BUENAVENTURA DURRUTI, EL GRAN OLVIDADO
El día 20 de noviembre de 1936, murió en la defensa de Madrid, el compañero Buenaventura Durruti, luchando contra los facciosos que habían dado un golpe de estado contra los trabajadores. En este país en que se da tanto valor a las simbologías, solamente se tiene en cuenta el 20 de noviembre la figura del dictador Franco, tanto por los antifranquistas como por sus partidarios y, tristemente, nos olvidamos de un luchador por la libertad tan en las filas del anarcosindicalismo español así como de todos los trabajadores de su época.



BUENAVENTURA DURRUTI, EL GRAN OLVIDADO

El día 20 de noviembre de 1936, murió en la defensa de Madrid, el compañero Buenaventura Durruti, luchando contra los facciosos que habían dado un golpe de estado contra los trabajadores. En este país en que se da tanto valor a las simbologías, solamente se tiene en cuenta el 20 de noviembre la figura del dictador Franco, tanto por los antifranquistas como por sus partidarios y, tristemente, nos olvidamos de un luchador por la libertad tan en las filas del anarcosindicalismo español así como de todos los trabajadores de su época.

Junto a sus compañeros de la CNT y otros trabajadores hizo fracasar el 19 de Julio de 1936 el golpe militar en Barcelona donde, entre otros compañeros, murió Francisco Ascaso su inseparable compañero.

Consciente de que la revolución y la guerra en contra del fascismo eran compatibles y a pesar de que tenía serias diferencias con los dirigentes republicanos no dudó en trasladarse con sus compañeros allá donde fuese para defender unos ideales que le costaron la vida.

Dada la compleja situación y los avatares de la contrarrevolución, nos encontramos con que Durruti se desplaza con su columna al frente de Aragón. García Oliver requiere su traslado a Madrid a pesar de no estar consolidadas las posiciones de Zaragoza. Este traslado se debe a que la capital de España está en serio peligro de caer ante las tropas sublevadas, lo cual supondría un terrible mazazo para los leales a la República y también, es evidente, por el peso específico que tenía la Columna Durruti para reforzar la moral de los combatientes madrileños.A su llegada son recibidos por los ciudadanos como auténticos salvadores.

Es cierto que en la CNT y en el anarquismo en general el culto a la personalidad es algo que nos produce cierto rechazo, pero es de justicia que en la fecha del 20-N recordemos a Durruti ; así como a otros compañeros que ofrecieron lo más preciado que tenían luchando contra militares, civiles e iglesia aliados con el fascismo. Por cierto y como anécdota, todavía podemos contemplar en muchos de sus templos símbolos de caídos por dios y por España.

Más allá de su de su corta pero azarosa existencia ( 1896-1936 ), en este hombre se plasma «la pasión que le caracterizó siempre, el medio social donde emergió y que trató de transformarlo radicalmente. Durruti, como todo tipo humano cuya virtud esencial es la de ser fiel a si mismo no puede escapar a ese regla general de los hombres que hacen historia»(1) por mucho que esta haya sido manipulada y su figura utilizada por bastardos intereses.

(1) Del libro “Durruti en la Revolución Española” de Abel Paz.

CNT-Bilbao


Par : acratador