Hola a tod@s, escribo estas líneas pues quiero informar públicamente de los hechos de mi detención el día de la cacerolada en Bankia, donde fuimos testigos de la persecución a la que nos someten a aquellas personas que luchamos por nuestros derechos sociales. La situación económica y de salud es cada día más precaria,tome la decisión de regresar a mi Colombia, donde soy natural; para mas detalles, tengo la doble nacionalidad. 

Que las acusaciones falsas del policía nacional de la secreta de Valencia, donde fui sometido a muchas preguntas y donde me decían que me culpara de los hechos de los cuales me acusan, donde siempre mostré mi inocencia y mi dignidad personal ante el acoso para que me auto-culpara de dichas falsedades.

Que las acusaciones falsas del policía nacional de la secreta de Valencia, donde fui sometido a muchas preguntas y donde me decían que me culpara de los hechos de los cuales me acusan, donde siempre mostré mi inocencia y mi dignidad personal ante el acoso para que me auto-culpara de dichas falsedades. Les pido máxima colaboración y difusión de los hechos que hoy me tienen preocupado: sin poder salir del país, en la precaria situación económica en la que me encuentro, desde el día en que fui detenido por manifestarme legalmente y con permiso, ante las acusaciones falsas y no encontrar argumentos ni pruebas legales para acusarme, días después del juicio rápido que me hicieron, me notificaron por medio de mi abogada del sindicato CGT que los hechos por los que me acusaban serian archivados por falta de pruebas.

No quedando satisfechos, me acusan ahora de resistencia a la policía y de lesionar levemente a dos policías, cuando todo es mentira, mantengo por encima de cualquier falsedad, mi dignidad está por encima de lo que sea. Desmiento las acusaciones ya que no puede ser posible, pues siempre me tuvieron esposado, durante mas de 9 horas nunca mostré resistencia ni lesioná a los señores policías, pues en ningún momento me levanté del suelo. Por ello me prohíben salir del país.

Viendo la situación en la que estoy económicamente y no tengo ni familia aquí, me quería ir. Ya tenía oportunidad, pero ahora ya no puedo. Lo veo vergonzoso, injusto, pues todo por lo que me acusan son mentiras. Un país donde me niegan el derecho a trabajar y una vivienda. Nuestros derechos nos los quitan, un país donde no podemos protestar ya que es derecho legitimo, aquí es delito. Presenté recurso con mi abogada, para ver si podía irme a mi país, fue negado, me contestaron que el ayuntamiento ha recurrido la sentencia que estaba lista para presentar, y si lo que buscan es sacar dinero conmigo se ha equivocado completamente. La juez que lleva el caso me dice que me auto-culpe de los hechos, que se acabaría todo. Compañeros y compañeras, pido mayor apoyo de parte vuestra, a su vez a acampada valencia, marcha este, asambleas de barrios y pueblos, donde soy participe, para encontrar a varios testigos para el día del juicio poder mostrar toda mi inocencia.

Máxima colaboración ante esta detención injusta, ejemplo de los argumentos de este gobierno para evitar que salgamos a manifestarnos. Ahora mas que nunca me volcaré todas las veces necesarias a favor de nuestros derechos. Mi teléfono de contacto es 602554170, contacten conmigo para que puedan servir de testigos el día de mi juicio. Les agradezco la atención a este escrito, espero la mayor colaboración de todas y todos.

VALENCIA, A 12 DE SEPTIEMBRE DE 2012

Julián Ballesteros

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Valencia, a 2 de Junio de 2012 

Ante la detención 

Ante todo, quisiera agradecer el apoyo a todas y a todos: a las compañeras y compañeros tanto de CGT como del movimiento 15M, por su solidaridad y apoyo, tanto jurídico como moral. 

