Tenemos que lamentar la pérdida del amigo y compañero Txema Bofill (LaBisbal d'Empordà), fallecido en fatídico accidente de coche, El Txema, activista social incansable, libertario, investigador anarquismo y colaborador de la Revista Catalunya, que realizaba entrevistas en las páginas centrales de la Revista Catalunya. Transmitir el pésame a amigos y familiares por su pérdida.

Os dejamos con entrevista hecha en 2010 en El Pèssol Negre, que hace de hilo conductor con su enriquecedora biografía personal y que nos dejó poso en las páginas de la Revista Catalunya.

Que la tierra le sea leve.

Colectivo Revista Catalunya

Entrevista a Txema Bofill, investigador, libertario, activista social y hoy entrevistador entrevistado (entrevista en El Pèssol Negre nº 50)

Quizás lo tiene visto de diversas manifestaciones o lo conocéis del Ateneu Enciclopèdic Popular o bien tal vez haya leído algún día su blog (http://blocs.mesvilaweb.cat/txemabofill) o alguna de las entrevistas que se refiere al Catalunya. Sí hoy hablamos con el Txema Bofill, un pedagogo, activista, investigador, revolucionario y, hace un tiempo entrevistador.

Entrevista a Txema Bofill, investigador, libertario, activista social y hoy entrevistador entrevistado (entrevista en El Pèssol Negre nº 50)

Quizás lo tiene visto de diversas manifestaciones o lo conocéis del Ateneu Enciclopèdic Popular o bien tal vez haya leído algún día su blog (http://blocs.mesvilaweb.cat/txemabofill) o alguna de las entrevistas que se refiere al Catalunya. Sí hoy hablamos con el Txema Bofill, un pedagogo, activista, investigador, revolucionario y, hace un tiempo entrevistador.

El Txema nació el 2 de enero de 1953 en la Bisbal del Empordà. Hijo de una familia burguesa fue a la escuela nacional ya los diez años en el seminario. Sí, iba por cura, él de hecho quería ser misionero en África, lo tenía idealizado. Curiosamente con aquellos curas aprendió con mucha libertad, aprendían en catalán e incluso consiguieron que ir a misa no fuera obligatorio. Eran curas obreros de Girona y eran sin duda progresistas. Era un adolescente y ya tomó conciencia política y pronto entró en contacto con grupos marxistas. A los 16 años fue a estudiar en Barcelona, ​​primero internado y poco después liberarse en todos los sentidos -familia, educación, política … -.

Entra en contacto con los grupos de teatro independiente como el de Girona. La lectura de De Proudhon a Cohn Bendit, de Heleno Saña lo marcó, encontró lo que él pensaba y hacía. En Barcelona comienza a estudiar Medicina y al mismo tiempo a protestar. En las células de Bandera Roja, con el PSUC, con los trotskistas, una sopa de letras considerable, iba flirteando con unos y otros. Deja medicina y pasa a Filosofía, otro disgusto a la familia -cabells largos, filosofía, hippies, movidas y follones diversos-. Enseguida contacta con los anarquistas, el Bombillas y gente de la Escala, los que serán llamados Estudiantes Libertarios, donde también había en Casasses con los poemas, etc. En las luchas universitarias se especializó en hacer de piquete y montar manifestaciones cortas y seguidas en diferentes puntos de la ciudad. Cincuenta o cien personas, piedras, a veces cócteles y el mínimo de detenciones. Dice que iba siempre arreglado, sin «peines» para no llamar la atención. Siendo poca gente se pueden hacer cosas importantes, es uno de los lemas del Txema, fruto de la experiencia, claro.

– Pero la carrera no la debías terminar?

La carrera, qué va. Nosotros mareábamos mucho a los profesores. Y a mí me expulsaron por unas acciones de empleo y comida gratis colectiva en los comedores de la universidad. De hecho ya antes me habían detenido para hacer unas pintadas contra Franco en la Universidad de Girona para ir demasiado confiado como si fuera en Barcelona donde si que iba muy «suelto».

– Y estuviste mucho tiempo en prisión?

Tres o cuatro meses. Claro, salgo, pero me piden 2 años. Que ahora, no te creas, que por el mismo pringan igual. Y decidí marchar, además la mili no la quería hacer … y hacia Toulouse.

– Y en Toulouse debías contactar …

Con los de la CNT, el oficial, que nos acogieron. Estaba Federica Montseny, Hortensia Torres, que eran un grupo de mujeres. Y yo me quedé en la casa del de la imprenta. Después en París y estuvimos en casa de Miguel Moreno, que era de un grupo de la CNT de París. Después, con toda la historia del MIL, nos separamos.

