MADRID.- El escritor y dramaturgo Íñigo Ramírez de Haro, cuya obra ’Me cago en Dios’ ha provocado malestar en la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que además es su cuñada, dijo que no piensa achantarse "ante la amenaza clerical".

MADRID.- El escritor y dramaturgo Íñigo Ramírez de Haro, cuya obra ’Me cago en Dios’ ha provocado malestar en la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que además es su cuñada, dijo que no piensa achantarse «ante la amenaza clerical».

El lunes, Aguirre envió una carta a Manuel Hernández de León, presidente del Círculo de Bellas Artes, en cuyo teatro se estrenó la obra el pasado día 21, en la que señalaba que «con sorpresa e indignación» tuvo conocimiento de que se había incluido en su programación «una obra teatral cuyo título es marcadamente hiriente e insultante para una inmensa mayoría de madrileños, a la vez que ofende sus sentimientos más profundos».

«Como presidenta de la Comunidad de Madrid -añade la carta- y máxime representante de sus ciudadanos, y como titular de esta institución que contribuye con una gran cantidad de dinero público cada año a la actividad de esa Casa, quiero trasladarle nuestro malestar, el mío propio y el de la institución que presido, por el hecho de que se haya producido esa circunstancia, y que pueda entenderse que la Comunidad de Madrid avala esta programación».

Aguirre informa de que ha pedido a su consejero de Cultura y Deportes, Santiago Fisas, «que se ponga en contacto con los responsables de esa Casa a fin de adecuar nuestra participación para evitar incidentes como éste».

Todo ello «desde el respeto a la lógica iniciativa del Círculo para programar su actividad, pero desde el también lógico cuidado de que la participación de la Comunidad de Madrid no pueda ser considerada como ofensiva para los sentimientos de los ciudadanos».

El Círculo de Bellas Artes, entidad privada sin ánimo de lucro y dedicada sobre todo al fomento de la cultura y la creación artística, recibe todos los años de la Comunidad de Madrid una subvención de 2,5 millones de euros.

No persigue la provocación

Ramírez de Haro, hasta hace poco responsable de la programación cultural de Casa de América, aseguró que ni él ha llamado a su cuñada ni la presidenta de la Comunidad de Madrid le ha llamado a él. «No he montado ningún escándalo, lo ha montado el clericalismo militante, esa España negra e inquisitorial que todavía existe. Es un problema de libertad de expresión en un país que constitucionalmente es laico».

Niega Ramírez de Haro que el título de su obra persiga la provocación. «Soy escritor -dice- y utilizo el lenguaje de la calle, el habla popular. Y esa expresión se oye constantemente. Yo la he utilizado como podría haber utilizado cualquier otra».

«No me arrepiento ni avergüenzo de ser laico y ateo. Algún día, espero que este país lo sea también», añade Íñigo Ramírez de Haro, quien destaca que la obra ha sido estrenada ya, y con notable éxito, en Nueva York y México, y que próximamente se estrenará en París. «En mi ánimo no existe ningún deseo de provocación», añade el autor de otras obras como ’Hoy no puedo trabajar porque estoy enamorado’, ’Tu arma contra la celulitis rebelde’ o ’Extinción (la familia)’, y que actualmente trabaja en la escritura de ’Lo siento Sanum, Letizia es nuestra reina (los Reyes también lloran)’.

’Me cago en Dios’ estará en el teatro del Círculo de Bellas Artes hasta el próximo domingo. «El acuerdo con el Círculo era que si iba bien de público, y va bien, se prorrogaría, pero después de lo ocurrido no creo que sea así», destaca el autor, al tiempo que insiste en que se trata de un espectáculo financiado de manera privada, «lo he pagado de mi bolsillo. El Círculo se limita a prestar la sala para su representación».

La obra, según Ramírez de Haro, es autobiográfica, y basada en su experiencia como alumno de un colegio de curas, los jesuitas. «Cuando los clericales se rasgan las vestiduras -comenta- pueden ocurrir dos cosas : que te achantes o que, con tranquilidad, y ese es mi caso, reivindiques tu libertad de pensamiento. España no puede seguir padeciendo esa amenaza clerical. Soy víctima de la censura».