Los trabajadores de la oficina principal, ubicada en la Plaza del Ayuntamiento y recién reformada, se ven forzados a trabajar con gorros y plumíferos. Mientras, en la oficina de Rodrigo Pertegaz soportan temperaturas de 13 grados porque la calefacción es insuficiente para caldear una nave con techos a cinco metros de altura.

La ola de frío está dejando en evidencia una vez más la pésima calidad de la rehabilitación de varias oficinas de correos así como la nula voluntad de la empresa por solucionar las malas condiciones que más de 70 trabajadores se ven obligados a soportar a diario.

Los trabajadores de la oficina principal, ubicada en la Plaza del Ayuntamiento y recién reformada, se ven forzados a trabajar con gorros y plumíferos. Mientras, en la oficina de Rodrigo Pertegaz soportan temperaturas de 13 grados porque la calefacción es insuficiente para caldear una nave con techos a cinco metros de altura.

La ola de frío está dejando en evidencia una vez más la pésima calidad de la rehabilitación de varias oficinas de correos así como la nula voluntad de la empresa por solucionar las malas condiciones que más de 70 trabajadores se ven obligados a soportar a diario.

Y es que, tanto la oficina principal de Correos cuya rehabilitación ha costado casi 12 millones de euros, como la de Rodrigo Pertegaz, estrenada hace dos años, son centros de trabajo que no reúnen los requisitos necesarios para desempeñar el trabajo, algo que ha sido denunciado por CGT ante la Inspección de Trabajo.

Tal y como apunta Vicente Balsa, delegado de prevención, “la empresa hizo una única medición en la oficina principal a requerimiento de la inspección : a las 9 de la mañana de un día que registraba 14 grados de temperatura. Anotaron 19 grados, pero esta medición no refleja la realidad que vivimos cuando se dan temperaturas extremas”.

En cuanto al centro de trabajo de Rodrigo Pertegaz, una nave con una altura de cinco metros, hace más de una semana que los trabajadores protestaron porque el aire acondicionado era incapaz de hacer subir los termómetros más de 13 grados. La empresa de mantenimiento apunta que el motivo está en que los aparatos son insuficientes. La solución que ha dado Correos es que la empresa de mantenimiento emita un informe a Correos de Madrid para que se apruebe cualquier solución técnica. De esta forma, los empleados trabajan allí con guantes, gorros y plumíferos puestos hasta no se sabe cuándo.

El problema de la oficina principal de Correos es que, cuando se hizo la reforma, no se pensó en cómo evitar las corrientes de aire y tampoco en la necesidad de colocar una contrapuerta en el vestíbulo para impedir que el aire frío entre por la puerta de entrada que debe permanecer siempre abierta. En este momento, unos diez trabajadores padecen corrientes de aire helado y temperaturas sólo 7 grados superiores a las de la calle. Son los que están en el ala izquierda de la oficina, pegados a la entrada. Los que trabajan en el vestíbulo, unos 50, no están en condiciones tan extremas pero los calefactores y estufas sólo alcanzan a mantenerlos más o menos calentitos siempre y cuando no tengan que desplazarse.

Vicente Balsa constata además que los errores en las instalaciones no superan una valoración de riesgos y que hay muchos más fallos denunciables e incomprensibles como los ascensores inservibles para discapacitados o elevadores inutilizables porque se quedan a 30 centímetros del suelo y es imposible cargarlos con carretillas.

Para más información, 605 021 089

Sección Sindical CGT-Correos Valencia

Gabinete de Prensa de CGT-PV Valencia, a 27 de enero de 2005