– Pero entonces aún no habías contactado con la gente del MIL?

No, esto es antes. Pero la llegada allí, pasa todo el del MIL, las detenciones. Y nosotros montamos un comité de solidaridad con los presos del MIL. Estábamos todo gente del «ORA», de las Células Revolucionarias, que eran hijos de anarquistas, de refugiados, que ya eran franceses. Y en una de estas reuniones, Jean-Marc y Cricri, que no vienen a la reunión pero saben que hay una reunión del comité de solidaridad y viene Pilar, que me conocía a mí de la Universidad. Y me dijo que fuera había unos del MIL que me querían conocer. Y yo estaba con Miguel Moreno y fuimos a tomar un café y así entramos en contacto. Y fuimos a Toulouse y nos fuimos viendo y preparando cosas. Nosotros estábamos en el Comité, haciendo vida normal, estudiante en la Universidad y siendo refugiado político.

– Y de esta reunión con Jean-Marc y tal, qué salió?

Pues ya empezaron a estar en contacto con los del MIL, que ya se acababan de escindir, ya no podemos decir que eran el MIL. Bajamos en Toulouse, participo editando cosas, libros del «Mayo del 37», en la librería de anarquistas, una imprenta en Toulouse, de Regla, que ya se muerte. Hay editábamos una revista que se llamaba Basta y que participaron estos con el GARI. Y esto era una cooperativa, haciendo libros de resistencia, panfletos. Y todavía continúa esta imprenta, es una imprenta cañera, una cooperativa.

– Entonces aún no habían asesinado a Puig Antich, estaban detenidos y tú con Jean-Marc durante estos meses voy haciendo cosas?

Sí. Y hacemos un intento con Jordi y Pilar de pasar a España por la montaña. Nos tenían que estar esperando. Pero vimos una finca que hacían señales de luces, que llegaban tarde los contactos y claro, nosotros íbamos con libros del «Mayo del 37» y armados y todo; y nos volvimos, suerte que fuimos un poco inteligentes. Nos dijo Pilar: «coge la pistola y si hay un control, yo no paro, disparad.» Y yo pensaba «yo no sé cómo va esto. Mejor yo conduzco y tu que sabes cómo funciona … «. Y nos volvimos a Toulouse.

-Y Dejaste el grupo de solidaridad con el MIL?

No, yo seguía. Pero íbamos y veníamos. Y habíamos hecho algunas acciones con el Jean-Marc, recuperaciones de cáscaras. Era planificar porque ellos estaban muy aislados. Así como nosotros, en la universidad, cuando mataron al Puig Antich, había todo de españoles que querían hacer cosas. Y tenía que organizar, había una energía de la hostia, estábamos todos con rabia, pero no había demasiada capacidad organizativa.

– Entonces se organiza el GARI?

Sí porque el Llobet y los otros estaban condenados a muerte. Yo bajo entonces hacia Toulouse y se monta el GARI, con el Jean-Marc, los de la imprenta, los de París que éramos nosotros, grupos que ya conocía el Jean-Marc, que no necesariamente tenían que conocer; también estaba el del «Primero de Mayo». Y aquí nos juntamos y teníamos que encontrar a alguien para secuestrar. Y habían varias propuestas.

– Y cuando bajas en Toulouse, entras en contacto con toda esta gente, Alberola …

No, esto fue en una reunión puntual, con el grupo del Jean-Marc, que vivíamos juntos. El guapo del GARI, es que ya no es un grupo autónomo de amigos, sino que ya es una organización, una red de grupos. El nombre sale después del secuestro de Suárez. Hacían atentados en todo aquello que era español. Unos anarquistas vascos hacían acciones más situacionistas; se cargaron el Príncipe de España en el museo de la Cera, cortaron puentes durante el Tour de Francia. Se trataba un poco de aislar España. Y claro, en Francia, en Bélgica, en Holanda, en Italia, se hacía en todas partes, entonces sí que impresionaba un poco. Esto no sale en los libros de historia, aquí está el problema. Porque ahora resulta que los que cambiaron el régimen del franquismo fueron el Rey, el Fraga Iribarne … y las manifestaciones aquí, los obreros que se manifestaban y los que Fotis follones fuera y aquí, que sí debilitaban el régimen, de estos ni se habla.

