Artículo publicado en Rojo y Negro nº 388 de abril.

Me llamo Manuel del Valle Vega, pertenezco al Sindicato de Administraciones Públicas de Madrid, tengo 37 años, vivo en Madrid y hasta la pandemia he trabajado siempre en el mundo audiovisual como técnico de sonido, audiovisuales, fotografía, edición de vídeo, etc. En plena cuarentena me despidieron de mi anterior trabajo y a partir de ahí cambié totalmente de sector y empecé a trabajar como Técnico especialista III* en coles públicos de la Comunidad de Madrid y lo sigo compaginando con varios trabajos de fotografía. Ahora me presento a las elecciones sindicales de personal laboral de la Consejería de Educación.

Llevo muchos años afiliado a CGT, desde que estuve trabajando en la tele autonómica de Baleares. Allí viví varios procesos de lucha muy potentes en los que aprendí mucho, me despidieron 2 días antes de las elecciones sindicales para que no me pudiesen elegir y aun así conseguimos presentarnos y salí elegido, fue un proceso bastante potente de compañerismo. Siempre he trabajado en la empresa privada y conozco el sindicalismo desde ahí, el hecho de presentarme ahora en las elecciones a personal laboral de la Comunidad de Madrid es nuevo para mí y tengo muchísimo que aprender porque las dinámicas son distintas. De los cuatros años que llevo trabajando como técnico especialista III he podido ver que es una categoría medio fantasma a la cual la Comunidad de Madrid infravalora absolutamente a pesar de que somos muchísimas personas y de que realizamos un trabajo esencial para todo el alumnado con necesidades especiales: el 90 por ciento de la plantilla sigue siendo temporal, las funciones no están bien definidas en ningún sitio lo que hace que en cada centro de trabajo haya que pelear por cualquier mínimo derecho, no se valora la carga física y de riesgo que en muchos casos implica el trabajo, en fin, creo que hay muchas cosas que se pueden trabajar y mejorar, tanto para las trabajadoras como para el alumnado.
Creo que entre la gente de mi edad se juntan varios factores. Por un lado, pienso que efectivamente hay una falta de conciencia de clase que hace que no identifiquemos como propios los problemas de las y los trabajadores y esto creo que es fruto de una estrategia comunicativa, cultural y social muy potente del neoliberalismo y, por otro lado, también creo que en los últimos años vivimos instalados en un pesimismo como clase que hace que en ocasiones no sepamos imaginar cómo llegar a un futuro mejor. Las condiciones laborales no han hecho más que empeorar con los diferentes gobiernos neoliberales y/o socialdemócratas (en los cuales mucha gente trabajadora ponía sus esperanzas) y por otro lado las tradicionales herramientas de lucha no nos han servido para darle un poco la vuelta a esa dinámica.
Pienso que existe un grandísimo desprestigio del sindicalismo en general —vaya temazo, jaja— y seguramente mucha culpa de esto la tienen los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) que con su manera de hacer demuestran que son una pata más de los poderes políticos y económicos entre los cuales se van moviendo para no molestar mucho a nadie, pero sin duda alguna los sindicatos de clase o combativos (tanto CGT como otros) creo que no han sabido adaptarse a las nuevas formas de explotación que sufre la juventud y que es lo que, al fin y al cabo, hace que sientas que una organización puede resultarte útil como herramienta de lucha. Creo que no se trata tanto de cómo llegar a la juventud sino de que las y los jóvenes sientan el deseo de participar en organizaciones sindicales. Por supuesto me parece importante estar presentes en los espacios comunicativos (rrss) desde los que les llega la info a las y los jóvenes, pero para eso hay que integrar a esa gente porque si me pones a mí con mis casi 40 palos a llevar un canal de TikTok intentando que diga cosas que le llegue a la peña de 17, tiene toda la pinta de que haría bastante el ridículo.
El trabajador que curra en una gran empresa con un comité de empresa potente desde el cual se generan espacios de negociación y conflicto con la empresa, que es como tradicionalmente se ha funcionado en el mundo sindical, es cada vez más una situación minoritaria. Ahora cuando empiezas a trabajar te contrata una subcontrata de otra subcontrata de otra subcontrata donde no hay representación sindical o te obligan a hacerte falso autónomo y entonces los viejos métodos ya no sirven. En ese sentido hay que darle una vuelta. Más que un mensaje creo que hay que buscar las maneras para conseguir salir de las dinámicas culturales, económicas y sociales que el capitalismo nos va imponiendo, conseguir crear organizaciones, espacios y redes fuertes donde aprendamos a relacionarnos de otra manera para, desde ahí, recuperar esa conciencia de clase.
Desde los 19 años, más o menos, he participado en centros sociales okupados y en colectivos de barrio, en esos espacios es donde me he educado política y culturalmente y donde he vivido maravillosos momentos… a día de hoy, la mayoría de mi red de amigos y amigas vienen de todo ese proceso y es algo que no cambiaría por nada. Creo que tiene bastante que ver con lo que comentaba por arriba, el tema de rejuvenecer las organizaciones sindicales, adaptar lenguajes, interpelar a la peña joven y adaptar mecanismos de lucha a lo que la juventud vive hoy en día. Intentar que las y los jóvenes no tenga esa sensación de que acercarse a un sindicato es tan viejo mundo.

* Técnico especialista III es una figura que muy poca gente conoce y que básicamente nos dedicamos a acompañar y apoyar al alumnado con necesidades especiales tanto en colegios de educación especial como en colegios ordinarios de integración, institutos, etc.

Manuel del Valle Vega
SAP-CGT Madrid


Fuente: Rojo y Negro