El PSOE (poli-mili) contra Zapatero
Si no fuera chusco y manido, se podría hacer la broma de repetir aquel parte que dio origen a lo peor de todo esto, y decir que “dividido y derrotado el frente nacional, el país plural está cumpliendo pacíficamente sus últimos objetivos democráticos con la negociación del Estatut”. Pero mejor será pasar del pasado y construir futuro, porque marcha atrás ni para tomar impulso. Aunque ciertamente el Partido Popular está quebrado, y si la tormenta desatada entre el núcleo duro representado por Acebes y las magras huestes de Piqué no amaina, en Génova 13 pueden entrar en una imprevisible reacción en cadena.
El PSOE (poli-mili) contra Zapatero

Si no fuera chusco y manido, se podría hacer la broma de repetir aquel parte que dio origen a lo peor de todo esto, y decir que “dividido y derrotado el frente nacional, el país plural está cumpliendo pacíficamente sus últimos objetivos democráticos con la negociación del Estatut”. Pero mejor será pasar del pasado y construir futuro, porque marcha atrás ni para tomar impulso. Aunque ciertamente el Partido Popular está quebrado, y si la tormenta desatada entre el núcleo duro representado por Acebes y las magras huestes de Piqué no amaina, en Génova 13 pueden entrar en una imprevisible reacción en cadena.

Por más que hay un método en su locura y tienen aliados insólitos. En la recta final de las negociaciones sobre el Estatut, no sólo el PP destaca como el gran perdedor. Al lento suicidio político de la derecha parlamentaria, marginada por voluntad propia del consenso entre tripartito y gobierno, se ha añadido el premeditado harakiri ideológico del sector felipista del partido en el gobierno. Confirmando que a menudo los intereses creados de las castas hacen extraños compañeros de viaje, nacionalcatolicistas y nacionalsocialistas de pro han preferido confabularse con la trama inmovilista antes que conllevar el módico reformismo impulsado por el presidente Rodríguez Zapatero.

La oposición del Partido Popular y la vieja guardia del PSOE, escoltada por algunos de sus más significados barones (los que excusaron lo del Gal y los Fondos Reservados) han hecho causa común en una especie de reciclado ¡”que inventen ellos” ! para intentar desbancar al pérfido ZP. Un Rajoy aznarizado, un patético Ibarra, un insufrible Bono, un insípido Barrera y otros tantos ilustres nostálgicos (los Paco Vázquez, los Leguina, los Guerra y los González) han sellado con una fallida pinza antiestatuto su funeral político, posibilitando así una implosión a dos bandas que a medio plazo puede devenir en segunda transición o incluso hacer alborear la temida (por ellos) ruptura.

Y es que en pura semántica política no hay mucha diferencia entre las retrógradas posiciones del líder del PP y las no menos rancias actitudes de los “chicos del coro” felipista. Porque mientras los populares llevaban al extremo del esperpento la escenificación de su cruzada centralista, el frente del rechazo socialista orquestaba sus críticas, denuncias, amenazas, chantajes, insidias y conspiraciones al paso alegre de los pronunciamientos de jefes del Ejército, alta Curia Eclesial y gran prensa reaccionaria. Todos a una, la caverna del PP y la facción poli-mili del PSOE se han retratado para la posteridad como caníbales políticos dispuestos a todo para no ceder su cuota de poder.

¿Por qué irrita tanto Rodríguez Zapatero a los pata negra del PSOE ? ¿Por qué este “Bambi”, como despectivamente llamó a Zapatero el chistoso Alfonso Guerra, saca de quicio a la vez a Felipe González, Mariano Rajoy y los poderes fácticos ? Posiblemente porque las modernización que ha emprendido el joven dirigente socialista, impulsando una batería de derechos de tercera generación (feminismo, pacifismo, ecologismo, civilismo, etc.) tiene la virtud de anular el tradicional universo simbólico de la derecha y, al mismo tiempo, mostrar el raquítico legado ético y social de los catorce años de aclamado felipismo. Zapatero ha sido la tumba de Aznar, pero va a terminar poniendo en almoneda la obra de Felipe González.

Falta por saber si asistimos al principio de otro tiempo en la política española o si, por el contrario, galgos y podencos están dispuestos a nuevas carlistadas para salvarnos de nuestras propias y responsables decisiones. De momento, el PP ha vuelto a mirarse en el espejo de la franquista Alianza Popular y los “chicos del coro” de la bancada felipista, por su parte, asisten turbados al extraño espectáculo de atisbar si donde el señor X puso balas y sicarios para licenciar a ETA al señor Z le basta con diálogo, política y convicciones. 2006 será otra vez el año en que vivimos peligrosamente.


Fuente: Rafael Cid