La Confederación General del Trabajo (CGT) está organizando el preestreno de la película “El principio de Arquímedes”, dirigida por Gerardo Herrero, en Sant Boi de Llobregat (Barcelona), con la colaboración del Casal de Casablanca y en Zaragoza en el colegio mayor “Pedro Cerbuna” el próximo 27 de marzo, además en Valladolid en colaboración con la Cátedra de Cine de la universidad y los cines UGC Ciné Cité para el 31 de marzo.
La Confederación General del Trabajo (CGT) está organizando el preestreno de la película “El principio de Arquímedes”, dirigida por Gerardo Herrero, en Sant Boi de Llobregat (Barcelona), con la colaboración del Casal de Casablanca y en Zaragoza en el colegio mayor “Pedro Cerbuna” el próximo 27 de marzo, además en Valladolid en colaboración con la Cátedra de Cine de la universidad y los cines UGC Ciné Cité para el 31 de marzo.
“El principio de Arquímedes” cuyo estreno en los cines de todo el estado está previsto para el próximo 2 de abril de 2004, es capaz de fundir en una sola película los sentimientos personales con la realidad laboral, donde se ven obligados a enfrentarse a un despido colectivo. Así, cuando la situación laboral cambia, también lo hacen los sentimientos afectivos y familiares. ¿Es incompatible el “éxito profesional” con la vida familiar ?
Esta película dirigida por Gerardo Herrero y con guión de Belén Gopegui, tiene como actores principales a Marta Belastegui, Roberto Enríquez, Manuel Morón y Blanca Oteyza entre otros.
¿Se puede hacer una película política que hable de sentimientos ?
¿Se puede contar una historia de sentimientos que sea política ?
¿Se puede hablar de la explotación en las empresas partiendo de un personaje que exclama “¡Pero es que yo quiero que me exploten !” ?
¿Se puede contar que la misma media naranja que busca a su otra mitad en el jardín de los afectos es la media naranja que exprimen y tantas veces despiden, jubilan, tiran a la basura en los centros de trabajo ?
¿Se puede contar que lo contrario de lo personal no es lo profesional sino lo colectivo ?
¿Se puede hacer una película con sindicatos en el siglo XXI ?
¿Se puede contar que una historia de fracasadas no es lo mismo que una de fracasados, que las perdedoras no tienen el mismo glamour que los perdedores, y al mismo tiempo darle a la perdedora el glamour de un personaje ?
¿Se puede hablar del miedo en las empresas sin recurrir al ejecutivo malo y al trabajador bueno sino a una misma cadena de presión que va empujando – eso si, en unos casos causando más dolor – a todos los que están dentro ?
¿Se puede contar que hay una matemática de los afectos igual que hay una matemática de los ascensos, contar que no somos tan libres como nos imaginamos pero que lo podríamos ser ?
