Artículo publicado en Rojo y Negro nº 377, abril 2023

Muchos de los lemas que se eligen para conmemorar una fecha son, en ocasiones, neutros, sin mucho calado en la sociedad, de esos que no consiguen el objetivo principal para el que se eligieron. Por el contrario, para este 1º de Mayo hemos elegido el lema “Construir para vencer” y no porque dicho lema quede bonito escrito en un cartel con las chimeneas de La Canadiense de fondo, sino porque con ese lema pretendemos transmitir (y esperamos conseguirlo) las ideas y las intenciones que tenemos para este presente que nos tiene que llevar a construir conjuntamente un amplio espacio con el que defender los derechos sociales y laborales de aquí en adelante.

La Academia Española de la Lengua define la palabra construir, en su segunda acepción, como “hacer algo utilizando los elementos adecuados”. Entendido esto, faltaría concretar qué es lo que se quiere construir (el algo) y con qué o quién se quiere construir (los elementos adecuados).

En el ámbito sindical hay varios tipos de construcciones. La CGT como organización sindical anarquista, autónoma, autogestionada, solidaria, feminista y de clase se aleja mucho de algunos, pero se acerca mucho a otros. Pese a los errores que hayamos cometido en CGT y después de décadas construyendo la organización que somos hoy en día, en la que se encuentran afiliadas más de cien mil personas, está implantada en todas las provincias del Estado español y en todos los sectores, tiene una amplia representación en sectores como el telemarketing, la automoción, el sector ferroviario o la aeronáutica, que se ha incorporado en los últimos años a comités de empresa de multinacionales tan importantes como Navantia o El Corte Inglés… nadie puede venir a decirnos de qué manera se ha de realizar dicha construcción.

Esta construcción va unida a un modelo sindical dentro de las empresas y centros de trabajo. En esta parte, lo que venimos viviendo en los últimos años ha demostrado el gran trabajo que, como Organización, estamos teniendo en este ámbito. Dicha construcción llevó a la Confederación General del Trabajo a ser el sindicato del Estado español que más huelgas convocó y al que más huelguistas apoyaron durante el año 2021. En 2022 y lo que llevamos de 2023 recordamos unos pocos ejemplos del modelo sindical que CGT representa dentro de las empresas y los sectores: las huelgas de Inditex, gracias a las cuales se han conseguido aumentos salariales de un 25% frente al 3% firmado por CC.OO. y UGT; los paros en Seat, donde CGT en solitario consiguió paralizar la producción de la multinacional en plena negociación del convenio; las huelgas y movilizaciones del sector de telemarketing, en las que se denunciaron la precariedad existente en el sector y el rechazo de CGT al nuevo convenio firmado por UGT y CC.OO.; la huelga en el Instituto Cervantes, la del Metal de la provincia de Cádiz o las actuales huelgas en la Panificadora Butrón de Chiclana de la Frontera (más de 130 días de huelga indefinida) y de la plantilla de FCC de Ponferrada…

Estos ejemplos dejan claro que el modelo sindical de la CGT está alejado del miedo, siempre va a mirar de frente a la patronal sin que le tiemble la mirada y siempre va a dar respuesta a las necesidades de las trabajadoras y trabajadores que representa. La capacidad de construcción que la CGT ha tenido ha sido importante, si bien es cierto que deberíamos de impulsar más nuestra presencia en las empresas más pequeñas, donde se producen una gran parte de conflictos laborales. Pero, pese a estas carencias y junto a la capacidad de mejora, podemos decir, sin pelos en la lengua, que las empresas y sectores en donde CGT tiene una fuerte representación o donde la CGT ha intervenido de manera directa en los conflictos, se han conseguido conquistas laborales importantes; no es una opinión, es un dato.

Después viene la que seguramente sea la construcción más importante por la que apuesta CGT, aquella que afecta a todas y cada una de las personas que, sin importar su trabajo, raza, sexo, etc. forman parte del mundo en el que vivimos, la construcción de una sociedad igualitaria entre hombres y mujeres, una sociedad que recupere los derechos laborales y sociales perdidos durante décadas, una sociedad más ecológica, más feminista, más autogestionaria y una sociedad capaz de erradicar el racismo y el fascismo de todos los ámbitos de la vida.

Para construir este tipo de sociedad, cualquier organización combativa y de clase (no solo la nuestra) ha de realizar un primer ejercicio para comprender la situación y, sobre todo, para tener la capacidad de dar respuesta y solución a la situación en la que nos encontramos. El ejercicio que hemos de realizar es bien sencillo: tenemos que dejar de mirarnos el ombligo. Si cualquiera de las organizaciones combativas y de clase creemos en la defensa de los servicios públicos, de las pensiones y de los salarios dignos, si creemos que se deben derogar la reforma laboral y la ley mordaza, entre otras leyes, tenemos que tener claro que estamos muy equivocados si creemos que pasa porque salgamos en solitario a la calle, juntemos unos cientos de personas y lleguemos, en el mejor de los casos, a ocupar un minuto y medio de espacio en los telediarios o en las tertulias radiofónicas.

La conquista de derechos y el avance de una sociedad pasa por la unidad de las personas que la componen porque, al final, no lo olvidemos, detrás de cada organización hay eso, personas, y son las personas las que realmente tienen problemas para llegar a fin de mes debido al aumento de los precios y al escaso aumento de los salarios, son las que tienen problemas para poder ser atendidos en unos servicios públicos cada vez más deteriorados, son las personas las que tienen problemas para poder encontrar una vivienda asequible debido a la especulación y a la falta de legislación sobre la misma, son ellas las que tienen problemas para que se respeten sus derechos laborales… En definitiva, son las personas las que sufren a diario los problemas que existen en nuestra sociedad.

Y para que esa unión entre todas las personas sea posible, el papel de nuestras organizaciones es fundamental. Dicho papel tiene que ser el de nexo de unión entre ellas, el de ser capaces de asumir la responsabilidad de, pese a las diferencias, marcarnos unos objetivos comunes y una hoja de ruta clara que nos haga confluir para que toda la clase trabajadora y toda la sociedad en general se vea representada.

En estas semanas estamos conmemorando el centenario del asesinato de Salvador Seguí, pieza fundamental en la historia del anarcosindicalismo y protagonista del éxito de la huelga de La Canadiense en la que se consiguió la jornada laboral de 8 horas. ¿Creéis que durante esa huelga no hubo diferencias?, ¿creéis que Seguí no recibió críticas durante todo ese proceso? Las hubo y muy importantes, pero tanto Seguí como aquellas personas que le rodeaban tuvieron la capacidad de poner al colectivo por delante de ellos mismos y de su propia organización. Eso es lo que realmente los llevó al éxito.  Las diferencias y las discusiones seguirán existiendo, como existen en cualquier ámbito de la sociedad, pero tenemos que ser capaces de aparcarlas para poder analizar realmente qué papel queremos desempeñar de ahora en adelante, si queremos mirar solamente por la construcción de la organización a la que pertenecemos o si vamos a ser capaces de confluir y de luchar conjuntamente por la construcción de un nuevo mundo y de una nueva sociedad.

Miguel Fadrique Sanz

Secretario General de la CGT

 


Fuente: Rojo y Negro