Hace una semana que Henry A. Kissinger en un artículo de opinión nos hizo saber que, “Cualesquiera que fuesen nuestros programas domésticos, el colapso de EEUU en Irak sería una calamidad geopolítica”.

Hace una semana que Henry A. Kissinger en un artículo de opinión nos hizo saber que, “Cualesquiera que fuesen nuestros programas domésticos, el colapso de EEUU en Irak sería una calamidad geopolítica”.

¡Otra perogrullada más de Henry ! Experto en dudosos y mal concebidos consejos en política exterior, siempre nos viene años después aromatizando las cagaditas que se obtuvieron gracias a él con un espray, o dos, de su botella de Sapience No. 5. Lo que otorga un gran éxito en camuflar el apeste ; aunque como no somos ciegos vemos que las pastas fecales continúan allí.

Ocurrió después de Vietnam-Camboya, la guerra Indo-Pakistán, la Operación Cóndor, los golpes militares en Argentina y Chile, Timor Oriental… y la lista sigue y sigue. El Dr. Kissinger siempre nos ha dado bien argumentadas razones – que algunos vemos como pretextos – de porqué algunas cosas no salieron de acuerdo al plan. Es como si este renacido Niccoló Macchiavelli, servidor de presidentes-principescos de EEUU, nos viniera a recordar que, “Los hombres en el fondo son malvados, a menos a que por alguna compulsión se hagan buenos”.

Kissinger surge y resurge como el experto por antonomasia en la política exterior. El es en ese ramo lo que Greenspan continúa siendo, aun después de su jubilación, en política económica. He aquí dos personas que hubieran servido mejor a la humanidad si hubiesen optado por otros campos de su interés, tales como el fútbol y la música. En su lugar terminaron siendo coloridos personajes, consejeros clave en política exterior y económica, algo que estamos pagando, y continuaremos pagando por generaciones.

Bien sea maquiavelismo puro, alguna versión del realpolitik de von Rochau, o tan solo una versión casera de un destino manifiesto galáctico, son cuatro décadas Kissinger ha dedicado con devoción a algo a que ha recibido resultados mixtos a corto plazo ; lo que posiblemente empeore a largo plazo, y definitivamente en los libros de historia.

La salida de Irak será una calamidad geopolítica para EEUU en su búsqueda por el dominio en la región. Pero no tiene por que ser una calamidad geopolítica para la región, fuera de las expectativas de Israel, y aun eso es dudoso si se formula un rápido plan de paz para la región sin la interferencia de EEUU.

La mayor calamidad sería el que EEUU insistiera el continuar con su presencia allí, con una estancia militar prolongada – no importa los motivos – bien sea en Irak propio o en las cercanías del Golfo, incluyendo Kuwait.

Nos preguntamos, ¿Dónde estaba el Dr. Kissinger durante esos seis meses previos a la invasión de Irak ? Probablemente asesorando a nuestra levemente-sesuda jerarquía tanto en la Casa Blanca como el Pentágono. ¡Y ahora el tío tiene las agallas de escribir un articulito dándonos una solución política para Irak ! Una vez mas, como tantas otras, toma al pueblo norteamericano por el pito del sereno.

La solución para que Irak salga de este embrollo en que fue puesto gracias a un acto criminal del gobierno estadounidense no está en opciones militares recién llegadas, como “el arranque” de Petraeus ; o la idea mal concebida del Senador Biden de dividir al país ; o el programa actual de Bush de, “dejadme apostar vidas y dinero hasta que quiebre”.

David Joseph de la Universidad John Hopkins y Michael O’Hanlon del Brookins Institute promueven en su reciente reporte la partición de Irán de forma tan absurda como lo hiciera el Sen. Biden. Aparentemente estos eruditos individuos se han saltado a la torera la composición religiosa-étnica de muchas de las naciones musulmanas, o no hubieran lunáticamente recomendado la creación de Kurdistán, Sunistán y Chiitán en un balcanizado Irak. ¿Se puede saber en que pensaban, un modelo para la partición de los otros países musulmanes ? ¿Pensó alguno de ellos por un momento en Turquía, o el hecho de que ha sido la intromisión estadounidense lo que ha instigado este caos sectario ? Y mucho mas importante, ¿no es acaso la simple sugerencia algo que apesta de interferencia Occidental, la imposición de ideas por un nueva clase de cruzados ?

La solución radica solamente en la gente sabia de esa región que se extiende desde Turquía y Egipto a Irán, y todas las naciones dentro de esos límites. El que Kissinger u otras personas en EEUU formulen un plan, o que contemplen la noción de que EEUU pueda tener un rol esencial en la paz de la región es algo quimérico. EEUU ya hizo su trabajo “creando” el problema, dejemos que sean otros con capacidad pacificadora quienes lo resuelvan.

Heinz Kissinger pudiera haberse hecho famoso como jugador en Fußball-Bundesliga si hubiera decidido quedarse en Alemania después de que la Segunda Guerra Mundial terminara. Pero decidió volver a EEUU y a las aulas de Harvard ; y el mundo del adulo que resultó de sus consejos amorales y coactivos – y la influencia – a los solícitos poderes políticos en Washington ; y otros en la esfera corporativa, así como países extranjeros dispuestos a pagarle por su influencia y consejo.