Como muchas y muchos sabréis, el año pasado sufrí la brutalidad policial en mis propias carnes, en las cargas sucedidas en las Cortes Valencianas. Desde entonces, y creciendo gradualmente, he ido sufriendo un acoso y persecución a mi persona por parte de las fuerzas de seguridad del Estado. Dicho acoso se ha incrementado en los últimos meses, con varias acusaciones y multas infundadas, tratando de intimidarme con la intención de evitar que ejerza mi derecho a la manifestación y la libre expresión como ciudadano español. 

También quisiera exponer detalladamente los sucesos acontecidos el pasado viernes 1 de Junio de 2012, que supusieron mi detención. Acudí a la concentración (“cacerolada”) convocada en las redes sociales a las 13h de dicho día. Los agentes me acusaron de ser el “cabecilla” de dicho evento, pidiéndome la documentación, a lo cual accedí sin oponer ninguna resistencia. Una vez finalizada la “cacerolada”, nos dispersamos en grupos de menor tamaño. A medio camino entre C/Barcas y C/ Colón, los mismos agentes que me identificaron se aproximaron al grupo, tratando de acorralarnos. Una de las personas que asistió al evento me dijo: “Julián, te están persiguiendo”. Ante esta persecución, decidí marcharme, pero me acorralaron gracias a la intervención malintencionada de un civil allí presente. Una vez reducido de malas maneras, uno de los agentes de la Policía Nacional me dijo “ya te tenemos”, me esposaron, muy apretado, y me introdujeron en un vehículo de la policía, que arrancó, escoltado por dos “lecheras”, y me transportaron a la Jefatura ubicada en Av. Ramón y Cajal. Allí me esperaba un grupo muy numeroso de agentes de la policía secreta (Brigada de Información). 

Pedí que me aflojaran las esposas, pues me estaban haciendo mucho daño, a lo cual un agente me respondió “se lo merece, era usted a quién buscábamos”. Desde las 14:30, momento en que fui detenido, hasta pasadas las 0:30h, nadie me quitó o aflojó las esposas. Incluso me llevaron al hospital, donde recibí atención médica, sin quitármelas en ningún momento, ni siquiera me permitieron hablar en privado con el médico, en todo momento los agentes de policía nacional presentes en la consulta. Me tuvieron 3 horas en el hospital, con las esposas puestas. Me administraron un tranquilizante. 

Me sentaron en una silla, esposado con las manos en la espalda, y tirando con fuerza de las esposas hacia abajo. Un agente de la judicial se me acercó, llamándome “sinvergüenza”, “violento”, “vago”, y acusándome de ser el “cabecilla”. También, y en voz muy alta, me dijo “vete a tu puto país”. Me hablaba a escasos centímetros de la cara, escupiéndome al hablar, denigrándome. Me sentí hostigado, sin poder mediar palabra mientras me insultaba. Si trataba de hablar, me hacían callar, incluso llamándome “mentiroso” , y me repitieron en varias ocasiones que no tenía nada que hacer en este país, que me largara. Otro agente me dijo “pensabas que no te íbamos a coger, pero ya te tenemos, y te voy a meter un “paquete”, y te voy a culpar de desorden público, de robo de pólvora y de haber pegado a una mujer”. Traté de desmentir sus acusaciones, pero me hicieron callar. Sin parar ni dejarme hablar, seguían acusándome de cosas que decían que podían demostrar con vídeos y testigos, y que la señora a la que supuestamente le había pegado una patada, me había denunciado. Uno de los agentes de la secreta que me interrogaba insistía en que dijera “la verdad”, que solamente confesara lo anteriormente expuesto, y que no me iría tan mal. Me quitaron el móvil desde el momento en el cual me capturaron, diciendo que “se ha perdido”, no pudiendo acceder al teléfono de mi abogado. Decidí pedir un “habeas corpus”, a lo cual me dijeron que yo mismo “me estaba echando la soga al cuello”. Les facilité el nombre de un abogado al que conozco, ya que no me permitían coger el móvil. Ellos mismos, delante de mi, esposado, buscaron el nombre del abogado en la agenda. Luego, volvieron a llevárselo, y me dijeron que esa persona les dijo que no era abogado, no representaba a nadie, y ni siquiera me conocía. Me devolvieron el móvil a las 0:00H, cuando me trasladaron al 6º o 7º piso de la Jefatura. 

