El juego de la Oca entre dos mundos
Más de mil personas, entre ellas bebés y niños, están abandonados a su suerte en la frontera entre Marruecos y Argelia. Mientras tanto el estado español "devuelve" a subsaharianos para que el gobierno marroquí igualmente los "devuelva", al desierto.
El juego de la Oca entre dos mundos

Más de mil personas, entre ellas bebés y niños, están abandonados a su suerte en la frontera entre Marruecos y Argelia. Mientras tanto el estado español «devuelve» a subsaharianos para que el gobierno marroquí igualmente los «devuelva», al desierto.

Ya son más de 36 muertos e inumerables desaparecidos en el desierto del Sáhara. Viajan desde Marruecos hacinados en autobuses, esposados, como animales de granja. Viajan sin saber dónde les llevan, con la única certeza de que su más probable destino es la muerte.

Pero no lloran por eso, no les duele morir, al fin y al cabo vivir ya es suficiente dolor para ellos. Les da rabia haber llegado tan lejos y que les devuelvan a la casilla de salida en este juego de la oca, tan injusto, que siempre acabamos ganando los mismos. El problema es que al mandarlos a la casilla de salida, más de uno tendrá que pasar por la muerte.

Les mandarán a sus paises, al desierto… Les pondrán vallas más altas, más control en el estrecho… Sin embargo seguirán intentándolo. Señores políticos, dejen de mirar los hechos y sus consecuencias, miren también sus causas para buscar soluciones. Una valla más alta no va a impedir ni apagar el deseo de millones de africanos de vivir en Europa.

Europa se ha convertido en la fortaleza medieval que todo campesino desgraciado quiere atravesar para vivir mejor. Lleva pasando esto desde la Edad Media, pero cada vez a una escala mayor. Somos señores feudales, ricos que viven sin límites en su abundancia. Hay para todos, al menos eso creo yo y eso creen los que arriesgan su vida para comprobarlo.


Fuente: Fran Álvarez