Los problemas jurídicos que aquejan al SCH y a su presidente en España tienen una proyección internacional al cotizar en Nueva York. La temible Securities and Exchange Commission (SEC), presidida desde el año pasado por William Donaldson, antiguo presidente de la Bolsa de Nueva York, no parece, sin embargo, asustar a Emilio Botín. El banco no ha remitido en tiempo y forma el formulario 20-F, y cuando ha cumplido lo ha hecho minusvalorando claramente la gravedad y alcance de los casos de las cesiones de crédito y de las indemnizaciones millonarias a Amusátegui y Corcóstegui.

Los problemas jurídicos que aquejan al SCH y a su presidente en España tienen una proyección internacional al cotizar en Nueva York. La temible Securities and Exchange Commission (SEC), presidida desde el año pasado por William Donaldson, antiguo presidente de la Bolsa de Nueva York, no parece, sin embargo, asustar a Emilio Botín. El banco no ha remitido en tiempo y forma el formulario 20-F, y cuando ha cumplido lo ha hecho minusvalorando claramente la gravedad y alcance de los casos de las cesiones de crédito y de las indemnizaciones millonarias a Amusátegui y Corcóstegui.

En efecto, por el mercado financiero español corrió como la pólvora días atrás la especie de que el SCH no había presentado timely ante el regulador americano el formulario 20-F, una especie de confesión general anual extremadamente detallada que hacen las sociedades extranjeras cuyos valores cotizan en Wall Street.

Para explicar su retraso, el SCH recurrió al modelo 12b-25 (Form 12b-25. Notification of Late Filing). En el apartado III de dicho modelo podía leerse que la presentación en plazo no había podido efectuarse como consecuencia del traslado de las oficinas centrales a Boadilla del Monte. En particular, porque los departamentos contable y financiero, responsables de preparar el 20-F, se trasladaron entre los días 25 y 28 de Junio de este año, razón por la cual “the Registrant was unable to complete its Form 20-F by the prescribed due date without unreasonable effort and expense”. (Vamos, que el banco no pudo cumplimentar ese formulario sin haber incurrido en irracionales gastos y esfuerzos).

La explicación del banco sonaba tan extravagante que los rumores se propagaron a gran velocidad por Madrid. El fin de semana pasado, sin embargo, en la página web de la SEC ya podía consultarse el famoso formulario 20-F, dando pie a otra clase de sorpresa : el SCH, simplemente, no dice la verdad sobre la gravedad de los casos de las cesiones de crédito e indemnizaciones.

A partir de la página 95 del 20-F, el banco cuenta los “legal proceedings” (procedimientos judiciales en los que está inmerso). En la 96, hay un único párrafo dedicado a las cesiones de crédito “against the bank and three officers” (contra el banco y tres ejecutivos). Tres directivos, que no son exactamente tres, pero uno de los cuales es el presidente del banco (cuyo nombre no se cita jamás) ; otro, el ex consejero delegado y miembro de la ejecutiva (Rodrigo Echenique), y el ex responsable de los servicios jurídicos (Uclés).

Item más, el banco asegura a la SEC que el denunciante es “one citizen” (un ciudadano), ocultando que se trata de la Asociación para la Defensa de Inversores y Clientes y de un partido político, Iniciativa per Catalunya, que a la sazón forma parte del Gobierno tripartito catalán.

“El resultado final de este pleito será favorable al banco”, dice el propio banco, “y por lo tanto no hay razón para efectuar provisión específica alguna”. Lo más llamativo es que, a juzgar por las explicaciones del 20-F, pareciera como si todo hubiera ido a menos, cuando resulta que Botín y sus subordinados están a punto de sentarse en el banquillo. Ninguna referencia a los delitos fiscales (nada menos que 38), ni a los 114 años de cárcel que para el propio Botín solicita la acusación.

Igualmente abierto (o más cerca del juicio oral si cabe) se halla el caso de las indemnizaciones millonarias a Amusátegui y Corcóstegui. La información que el banco remite a la SEC (página 97) es igualmente somera y engañosa. Ninguna referencia a que los citados, con Botín a la cabeza, tendrán que sentarse en el banquillo por supuesta administración desleal de fondos sociales y apropiación indebida de 152 millones de euros (más de 25.000 millones de las antiguas pesetas).

La misma aparente despreocupación exhibe el banco al hacer referencia -somera, como de costumbre- al contencioso que mantiene con la francesa Total a propósito de CEPSA. Tampoco aquí considera necesario hacer provisión alguna a resultas del final de un litigio que el SCH tiene muy en contra en el Tribunal de la Haya. ¿Corolario ? A la temible SEC se le puede contar lo que a uno le parezca menos la verdad.