La intensificación del bloqueo provocó la ira de la comunidad científica estadunidense
Washington y Nueva York, 8 de mayo. El gobierno de George W. Bush intensifica su agresión retórica contra Cuba en la actual coyuntura, arrastrando a México en esta dinámica, en parte porque su ocupación de Irak está fracasando, la situación general de Medio Oriente está estallando y, por lo tanto, necesita un nuevo blanco, considera Noam Chomsky en un breve comentario para La Jornada.


La intensificación del bloqueo provocó la ira de la comunidad científica estadunidense

Washington y Nueva York, 8 de mayo. El gobierno de George W. Bush intensifica su agresión retórica contra Cuba en la actual coyuntura, arrastrando a México en esta dinámica, en parte porque su ocupación de Irak está fracasando, la situación general de Medio Oriente está estallando y, por lo tanto, necesita un nuevo blanco, considera Noam Chomsky en un breve comentario para La Jornada.

«Cuba es fácil de atacar, perfecto para la valentía estilo Texas», comenta Chomsky. «Es encontrar a alguien demasiado débil (en el ámbito internacional) para responder efectivamente, un gobierno que no obtendrá amplio apoyo, y así, cuando Washington está confiado de que es seguro, los patea en la cara con una retórica reaganiana». Agrega que «desafortunadamente están arrastrando a México en esto». El gobierno estadunidense «necesita destruir a alguien».

Para consumo interno en Estados Unidos, este tipo de ataque verbal contra Cuba siempre es fácil. «Esta clase de política funciona en el país (con el pueblo) más asustado en el mundo», afirma. Además, dice, los gobernantes estadunidenses están algo «enloquecidos» ahora, y el tema de Cuba es fácil de manipular. Por ejemplo, señala que no sólo Bush sino también su contrincante electoral presidencial, John Kerry, está en favor de mantener la retórica anticastrista y del bloqueo.

A la vez, el bloqueo no sólo se aplica contra Cuba, dice Chomsky, sino contra sectores estadunidenses. Señala que esfuerzos para impedir que estadunidenses visiten o tengan intercambios con Cuba es parte de la estrategia doméstica de este gobierno. «Es algo vergonzoso que esta gente (cuando viaja a Cuba) vea que las normas de salud en Cuba son mejores que las de aquí», subrayó.

Pero esta intensificación del control sobre el intercambio con Cuba también genera aquí problemas para el gobierno estadunidense. «Lo llevaron a tal extremo que provocaron la ira de toda la comunidad científica estadunidense. El Departamento del Tesoro difundió un edicto ordenando que las publicaciones científicas no editaran artículos enviados por cubanos. Pero tuvieron que anular esta orden después de enfrentar una masiva protesta de los científicos, aunque sí mantuvieron en vigor una prohibición repentina de viajes de científicos estadunidenses a conferencias internacionales sobre biología y salud en Cuba».

Chomsky, en entrevistas con La Jornada y otros medios, siempre ha recordado que la política de Estados Unidos hacia Cuba ha sido marcada por una serie de atentados «terroristas» empezando desde el inicio de la revolución. De hecho, ha señalado que las acciones de ese tipo contra Cuba casi siempre se han realizado desde territorio estadunidense, país donde se continúa albergando a conocidos terroristas como Orlando Bosch (bajo la protección de Jeb Bush, gobernador de Florida), el haitiano Emmanuel Constant, integrantes de la contra nicaragüense y otros. O sea, la supuesta nueva doctrina de Bush de que todo Estado que alberga a ese tipo de criminales es un Estado terrorista, no se aplica aquí.

«Estas doctrinas son unilaterales. No tienen la intención de ser líneas de ley internacional o normas de asuntos internacionales. Son doctrinas que otorgan a Estados Unidos el derecho de emplear la fuerza y la violencia, y albergar terroristas, pero para nadie más», comentó Chomsky en una reciente entrevista en The Progressive.

También en entrevistas anteriores, Chomsky ha subrayado que el gobierno estadunidense realiza esfuerzos sofisticados para definir al «enemigo» para consumo de la población de este país, por medio de campañas en medios y hasta fabricación de información, y así lograr el consenso para justificar guerras y agresiones contra «los malos», tal como lo hizo en el caso de Irak y desde hace mucho con Cuba.

De nuevo, señala Chomsky a La Jornada, Cuba es presentado como «ese país horrendo, el peor del mundo», o sea, con «el sadismo usual» con que obra Washington contra ese pueblo.

Es por todo esto, señala, que en esta coyuntura, Cuba es un blanco «fácil» para la retórica agresiva de Washington la cual, claro, como en Irak, siempre se decora con los adjetivos de la «libertad» y la «democracia» y el bien de la civilización como sus objetivos.

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
La Jornada (México)