– Y a ti, los del Memorial Democrático te envió un diploma por tu lucha por la democracia …

Sí; tengo que enviarle un escrito a Saura, como si nosotros hubiéramos luchado por la democracia. Él, en el diploma dice por las libertades democráticas y todo eso. Pero mucha de la gente, incluso muchos de comunistas, estaban en contra del capitalismo por supuesto, y no era para esta democracia con el Rey y demás que luchaban.

– Y con el GARI, actuaste mucho tiempo?

Es que a mí me detuvieron cuando salimos del juicio de Miguel Moreno, el Cricri y aquellos cuatro. Y algunas acciones yo ni las conocía, pero venían policías de todas partes, de Bélgica, en todas partes donde había habido acciones; ya ver donde estaba yo ese día o aquel otro.

– Pero me has dicho que te detienen a raíz de qué?

Yo fui al juicio porque yo hacía una vida normal, entiendes? Y va y me detienen porque alguien me había denunciado por un atraco, había dado mi apodo, el Sapata.

– El Sapata, dices?

Sí, yo no sé quién me lo puso, pero es que estando en una manifestación, perdí un zapato. Y me dijeron así. Todo el mundo se ponía nombres, había «el barbudo», «el bigotes» y otros nombres así. Y en Francia ya pasé con el nombre del «Sapata».

Una vez detenido hice una huelga de hambre de 23 días pidiendo que me sacaran de la cárcel; y los demás también lo hacían, también estaban ya detenidos, haciendo la huelga para tener un estatuto político. Pero lo que pasa es que algunos habíamos reconocido que parte del dinero se les habían quedado no sé quién y tal. Y finalmente nos dieron la amnistía y nos sacaron, cuando nos dieron el estatus político. Estábamos dentro de la Cour de Sécurité de État y fuimos los últimos presos políticos de Francia. El dossier estaban los del GARI, vascos, palestinos, argelinos, extrema derecha. Y ahora ya no hay presos políticos en Francia, ahora todos son comunes. Fueron los últimos presos políticos reconocidos.

– En Francia te detienen a raíz de qué?

Me detuvieron cuando salimos del juicio de Miguel Moreno.

Yo fui porque hacía una vida normal, entiende?

Y va y me detienen porque alguien me había denunciado por un atraco,

había dado mi apodo, el Sapata. Y algunas acciones yo ni las conocía, pero

venían policías de todas partes, de Bélgica, Toulouse, en todas partes donde había habido acciones; ya ver donde estaba yo ese día o aquel otro.

– Y aún estaba Franco aquí?

Sí, y tanto. Con Alberola teníamos que hacer alguna cosa, en nombre del antifranquismo todo estaba muy bien considerado. Nosotros hechábamos un petardo y de eso hablaba todo el mundo, de la vergüenza de Franco y nosotros lo aprovechábamos. Y tú mirabas al Ministerio de Exteriores y no salía a ningún sitio, sólo salía en Marruecos y en los EEUU. Porque los otros sitios no los querían para nada.

Y yo, desde la cárcel, le escribí a un director de tesis, en la universidad, Réné Lourau que yo sabía que era más progresista y más antiinstitucional, algo anarquista. Y a ver si me quería dirigir la maestría y luego la tesis. O sea que ya le caí bien porque venía de la cárcel.

– Entonces cuando sales, haces la tesina y sigues estudiando?

De hecho, yo seguía estudiando para tener el carné de estudiante, mantener la residencia, conseguir una beca como refugiado político. En la Universidad esta en que estaba podías conseguir los diplomas sin ir a clase. Hasta que me cansé porque yo tardaba un día en leerme un libro y había gente que tardaba dos horas, me dije que eso no era lo mío. Pero luego me fui animando y hice la tesis de «El teatro de la tesis». Que hablaba de cuál era la metodología para tener una tesis; las tesis en general, son muy pobres, muy poco creativas, porque hay que ir es el diploma. Y hay grandes escritor e investigadores con tesis muy pobres, porque es seguir una metodología, leer unos libros y llegar a unas conclusiones.

– Y mientras estudiaste allí ya te debían controlar más ¿verdad?

No, es el control de que ya te detienen, ya estás fichado, no es como al principio, tenía que dedicar más a estudiar. No sabes si te vigilan o no. E incluso, yo, un día estando tranquilo, en la universidad, me vinieron cuatro policías, que era cuando Jean-Marc estaba muy buscado y me llevaron bajo un puente, a las afueras de París, amenaçant- me; y yo les decía que ya hacía tiempo que lo había dejado y que no sabía nada. Y que habían encontrado mi nombre en su carné de direcciones, y tal y amenazándome. Que sí, que sabías que podías estar controlado.

