El que fuera circunstancialmente secretario general de la CNT y víctima de la represión policial como impulsor de la huelga de las gasolineras en Barcelona en protesta por los preconstitucionales Pactos de La Moncloa,  el catalán Enric Marco,  murió el pasado 21 de mayo en una clamorosa soledad de propios y extraños.

A continuación reproduzco el artículo publicado hace pocos meses para contextualizar su actuación en el movimiento anarconsindicalista:

<<Franco murió en la cama el 25 de noviembre de 1975.

Un año antes, el 25 de abril de 1974, mandos intermedios del ejército portugués habían puesto fin a dictadura salazarista marchando sobre Lisboa y ocupando la sede de la policía política (PIDE).

Tres meses después, el 24 de julio, en Grecia colapsaba el régimen de los coroneles asediado por la presión popular.

Mientras, en España la represión arreciaba:

– El 2 de marzo de 1974 ejecutaban por garrote vil al anarquista Salvador Puig Antich, del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), por encabezar la acción armada y la lucha obrera contra Franco.

-En junio de 1975 eran detenidos y encarcelados los promotores de la clandestina Unión Militar Democrática (UMD), organización hermana de la que consumó la Revolución de los Claveles en el país vecino.

-Tres meses más tarde, en septiembre de 1975, las autoridades franquistas fusilaban a cinco militantes antifascistas, tres del FRAP  y dos de ETA.

-Y en noviembre de 1975, tras la marcha verde marroquí decretada por Hasán II, el gobierno entregaba el Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania.

Pasados solo dos años de aquellos sucesos, en 1977, los dirigentes de los principales partidos de izquierda, socialistas y comunistas pactaban amnistiar a los servidores de la dictadura. Nacía una democracia consensuada en forma de monarquía instaurada en la figura de Juan Carlos I. El rey designado por Franco será elegido nuevo jefe del Estado.

En el debate parlamentario que sancionó la impunidad de los crímenes de la dictadura, el portavoz por el Partido Comunista de España (PCE) y líder de Comisiones Obreras Marcelino Camacho  justificó así el voto a favor de su formación: <<Nosotros  consideramos que la pieza capital de esta política de reconciliación nacional tiene que ser la amnistía. ¿Cómo podríamos reconciliarnos los que nos habíamos estado matando si no borrábamos ese pasado de una vez para siempre? >>. Los hundidos y los salvados en el mismo plano.

No hay nada noble, ni digno, ni justo, en esa hermenéutica. Semejante nivelación fue el punto de partida de la transición como rito de iniciación para la transacción. El consenso entre franquistas y antifranquistas se justificó como <<una correlación de debilidades>>, en frase acuñada por conocido escritor del PSUC Manuel Vázquez Montalbán. En teoría la oposición reconocía su incapacidad para derrotar al franquismo, optando por pactar con aquel régimen y sus herederos. Borrón y cuenta nueva.

El 15 de junio de 1977 se celebran las primeras elecciones libres.

Seguidamente, el 29 de octubre, se firman los Pactos de la Moncloa por los líderes de los partidos políticos, luego ratificados por UGT y Comisiones Obreras, que validarían el marco económico y social de la democracia.

En rechazo al acuerdo político-sindical preconstitucional, a finales de octubre y primeros de noviembre la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) declara una huelga general en las gasolineras de Barcelona y su provincia. El secretario general de la CNT, Enric Marco, es detenido y torturado en las dependencias policiales (en las fotos). Décadas después, otro novelista catalán, Javier Cercas, se ensañará con el veterano anarcosindicalista. En 2014 publica El Impostor, libro que recreaba en la persona de Marco el arquetipo del suplantador. Arrogándose la representación de Amical de Mauthausen, la mayor asociación de víctimas del nazismo, en 2005 Marco había causado gran conmoción durante una recepción en el Congreso al comparar el genocidio nazi con la política de Israel respecto al pueblo palestino. El propio Cercas había sido acusado de fabulador por el periodista Gregorio Morán al basar su best-seller Los soldados de Salamina en un hecho ficticio, el fallido fusilamiento del líder falangista Rafael Sánchez Mazas.

En noviembre de 2021, los mismos partidos que protagonizaron la <<concurrencia de debilidades>>, ahora en el poder conformando un Gobierno de coalición de izquierdas, anunciaban el <<hecho histórico>> de una Ley de Memoria Democrática para perseguir los crímenes del franquismo… sin derogar la Ley de Amnistía. Días antes se habían repartido con la derecha los puestos de las principales instituciones, Tribunal Constitucional, Tribunal de Cuentas y Defensor del Pueblo. A la espera de hacer otro tanto con el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Atado y bien atado>>.

Rafael Cid

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Fuente: Rafael Cid