Hoy se celebrará en Cádiz el juicio contra cinco activistas de Greenpeace, que se enfrentan a doce años de cárcel por una acción ocurrida en marzo de 2003, cuando se manifestaban en contra de la guerra de Irak, justificada por la supuesta presencia de armas de destrucción masiva que nunca han aparecido.

Hoy se celebrará en Cádiz el juicio contra cinco activistas de Greenpeace, que se enfrentan a doce años de cárcel por una acción ocurrida en marzo de 2003, cuando se manifestaban en contra de la guerra de Irak, justificada por la supuesta presencia de armas de destrucción masiva que nunca han aparecido.

Más de 82.000 personas se han autoinculpado bajo el lema «Yo también me manifesté contra la guerra de Irak, yo también quiero ir a la cárcel con Greenpeace», en una campaña que sigue abierta a la participación en la web de la organización (www.greenpeace.es).

Además, las principales organizaciones sociales de España, entre las que se encuentran ONG de medio ambiente, pacifistas, de cooperación, humanitarias, sindicatos, asociaciones profesionales y culturales, han expresado su apoyo a los inculpados, al considerar desproporcionadas las penas solicitadas por el Ministerio Fiscal.

El director ejecutivo de Greenpeace, Juan López de Uralde, ha expresado su agradecimiento por las «impresionantes» muestras de apoyo recibidas desde Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, SEO/Birdlife, Intermón Oxfam, Entrepueblos, Plataforma Rural, UPA, SPM, CCOO, UGT, Escuela de Cultura de Paz o Fundació per la Pau. En total, 40 organizaciones se han solidarizado expresamente.

Movilizaciones frente a la base militar de Rota

La acción de protesta durante la cual fueron detenidos los activistas de Greenpeace se produjo en el marco de las movilizaciones que se desarrollaron en todo el mundo contra la guerra de Irak y tuvo lugar a bordo del «Rainbow Warrior» el 14 de marzo de 2003, frente a la bocana de la base militar de Rota (Cádiz).

La protesta terminó con el abordaje del barco por parte de la Guardia Civil, que detuvo al capitán y cuatro activistas más. El capitán se enfrenta a cuatro años de cárcel, otros dos activistas a tres años cada uno y dos miembros más a nueve meses.