Al mismo tiempo que el Sr. Kissinger ocupa un lugar de prominencia y celebridad como laureado Nóbel, Ministro de Asuntos Exteriores No. 56 de EEUU, y poseedor tanto de conocimientos como sabiduría en materia de relaciones internacionales, ocupa a su vez un puesto de infamia a lo largo y ancho del planeta como facilitador, y aun como instigador, de eventos genocidas. Los jueces R. LeLoire (francés), Baltasar Garzón (español) y otros juristas de la comunidad internacional dicen tener un alto interés en interrogarle sobre sus supuestos antecedentes genocidas. Y su preferencia es recibir respuestas directas, al grano, a sus preguntas ; nada de gilipolleces con tono profesoral.

Definitivamente eso sería una calamidad para Kissinger de proporciones geopolíticas.

© 2007 Ben Tanosborn
www.tanosborn.com/articulos.html

Another spray of “Sapience No. 5” from Kissinger

A week ago Henry A. Kissinger was telling us by way of an op-ed that, “Whatever our domestic timetables, the collapse of the American effort in Iraq would be a geopolitical calamity.”

Another platitude from Henry ! A master at giving questionable, and often ill-conceived, foreign policy advice, he always comes back years later spraying the pile of doo-doo he helped create with a spray, or two, from his bottle of Sapience No. 5. Great success at camouflaging the stink ; however, we are not blind… and those fecal piles are still there.

It happened after Vietnam-Cambodia, the Indo-Pakistan War, Operation Condor, the Argentinean and Chilean coups, East Timor… and the list goes on. Dr. Kissinger has always provided well articulated reasons – which some of us view as excuses – why things may not have gone according to plan. It’s as if this reborn Niccoló Macchiavelli, serving all American presidents turned into princes, is here to remind us that, “Men are always wicked at bottom unless they are made good by some compulsion.”

Kissinger surfaces and resurfaces as America’s wise true and tried diplomacy expert. He is in foreign policy what Greenspan continues to be, post retirement, in economic policy. Here are two people who would have served mankind much better by choosing careers in other fields of interest, such as soccer and music. Instead, they ended up as colorful personages playing key advisory roles in foreign and economic policy. And for that turn of events we are paying, or will be paying, the piper for generations to come.

Whether is raw Macchiavellianism, some version of von Rochau’s realpolitik, or just a grown-in-America vision of galactic manifest destiny, Kissinger’s four decades of devout dedication to it has received mixed reviews in the short term ; something which is bound to spell failure in the long term, certainly in the yet to be written history books.

America’s exit from Iraq will be a geopolitical calamity for the United States in its quest for regional dominance. But it won’t have to be a geopolitical calamity for the region itself other than perhaps Israel’s expectations, and even that is questionable if a plan for peace is quickly drafted and enacted for the region sans interference from the US.

The greater calamity will be for the US to insist in a continued presence there, including a prolonged military stay – regardless of stated reasons – whether in Iraq proper or any nearby Gulf locations, including Kuwait.

Just where was Dr. Kissinger during those six months preceding the invasion of Iraq ? For all we know, he was probably advising our light-brained hierarchy at both the White House and Pentagon. And now he is writing an article giving “a political solution for Iraq” ? Once again, just like all those other times in the past, he is taking all Americans for first-class chumps.

Iraq’s solution for coming out of this quagmire in which it was placed through criminal action of the US government does not reside in any Johnny-come-lately military options, such as Petraeus’ surge ; or Senator Biden’s ill-conceived idea of partitioning Iraq ; or the present course by Bush : “let me just gamble lives and money on this thing until I bust.”

Recently a paper by David Joseph of John Hopkins SAIS and Michael O’Hanlon of the Brookings Institute promoted the same idiocy espoused by Sen. Biden. Apparently, these learned individuals failed to take a look at the sectarian-ethnic makeup of the many other Muslim nations, or they would not have recommended the lunacy of a Kurdistan, a Sunnistan and Shiistan for Iraq. What were they thinking, a model for the breakup of other Muslim nations ? Did either think for a moment about Turkey, or the fact that it is our intromission that has instigated this sectarian chaos ? Most importantly, doesn’t just the mere idea smack of unwelcome Western interference, the imposition of ideas by a new breed of crusaders ?

The solution resides solely in the wise people in that region which extend from Turkey and Egypt to Iran, and all the nations in between. For Kissinger or anyone else in the US to formulate a plan, or even entertain the notion that America should have a primary role in bringing peace to the region is chimerical. We have done “our deed” creating the problem ; let others with peacemaking skills solve it.

Heinz Kissinger might have made a name for himself as a player in Fußball-Bundesliga had he decided to stay in Germany after World War II. Instead, Henry returned to the States and the Halls of Harvard ; and the world of adulation which resulted from peddling amoral and coercive advice – and influence – to the very attentive Washington political powers ; and those in the corporate world, or even foreign states, willing to pay for it.

Just as Mr. Kissinger occupies a place of prominence and celebrity as a Nobel laureate, 56th Secretary of State for the US, and bearer of knowledge and wisdom in international affairs, he also occupies a slot of infamy in much of the world as facilitator, if not outright instigator, of genocidal events. Judges R. LeLoire (French), Baltasar Garzón (Spanish) and other jurists in the international community are very much interested in interrogating him on his purported genocidal antecedents. And they would be interested in direct, to the point, answers to their questions ; and not to professorial bullshit.

Yes, that would be a calamity for Prof. Kissinger… one of geopolitical proportions !

© 2007 Ben Tanosborn
www.tanosborn.com


Fuente: Ben Tanosborn