Allí me hicieron otro interrogatorio, y me dijeron que ellos mismos me facilitaban un abogado de oficio. Les facilité el nº de teléfono de CGT, pero se negaron a llamar a “nadie más”, que ellos “se tenían que ir, que yo era un “cabrón”, y que los tenía toda la tarde y noche sin comer nada”. Después, el mismo agente que me dijo que me fuera “a su puto país”, y algunas descalificaciones más, me dijo que habláramos por las buenas, que no me iba a tratar más mal. También calificaron al movimiento de “violento”, “vagos”, “que campan a sus anchas, haciendo lo que les da la gana, sin importarles los demás”, y que seguir luchando “no tenía ningún mérito”, “que habiamos dañado la fiesta de la Mare de Deu”, que “causaban problemas al comercio”. En varias ocasiones les dije que yo iba a seguir en la lucha, pues me siento afectado por la situación del país. Ellos me respondieron que yo no podía hacer nada por el país. 

Despues de todo esto, llegó el abogado de oficio, y aun esposado, estuve 5 minutos para hablar con él. Me explicó en qué consistía el “habeas corpus”, y también me dijo que me iban a devolver al calabozo, que intentarían volver a interrogarme, pero que no hablara más con ellos. El abogado me aconsejó que al dia siguiente, cuando pasaran el atestado que la policía estaba preparando, él tendría conocimiento pleno de los hechos, y que él me defendería ante el juez, como manda la ley. 

A las 0:30h me quitaron las esposas y me llevaron a Zapadores, donde me volvieron a esposar media hora más, Me hicieron quitarme toda la ropa, pese a que ya me habían requisado todo lo que tenía. Les expliqué que estoy en tratamiento médico, incluso llevaba en la mochila las recetas, pues necesitaba seguir con mi tratamiento. No hicieron ningún caso, incluso se me llegaron a poner las manos moradas de la presión de las esposas. 

El mismo agente que me abrió el proceso, sin siquiera quererse identificar, me dijo “te voy a condenar por desórdenes públicos”, pero luego me acusó de haber robado, y de haber agredido a la señora anteriormente mencionada, cosas que para nada hice, aun así, seguían insistiendo. 

Acto seguido, me llevaron a un calabozo con otras 8 a 10 personas, que olía fatal. Pedí comida en varias ocasiones, pero se negaron a dármela. 

Antes del juicio, alcancé a ver al abogado del 15M, lo cual me dio tranquilidad y confianza, y ya a punto de salir del juzgado, un agente me dijo que había varios compañeros y compañeras que me estaban esperando. Incluso un agente de la secreta, cuando no estaban sus compañeros, me dio la razón, y me instó a seguir, y que no entendía por qué pasaba todo esto. 

En el juicio, me acusaron de desorden público por los acontecimientos de la plaza 15M del 12 de Mayo, causándome confusión, pues otros miles de personas entraron en la plaza, muchos de ellos, antes que yo mismo. También me acusan de sustraer material pirotécnico, lo cual es simplemente, mentira. Me preguntó el juez cuanto tiempo me quedé en la plaza, le respondí que un rato, pues se hizo una asamblea que me interesaba. 

Ante todos estos hechos, me siento insultado, vejado y humillado. Me he dado cuenta de cuan xenófobos son algunos agentes de seguridad del Estado. En un momento dado, me quitaron las esposas, expresamente para volvérmelas a poner más apretadas todavía, causándome muchísimo dolor, no hicieron caso a mis gritos. 

A falta de lo que pueda haber olvidado por los nervios y el cansancio, y volviendo a agradecer a todas y todos su apoyo y solidaridad, me despido, 

Julián


Fuente: Julián Ballesteros