– Y entonces volviste a España cuando murió Franco?

Sí, bueno, dos años después, por si las moscas, al 78. Yo iba y venía de Francia, mi vida en parte estaba en París. Sí que me gustaba volver, pero entonces llegó el desencanto. Las cosas aquí habían cambiado mucho y no era lo que esperaba. Yo pensaba que cuando esto pete, será guapo.

– Me habías comentado que, antes de estar en Barcelona, ​​habías estado en la CNT de la Bisbal.

Bueno, ellos hacían una revista y yo participé. La revista, la encontré en el Ateneu Enciclopèdic, mirando el catálogo, son 2 ó 3 números que representan la energía de un momento. Yo sí que escribí allí sobre el caso Scala, como los medios de comunicación estaban aprovechando para criminalizar y manipular a la CNT.

– Y los ochenta?

Bueno, entre aquí, Canarias y Francia; pero estuve un año en prisión en Suecia, fui haciendo.

– Y eso de Suecia, como es que vas a parar a la cárcel en Suecia? Por lo de los cheques de Lucio?

Bueno, no eran de Lucio. Era entre gente que se conocía, era fácil de conseguir el dinero y habíamos estado en contacto con ellos, con el enlace con Lucio y luego con unos italianos que imprimían todo esto. Claro, yo me fui a Suecia, que allí las cárceles están muy bien (risas). Nada, yo es que en dos días me hice con 4 millones. Y estábamos allí con anarquistas españoles. Uno que me avisó que había problemas con el hotel. Entré yo y allí sí, nos esperaba la policía. Teníamos el dinero encima, a mí sólo me faltaba recoger el pasaporte. Era la época que el Rouillan estaba instalado aquí en Barcelona y hablábamos de montar una escuela libertaria. Yo era pedagogo y quería trabajar de lo mío, y con 3 o 4 millones era de sobra para hacerlo con algunas personas que había. Estuve un año en prisión sueca y luego fui a Canarias, luego fui alrededor; cuando no tenía dinero, buscaba trabajo y siempre encontraba algo. Enviaba currículos. Y trabajé aquí en Barcelona, ​​en el Ayuntamiento, con Delgado, Toni Puig que escribía en Ajo Blanco, toda esta gente, que montamos los Centro Cívicos y nosotros formamos los directores. Y también trabajé como educador, educador de calle.

– Y en el 1988 te fuiste hacia Nicaragua.

Sí. Y aparte también como profesor, porque ya tenía un doctorado y lo tenía que usar. Y lo tenía de Francia, aquí no me convalidar. Y quería conocer mundo. Y fue una experiencia impresionante. Fue un poco de casualidad, porque aquí vino el rector de la universidad, de la UCA, los Jesuitas, y me presenté. Y me dijo que sí, que necesitaban gente y me hizo todos los trámites, permisos, papeles y todo. Y allí me dediqué a filmar mucho, a curiosear mucho por todas partes. Y me había comprado una cámara y filmaba. Fue una experiencia primero, la de la enseñanza; también el contacto con otro país, con una revolución y todos los follones que había. Bueno, yo los vi perder, de bajada total. Y luego peor, porque diez años de esfuerzos, de luchas, de la gente que lo había dado todo, se derrumba. Fue muy triste. Y luego, gente denunciándose, que si uno coge una cosa, que si otro otra, que si uno se pasa, vendettas … yo me fui.

– Volviste hacia aquí.

Bueno, paso primero por Canarias, París, siempre la misma vuelta y depende de la relaciones.

Sí, antes me decías que en los años setenta …

Sí, según el amor, y vas aquí y vas allí …

– Que me decías que cuando dejabas una relación …

Sí, eso me pasaba de joven, me iba a las manifestaciones a tirar piedras, a dar caña. De eso me di cuenta que cuando estaba bien emparejado y bien enamorado, la política era secundaria. Y cuando estaba solo, o cuando me dejaban o yo dejaba, entonces a quemar todo.

E ir alrededor

Sí por ejemplo, a los setenta también estuve en Gaza e Israel y vi las injusticias que se hacían allí.

– Total que vas hacia Venezuela ya los noventa

Sí pero terminé en Colombia que es muy interesante en el ámbito de música, en el ámbito de fiestas, de todo, es muy rico. Y estuve 10 años.

– Y me comentó que las FARC allí, estaban por todas partes.

