Los cambios en el trabajo y la búsqueda continua por mejorar la productividad y obtener un mayor rendimiento de los empleados han traído consigo nuevas enfermedades, que antes eran desconocidas. Palabras como mobbing (acoso laboral) o burnout (síndrome del quemado) se han incorporado recientemente a los manuales de los técnicos, a la vez que aumenta el número de bajas por depresión, estrés, ansiedad o incluso otras más graves como las motivadas por violencia en el trabajo, acoso o intimidación.

Los cambios en el trabajo y la búsqueda continua por mejorar la productividad y obtener un mayor rendimiento de los empleados han traído consigo nuevas enfermedades, que antes eran desconocidas. Palabras como mobbing (acoso laboral) o burnout (síndrome del quemado) se han incorporado recientemente a los manuales de los técnicos, a la vez que aumenta el número de bajas por depresión, estrés, ansiedad o incluso otras más graves como las motivadas por violencia en el trabajo, acoso o intimidación.

La prevención de estas situaciones fue uno de los temas que se trató esta semana en el II Encuentro de Recursos Humanos de Canarias, que organizó la Fundación Mafre Guanarteme. Dentro de este foro, el gerente de Preventium, empresa de prevención de riesgos laborales vinculada al grupo Adecco, Javier Blasco, trató los nuevos problemas de salud laboral. Según los cálculos de Adecco, el 18% de las bajas totales por enfermedad laboral están relacionadas con estas patologías y en un 25% originan que el empleado deba pedir una baja de dos semanas o más de ausencia en su trabajo.

Sin embargo, a pesar de este aumento, todavía sigue siendo muy difícil su prevención, según indicó Blasco. Normalmente, la empresa no se dan cuenta de estas situaciones hasta que entran en un juzgado o reciben una reclamación judicial. Además, en algunos casos, puede darse la situación inversa y que los trabajadores intenten aprovecharse acusando a sus jefes de supuestos casos de mobbing, para evitar que sus superiores puedan presionarlos.

Para intentar evitar ambas situaciones es necesario que haya una buena comunicación entre jefes y trabajadores, así como entre estos últimos. Sólo liberando parte de la presión diaria se evita la gran descarga final. Los expertos proponen incluso técnicas de gestión de recursos humanos o encuentros de fin de semana fuera de la empresa, en donde todos tienen la oportunidad de decirse las cosas a la cara.

Para el gerente de Preventium, cada vez es más importante que las empresas entiendan que deben tener un ambiente laboral bueno, ya que ganan bastante si tienen trabajadores motivados. Además, es fundamental que se elimine la inseguridad jurídica en los temas de prevención, porque el empresario puede llegar a la conclusión de que haga lo que haga le van a sancionar y puede decidir a quitar los recursos que en ella gasta, para destinarlo a otros fines, como contratar a un buen abogado o ganarse la simpatía del comité de empresa de turno. Blasco está convencido de que «la prevención mejora la competitividad y hay que darle seguridad jurídica».

Vayase a descansar

Las empresas han fallado en la forma de curar a sus trabajadores afectados por estas nuevas enfermedades laborales. En muchos casos, se les mandaba directamente a casa y el trabajador acudía a su médico de cabecera una vez por semana, para que certificase la enfermedad. Finalizados los 18 meses que de máximo se da a un trabajador, éste volvía a su empresa, con el mismo problema.

Blasco propone que todos aquellos a los que se les declare esta enfermedad deben ser tratados por especialistas, como psicólogos. Además, aconseja que el trabajador se olvide durante un tiempo de su empresa y salga de vacaciones, con independencia de que se pueda coger unos días más.