El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aprobó ayer las Instrucciones Técnicas Complementarias (ITCs) que resultan del Informe Definitivo de las Pruebas de Resistencia que se han realizado a raíz del accidente de Fukushima Daiichi. Para Ecologistas en Acción estas medidas no garantizan la seguridad de las instalaciones nucleares españolas al 100% por varios elementos que quedan pendientes, tal como se reconoce en el propio informe del CSN.

 La aplicación de las
lecciones aprendidas en Fukushima no es sino una imposible carrera hacia
la inalcanzable perfección de las instalaciones nucleares.

 La aplicación de las
lecciones aprendidas en Fukushima no es sino una imposible carrera hacia
la inalcanzable perfección de las instalaciones nucleares.

Las ITCs enviadas por el CSN a las instalaciones nucleares suponen
las mejoras a realizar tras las pruebas de resistencia. En todos los
casos se crean centros alternativos de gestión de emergencias (CAGE) con
anterioridad a finales de 2015. Y también se decide poner en poner en
marcha un nuevo centro nacional de apoyo de emergencias (CAE) antes del
final de 2013. Los equipos y personal especializado de este centro han
de tener capacidad para intervenir en cualquier central en un plazo de
24 horas desde el accidente. Además se añaden sistemas de salvaguardia
como nueva capacidad de refrigeración y venteo y se mejora la
resistencia sísmica.

Para Ecologistas en Acción estos esfuerzos no garantizarán la
seguridad de las instalaciones al 100% puesto que todavía no se han
considerado las acciones humanas como desencadenantes de accidentes.
Según el propio CSN estos estudios quedarán concluidos a finales de
2012. Estas acciones podrían ser explosiones provocadas o accidentales,
choques de avión o de camiones de gran tonelaje no sólo contra los
edificios de las contenciones, sino contra los edificios auxiliares,
donde se encuentran los equipos de emergencia.

Tampoco se han finalizado los estudios que determinan los efectos de
determinados sucesos en la red eléctrica y que involucran no solo al CSN
y a los operadores de las centrales, sino también a Red Eléctrica
Española (REE), lo que muestra la complejidad de la seguridad nuclear.

Por otra parte, los informes de las pruebas de resistencia
presentados por los operadores están realizados por ellos mismos y no
por agentes independientes, lo que sería de rigor a la hora de evaluar
la seguridad. Estos informes están por tanto basados en que las
instalaciones están en una situación ideal, lo que no es cierto según
muestran los numerosos incidentes que se producen cotidianamente en el
parque nuclear español.

Finalmente, las pruebas de resistencia han ignorado hasta ahora dos
importantes instalaciones como son el cementerio nuclear de El Cabril,
en la provincia de Córdoba y la fábrica de elementos combustibles de
Juzbado (Salamanca).

Tras cada accidente, la industria nuclear declara que ha aprendido la
lección y que modificará las centrales nucleares de acuerdo con ello.
Sin embargo, se siguen produciendo nuevos accidentes con consecuencias
catastróficas para la población y el medio. La aplicación de las
lecciones aprendidas en Fukushima no es sino una imposible carrera hacia
la inalcanzable perfección de las instalaciones nucleares. Por tanto,
lo más sensato sería renunciar a mantener esta fuente de energía y
proceder a un cierre escalonado de las centrales, tal como se está
haciendo en Alemania, Suiza, Bélgica y el propio Japón, donde en estos
momentos ya sólo hay dos reactores en funcionamiento de los 55 que posee
dicho país.

http://www.ecologistasenaccion.org/article22755.html


Fuente: Ecologistas en Acción