Especialmente estas zonas de la selva, las tienen muy controladas. Algunos tienen el control de las comunidades pequeñas. Imagínate, allí donde estaba yo, en Guainía, son 20.000 habitantes. Pero en la capital, que ya son 8.000, están todos los militares, los jueces, fiscales, notarios, todo lo que quieras, todo lo que es del gobierno. Pero te vas 20km allá, todo por río porque no hay carreteras, y ya es control de las FARC. Y en el mismo pueblo también. A mí me robaron un motor y quería ir a denunciarlo a la policía y me dijeron que no, que tenía que denunciarlo a las FARC. Y entonces me dijeron que ese era un enlace, el otro también, y el otro también. Y entonces conocí el tema. Yo, desde que empecé a trabajar allí, haciendo excursiones por turistas, que era una locura porque allí no venía nadie porque era zona roja … pero sí me lo monté; y yo disfrutaba buscando rutas y caminos, y haciendo propaganda y guías de rutas para visitar. E iba con los Kurripacos, los Gariteros, todas las cosas interesantes de la naturaleza, de la gente. El último año trabajé de profesor. Y fue cuando vi toda la corrupción, de cómo se utilizaban el dinero. Y me implicar más de la cuenta. Y me puse del lado de los indígenas, a denunciar la corrupción que había, que se n’enduien más del 20% de los que había destinado a cultura o salud pública. Y carreteras que hacían 50 veces y no había nada. Y ese dinero, como que no sabías los diputados para quienes trabajan; porque allí todo el mundo trabajaba o por los narcos, o por las FARC, las autodefensas o vete a saber.

– Y entonces te fastidiar y volviste.

Volví porque mi madre estaba muy enferma. Y ya iba preparando el viaje. De todas formas, yo ya pensaba en volver.

– Y ahora ya hace tiempo que estás aquí.

Sí, desde 2001.

– Y ya hace dos o tres años que estás en el Ateneu Enciclopèdic ya la CGT?

En CGT entré en la tele, cuando estuve en TV3. Cuando llegué, trabajé en TV3, en «Zona Roja», del Felip Solé; y también preparando los 6 capítulos, con una serie de discusiones. Las discusiones eran que él quería hacer una película del Compañeros y yo decía que había que hablar de la revolución. Y trabajé mucho en un capítulo que trataba la Revolución, y después casi me marginaron (risas). En la tele, estaban los de la CGT y yo me apunté con ellos. Y a mí, sobre todo, me interesaba el reagrupar con los parados; y allí en la CGT, me abrieron muy bien las puertas, se interesaron. Pero después yo me interesé mucho por lo del 11-S, estuve investigar durante 3 años como un loco y paré todo, el tema de los parados, la CGT, todo. Y con el Jonnhy, que lo conozco del Ateneo, nos juntamos con Ricard y empezamos a trabajar contra MediaPro (empresa donde estaban todos los ex directivos de TV1, TV2, Tele5, A3, una mafia total) a raíz de la por película de Salvador. Y dijimos que aprovechar esto para denunciar la situación de Jean-Marc Rouillan, que lo tienen olvidado. Incluso podíamos apoyar la película si estos tíos firmaban y hacían campaña para que saliera Jean-Marc Rouillan. Era eso o hacer la crítica y sacar la situación de Jean-Marc Rouillan, explicarla.

– Y ahora al menos que llevas un par de años militante fuerte, como ves los movimientos sociales o movimientos antiautoritarios?

Yo no había militado nunca. Yo había estado con comandos autónomos según las circunstancias. Hacen una putada los del gobierno y reaccionas; no era sistemático, he sido un mal militante. Pero ahora que he sido de más continuado, yo lo veo mal; la situación estaba mejor antes. Hay gente joven inquieta, y el movimiento más interesante es el okupa. Son gente que se mueve, que hacen acciones y que de alguna manera se organizan desde abajo. El movimiento sindical está muy jodido, desgraciadamente. Nos tienen muy controlados; a través de los medios de comunicación; la educación está por el suelo; todo está muy mal. Soy pesimista pero creo que se aprende actuando.

Siendo poca gente se pueden hacer cosas importantes. Soy pesimista pero creo que se aprende actuando.

– Muchas gracias Txema, salud y adelante con las luchas!

* Entrevista a Txema Bofill en El Pèssol Negre nº50 noviembre-diciembre 2010 y enero 2011

FUENTE: BLLIBERTARI.ORG

Más información:

http://www.cgtcatalunya.cat/spip.php?article11657#.Vma1vL8mlVc


Fuente: Colectivo Revista Catalunya