Vuelta a las antiguas técnicas de marketing político por el que a fuerza de enviar cacharrería a los centros educativos se pretende nada más y nada menos que :“la transformación, en los próximos cuatro años, de las clases tradicionales de quinto y sexto de primaria y primero y segundo de secundaria en aulas digitales”.

Vuelta a las antiguas técnicas de marketing político por el que a fuerza de enviar cacharrería a los centros educativos se pretende nada más y nada menos que :“la transformación, en los próximos cuatro años, de las clases tradicionales de quinto y sexto de primaria y primero y segundo de secundaria en aulas digitales”.

Bueno sería que los políticos responsables de la educación, comenzando por D. Ángel Gabilondo, Ministro de Educación, definieran claramente que entiende por AULAS DIGITALES. Ya que la palabra digital se usa en múltiples contextos y significa cosas bien distintas. Por ejemplo políticas digitales viene a significar designar a dedo múltiples cargos publicos en función de parentesco, afinidad ideológica o relación sentimental.

Además el concepto digital, en el asunto que tratamos, se refiere a la forma como se codifica la información (mediante digitos), de manera que sea posible el acceso directo a la misma, sin necesidad de pasar toda una secuencia (acceso secuencial propio de tecnología analógicas). El libro de texto con sus índices, analíticos o temáticos contiene también características digitales, no así las explicaciones del profesorado o del alumnado o incluso el audio de los propios medios audiovisuales procedentes o no de internet, que por su propia naturaleza son secuenciales. La misma lectura es secuencial de forma que no es posible comprender el significado de un mensaje si nuestra vista no recorre secuencialmente el texto.

Por ello el abundamiento en el concepto “digital” dice muy poco de casi nada. CGT ha venido insistiendo en la necesidad de reorientar los procesos de enseñanza aprendizaje de forma que en grupos reducidos y con una formación real tanto a docentes como al alumnado se pueda transformar la práctica educativa basada en que solo el personal docente es la única fuente de información en las aulas. Afortunadamente millares de docentes realizan prácticas educativas donde la presencia de múltiples fuentes de información y la necesaria participación del alumnado en la reorganización del conocimiento dentro del aprendizaje permiten obtener muy buenos resultados no solo escolares sino sociales.


Pero esa línea de actuación es “más costosa” sobre todo en trabajo y dedicación a los políticos que se dedican a la política educativa y que con aprobar presupuestos más o menos enjundiosos ya han cumplido su muy importante misión. CGT tacha estas muestras publicitarias de oportunistas, ya que pretende salvar responsabilidades políticas e ineficaces, porque llevamos en este país más de 25 años de intentos de “digitalizar” las aulas con el único resultado evidente de haber generado pingües beneficios en las empresas dedicada a fabricar los “cacharros”, y probablemente algún aguinaldo más o menos. Véase como lo importante no es intervenir en los centros para que la organización escolar cuente con tiempo para preparar al profesorado, al alumnado, para reducir grupos (ratios ilegales sigue habiendo el más del 40% de centros). Lo verdaderamente importante es que Los Ministerios de Educación y de Industria, Turismo y Comercio, y la entidad pública empresarial Red.es están ultimando un convenio que permitirá la inversión de sesenta millones de euros adicionales para reforzar el equipamiento y las infraestructuras en zonas rurales o insulares con más baja conectividad. Un posible “Plan Renove”, en miniatura pero al fin y al cabo “renove al canto”.

(06-09-09) Rafael Fenoy Rico
Secretario de Jurídica y Comunicación Federación Enseñanza CGT.


Fuente: Fed. Enseñanza CGT