercer Mundo sino a lo largo y ancho del planeta, incluyendo EEUU ; y que el
libre mercado, que solo lo es en nombre, no traerá justicia social ; o que ni la
filantropía ni obras de caridad bastarán para traer equidad o elevaran a la
humanidad a grados mas altos de igualdad, o la adherencia a un concepto universal de
derechos humanos.

Son varios los caminos que pudieran llevarnos a una justicia social, pero la
elección de Horowitz del pluralismo singular no es uno de ellos. Por lo menos esos
profesores de Izquierda a quienes denigra e injuria tienen uno de esos caminos que
nos pueda llevar allí. aunque no sea el único camino.

David Horowitz necesita una vez mas traducir ese «e pluribus unum» y aprender de
nuevo lo que es el pluralismo. asumiendo que algún día lo supo.

© 2007 Ben Tanosborn

www.tanosborn.com

Horowitz’ singular pluralism

I must confess that until mid-April 2003, the only Horowitz that quickly came to
mind for me was the notable Russian pianist. then dead for 14 years. And his name
was Vladimir, definitely not David. But it was an email from one of the many
pro-war critics who’d read my assiduous denunciation of Iraq’s invasion and
occupation that invited me in sarcastic tones to click on a cyber address (Front
Page Magazine) to something which «a David Horowitz» had written.

«Baghdad is liberated. In the days to come let us not forget that if it were not
for one man, and one man alone – George Bush – the people of Iraq would not be
celebrating in the streets and pulling down Saddam’s statues today,» the piece read.
That and a whole other accompanying-trash one would expect from Ann Coulter doing
her littering catwalk, or any graduates of her political modeling agency. So I
quickly dismissed it. but only until Christmas that year when an ultraconservative
client gifted me a copy of «Left Illusions : An Intellectual Odyssey,» authored by
none other than David Horowitz. This Horowitz had catapulted from a Marxist-Maoist
position in the 60’s and early 70’s, all 180 degrees to a full-fledged neocon ; the
type of American political dream story that brings a smile to our politicians’
faces, and warms the hearts of America’s body politic.

David Horowitz found out, after an evolutionary internal political hiatus, that
writing on behalf of American capitalism, no matter how predatory or unjust it
proves to be, is far more economically rewarding than penning for those foolish
ideals he had espoused while at UC Berkeley and the «unenlightened» decade that
followed. Now all he has to do is turn the silk lining of his old coat and let the
smoothness of the new acquired faith shine through, taking on anything that smacks
of the Left, or anarcho-syndicalism in the image of Chomsky, or American blacks who
might complain, or what he calls Radical Islam on the book cover and Islamo-Fascism
in the text, or his ongoing fight against that entrenched Left in academe warring
against his idea of academic freedom.

Although I don’t find Horowitz’ mini-tirades intellectually stimulating, and
definitely not challengingly adversarial, I do take a weekly peek at the
choreographed war-dance that takes place at frontpagemag.com against us folks who
have been ridiculously and merciless branded as America-haters. After all,
two-million daily website visits places this pulpit of neoconservatism at a
world-wide rank approaching the 50,000th high-traffic mark among 100-plus million
websites. And, had you been visiting the site during the past two years, you would
have found his personal blogs directed in great part towards the misgivings of the
Left in academe. But heck, that’s to be expected, for what better way to promote
his last two books, both dealing with treasonous professors of the Left and his
alert virtuosity in the defense of academic freedom, than a reminder of those very
dangerous professors led by William Ayers (University of Illinois, Chicago), Peter
McLaren (UCLA) or any of the other 101 red-spotted professor-Dalmatians.

In today’s blog, Horowitz decries the invitation by the «intellectually corrupt»
Department of Romance Languages at Cornell of Álvaro Garcia Linera, Vice President
of Bolivia and «God-forgive-us,» a socialist. A non literary-lecture on «Marxism
and Indianism» scheduled for September 3rd is too racist and fascistic for Mr.
Horowitz, who constantly reminds us he’s an advocate for intellectual diversity.
Such self-claimed advocacy would indeed be hilariously funny, if it weren’t so
pungently obscene.

The most striking part of this convert to Righteousness is precisely that advocacy
to what he proclaims as the mission of America’s elementary and secondary schools
«to serve American pluralism : to educate a community of citizens who disagree with
each other into a common culture of tolerance and respect.» As wonderful as that
may sound, it’s important to bear in mind that diversity and pluralism for David
Horowitz operate in a political spectrum of just 90 degrees, from the right to the
extreme right ; all contained in a Right angle of social irresponsibility and lack of
social justice.

Whether David Horowitz accepts it or not, present day society is highly unjust not
just in the Third World, but throughout much of the globe, including the US. and
that the free market, which is by no means free, will not bring social justice, nor
will the promotion of philanthropy and charity bring equity and elevate humankind
towards ever higher degrees of equality and the adherence to a universal concept of
human rights.

There are several paths to social justice, but Horowitz’ choice of singular
pluralism is not one of them. At least those professors on the Left he speaks ill
of have one of the paths that might get us there. if not the only path.

David Horowitz needs to retranslate «e pluribus unum» and relearn what pluralism is.

© 2007 Ben Tanosborn

www.tanosborn.com


Fuente: www.tanosborn.com