Tras muchos días de inoperancia de los gobiernos e instituciones con responsabilidad directa en acabar con la masacre del pueblo de Libia por parte del dictador Gadafi y sus miserables mercenarios, la “solución” encontrada y “legitimada” por la ONU, la Unión Europea, Estados Unidos, la OTAN, la Liga Árabe y otros países ricos... ha sido la intervención militar. Los bombardeos ya han comenzado con un alarde de precipitación, improvisación y objetivos difusos.

Las
instituciones mundiales y los gobiernos de los principales países
del mundo han sido incapaces de adoptar ningún tipo de medidas
previas para evitar la brutal represión y genocidio del pueblo libio
en demanda de libertad, respeto de los derechos humanos y justicia
social. Una vez más se ha demostrado que para los dirigentes

Las
instituciones mundiales y los gobiernos de los principales países
del mundo han sido incapaces de adoptar ningún tipo de medidas
previas para evitar la brutal represión y genocidio del pueblo libio
en demanda de libertad, respeto de los derechos humanos y justicia
social. Una vez más se ha demostrado que para los dirigentes
políticos, no es prioritario evitar el sufrimiento de los pueblos,
el sufrimiento de las y los trabajadores, sino que han preferido
jugar a la política, han preferido escenificar sus protagonismos y
personalismos, han optado por pensar primero en los intereses
económicos de las grandes multinacionales y en el futuro del
petróleo de Libia.

Han
sido incapaces de embargar y bloquear las cuentas del tirano Gadafi,
su familia y sus generales, incapaces de bloquear la venta de armas,
de bloquear sus puertos, de establecer zonas de exclusión aérea,
incapaces de romper las relaciones comerciales, de identificar y
perseguir a los responsables de la represión y aplicarles la
justicia universal, incapaces de iniciar ningún proceso de mediación
o de negociación para encontrar una solución pacífica al
conflicto.

Por el
contrario, la única medida adoptada ha sido la intervención
militar. Para CGT, esta medida no solucionará el conflicto sino que
provocará más muertes, incentivará un clima de guerra civil y
prolongará el conflicto de una forma indeterminada, de consecuencias
incalculables, como sucede en los países en los que se ha
intervenido recientemente, Irak o Afganistán.

NO A LAS GUERRAS

CGT en
contra de la participación española en la intervención militar

CGT
denuncia que nuevamente gobiernos de los países más ricos eligen el
uso de la fuerza militar como la única forma de “ayuda” a los
pueblos y en especial a los pueblos que consideran del tercer mundo.

CGT
condena el empleo de la fuerza militar como forma de resolver los
conflictos sociales y populares que se están produciendo en los
países árabes, y en concreto en Libia, cuyo origen está en la
falta absoluta de libertad y justicia social.

Para
CGT, el presidente Zapatero vuelve a sorprendernos con su apuesta
entusiasta por la intervención militar olvidando la actitud
claramente pacifista de nuestro pueblo. El gobierno español no debe
prestarse a la militarización de los conflictos, ni debe autorizar
el uso de las bases militares, ni enviar tropas, sino que debe
mantener una permanente defensa de una solución pacífica a los
conflictos.

SECRETARIADO
PERMANENTE DEL COMITÉ CONFEDERAL DE CGT


Fuente: Secretariado Permanente de la CGT