CGT volvió a visitar al preso político y profesor tzotzil Alberto Patishtán, en el Centro Estatal de Reinserción Social de Sentenciados (CERSS) número 5 en los Altos, San Cristóbal de las Casas. Chiapas.

CGT volvió a visitar al preso político y profesor tzotzil Alberto Patishtán, en el Centro Estatal de Reinserción Social de Sentenciados (CERSS) número 5 en los Altos, San Cristóbal de las Casas. Chiapas.

En junio de 2009 una delegación de la CGT le visitó, y lo ha vuelto a hacer en agosto de este, en el contexto de la Campaña por la libertad de l@s pres@s polític@s mexican@s, que a su vez está estrechamente relacionada con la que pusieran en marcha La Otra Campaña y la Red Contra la Represión y por la Solidaridad.

Patishtán fue trasladado del Centro Estatal de Reinserción Social de Sentenciados (CERSS) número 14, El Amate, en Cintalapa (donde permaneció recluido más de ocho años), al CERSS número 5 en los Altos en abril de 2009. Es el único que sigue tras las rejas de los más de 40 participantes en la huelga de hambre y ayuno en 2008 realizada en tres penales chiapanecos, convocada por La Voz del Amate, organismo adherente de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN. El argumento para dejarlo preso es que su caso es federal y su liberación no depende del gobierno de Chiapas.

Patishtán fue acusado de una emboscada contra la policía en 1998 en la cual no participó, pero fue sentenciado a 60 años de prisión por los jueces federales. Ya cumplió 11 años en prisión, como único acusado por una matanza de policías en el municipio El Bosque en 2000. Como el propio docente tzotzil señala : “aquel 19 de junio fui detenido por los delitos prefabricados de homicidio, lesiones y robo”. Estas acusaciones fueron realizadas por el entonces presidente municipal de filiación priísta Manuel Gómez Ruiz, en lo que se ha señalado que fue una venganza política, con el respaldo abierto del gobierno estatal de Roberto Albores Guillén. Los verdaderos culpables de la emboscada criminal nunca fueron investigados ni castigados.

Patishtán actualmente es todo un símbolo, defensor y portavoz de los presos políticos y de conciencia indígenas injustamente encarcelados, por luchar por la dignidad de sus pueblos y comunidades.

La delegación de la CGT tuvo la suerte de poder acompañar y hablar con Patishtán, y otros cinco compañeros presos, durante algo más de dos horas, gracias a la gestión realizada por el Frayba. Y decimos suerte, por que unos días antes, el 28 de julio, una nutrida delegación de grupos civiles y de derechos humanos de Chiapas vieron impedido su ingreso para visitarlo, a pesar de estar formalmente autorizada.

Durante la visita pudimos hablar también con los dos compañeros encarcelados desde hace un mes de la Comunidad de El Pozo. Para ello tuvimos que echar mano de un intérprete, pues a penas se manejan en castellano. Sus familiares aún no han podido irlos a visitar por que al parecer sus comunidades siguen “custodiadas” por las fuerzas de seguridad.

Lo más destacable sin duda es el espíritu de trabajo colectivo que Alberto y el resto del grupo están realizando en el interior del penal, reforzando los lazos de solidaridad y acompañamiento mutuo en su compartida e injusta privación de libertad. Realizan talleres de lectura, reuniones, videoforums, etc., mostrando con su ánimo y esfuerzo cómo se puede hacer organización y resistencia hasta en las peores condiciones represivas.

La delegación de la CGT les comunicó nuestro máximo respeto y solidaridad por su lucha y dignidad.

Libertad pres@s polític@ mexican@s

Scr. Relaciones Internacionales


Fuente: Scr. Relaciones Internacionales