Canta la Ronda de Boltaña que “el calendario es como un desierto…”, desierto que la Administración educativa, atendiendo a las familias, con más o menos colaboración de algunos sindicatos y la pasividad casi generalizada y habitual del profesorado, quiere hacer interminable.

Canta la Ronda de Boltaña que “el calendario es como un desierto…”, desierto que la Administración educativa, atendiendo a las familias, con más o menos colaboración de algunos sindicatos y la pasividad casi generalizada y habitual del profesorado, quiere hacer interminable.

Por eso, ante la propuesta de 177 días, desde CGT-Huesca decimos no (¡ya vale de retrocesos !), igual que tampoco queremos una división descompensada de trimestres-evaluaciones, ni que se reduzcan la Semana Blanca -que ha de ser de verdad semana-, ni las vacaciones de Semana Santa. Y no nos da miedo pedir unas vacaciones que también debería tener el resto de los trabajadores, porque gracias a los utópicos que nos precedieron tenemos hoy lo posible, que nos parece normal, pero hubo que lucharlo.

Sin duda que se ha de conciliar el calendario laboral de las personas que tienen menores estudiando y el escolar, pero es también a otras administraciones y no sólo a la educativa a quien más compete esto. Desde luego, si seguimos pensando en arreglarlo todo con más horas de escuela, convertiremos las aulas en grandes superficies comerciales, o sea : invertiremos en ignorancia.