La nueva ley de Administración Local arremete directamente contra las instituciones más cercanas a los vecinos: los pequeños ayuntamientos, las entidades locales inferiores al municipio, tales como parroquias, aldeas y pedanías, y los concejos abiertos, es decir, aquellas entidades que tienen una población con derecho a voto inferior a cien habitantes, cuyos alcaldes se eligen a mano alzada y las funciones del Pleno son asumidas por la reunión en asamblea de los vecinos.

Nos quieren vender la idea de que se trata de mejorar la eficacia dejando la gestión y administración de estas entidades en manos de Diputaciones y Comunidades Autónomas, pero la verdad es que no se trata de nada más que de continuar alejando los centros de Poder del control ciudadano y de expoliar sus propiedades colectivas para ponerlas en manos privadas.

Nos quieren vender la idea de que se trata de mejorar la eficacia dejando la gestión y administración de estas entidades en manos de Diputaciones y Comunidades Autónomas, pero la verdad es que no se trata de nada más que de continuar alejando los centros de Poder del control ciudadano y de expoliar sus propiedades colectivas para ponerlas en manos privadas.

Estas entidades han disfrutado de bosques, prados, cauces fluviales, hornos y pozos de forma comunal, una riqueza autogestionada que de ninguna forma se puede escapar a la rapiña de los buitres del Capital. También es cierto que, hasta ahora, la gestión, explotación y protección de estas propiedades comunales han proporcionado a los vecinos múltiples formas de empleo y autoempleo relacionados con el cuidado de lo público, trabajos que esta nueva ley va a llevar a la extinción.

Muchas de estas pequeñas entidades locales han sufragado también los gastos necesarios para mantener una serie de prestaciones básicas (maestros, médicos, autobuses, etc.) que también van a desaparecer.

Desde la Confederación General del Trabajo queremos resaltar que, más allá de la pérdida de empleo público que esto supone, esta ley ataca directamente a la base de nuestros principios ideológicos. Uno de los más importantes, en cuanto a organización territorial se refiere, es el llamado Municipalismo Libertario, basado en instituciones vecinales de índole asamblearia que, practicando la democracia directa, se federarían en una confederación de municipios o comunas libres, siendo una alternativa al Estado centralizado. El más reciente formulador de esta tesis fue el historiador, filósofo y profesor universitario estadounidense fallecido en 2006, Murray Bookchin, que evolucionó desde el marxismo tradicional al comunismo libertario de Piotr Kropotkin.

Por todo esto, desde CGT exigimos la retirada de esta ley para que no se lleve a cabo la definitiva desaparición del último vestigio de municipalismo en el Estado español.

Secretariado Permanente del Sindicato de Trabajadores de la Administración Pública de Madrid de la Confederación General del Trabajo (STAP-CGT)


Fuente: STAP-CGT