Entrevista con Frank Fernández (realizada en octubre de 2004 por el periódico CNT), escritor (autor de "El Anarquismo en Cuba”), historiador y veterano militante anarquista cubano, miembro del Movimiento Libertario Cubano en el Exilio (MLCE).

Barba blanca, aire quijotesco y con un puro tan unido a él como la ironía y el verbo fácil. No hay manera de frenar la palabra del historiador Frank Fernández (La Habana,1930), de paso por Madrid, donde visitó las "ruinas del anarquismo español", en alusión sarcástica a las permanentes obras de rehabilitación del edificio donde están situados los sindicatos de la capital.

 Habla largo y tendido de Cuba, de su pasado y presente, y del anarquismo cubano. También de la situación de los movimientos libertarios en este principio de siglo.

 Habla largo y tendido de Cuba, de su pasado y presente, y del anarquismo cubano. También de la situación de los movimientos libertarios en este principio de siglo.

Cofundador de la revista «Guángara Libertaria», colabora en publicaciones anarquistas y prepara en la actualidad una Historia social de Cuba : «No de las guerras, no de los patriotas, sino la historia de los esclavos, la historia de las mujeres, la historia de la sociedad cubana. Nosotros debemos escribir la historia eliminando las epopeyas y a los líderes y divos de las estatuas.
La historia no la hacen ellos, sino el pueblo. Un obrero tabaquero hizo más por la República que muchos soldados por la independencia.»

 

  •  ¿Quiénes fueron los precursores de los movimientos sociales y
    anarquistas en Cuba, de dónde llegaron las ideas ?

    Hay que remontarse a Enrique Roig de San Martín, un personaje de la
    historia de Cuba olvidado completamente por los historiadores. Fue el
    precursor de las ideas sociales, de las ideas y cultura anarquistas, de la
    lucha de clases, de la prensa («El productor»). Dentro de parámetros
    coloniales, que es una cosa hasta cierto punto dificilísima. Organizaron
    círculos obreros, sindicatos, dos congresos en los que tomaron acuerdos
    muy importantes contra la discriminación social de la mujer y racial de
    los negros. Después de que se abolió la esclavitud, en Cuba había una
    discriminación enorme contra ellos. A pesar de que era libre, no era
    igual. Los anarquistas, a través de sus publicaciones, de sus acuerdos,
    trataron siempre en darle al negro, al hombre y la mujer de la raza negra,
    la dignidad que se merecía. Fueron los primeros que plantearon esa
    igualdad.

  •  ¿Los que habían sido esclavos, los negros, los mulatos… se
    incorporaron a esas luchas sociales ?

    Masivamente yo diría que no. No tenían la suficiente información,
    preparación y oportunidad de incorporarse a otra cosa que no fuera la
    independencia. Porque la independencia les convertía en ciudadanos,
    mientras que no lo hacía el autonomismo, ni el colonialismo ; tampoco el
    anarquismo les convertiría en seres más o menos iguales, más o menos
    libres, pero se integran en el separatismo porque les da ciudadanía. Y se
    la dio. Sí hubo negros en el movimiento obrero. En el gremio de los
    tabaqueros había líderes, orientadores negros, dentro de las tabaquerías,
    en Cuba, Tampa y Cayo Hueso. En los sindicatos de los carpinteros, de los
    obreros del puerto, también había negros ; no eran mayoría, ya que no
    tenían ese concepto social que tenía el blanco. La esclavitud se termina
    en Cuba en 1886 y estamos hablando de organizar sindicatos en 1883. Es
    casi ahí mismo, muy difícil que se hubiera podido crear esa conciencia
    general.

  •  ¿Existe algún tipo de movimiento libertario en la Cuba de hoy ?

    Sin duda alguna tiene que haber embriones libertarios en Cuba, pero
    masivamente es imposible, porque las ideas anarquistas están prohibidas en
    Cuba.

  •  ¿Y en el exilio ?

    En el exilio sí hay movimiento libertario cubano. A través de Internet
    tiene secciones, sección en México, sección en Los Angeles, en Nueva York
    y en París. Grupos que han puesto manifiestos en Internet. Hay grupos de
    afinidad, simpatizantes dentro de su familia, amigos, gente joven, mayor,
    que viven en diferentes ciudades con ideas afines a las nuestras. Yo diría
    que son secciones que trabajan en conjunto a través de Internet, que hace
    la función que antes hacía la trinchera del papel.

  •  Supongamos que Fidel se muere algún día. En el futuro inmediato de Cuba
    ¿puede cambiar algo ?

    Es una pregunta hipotética. Quisiera hacer predicciones astrológicas y
    hacer lecturas en una bola de cristal, pero no puedo. En realidad queremos
    saber cuál puede ser la evolución de una sociedad como la cubana, no
    creemos que el régimen vaya a seguir igual. El cubano tiene un carácter
    alegre, está hablando siempre con doble sentido ; pero tiene también una
    faceta que es su belicosidad. Es decir, un cubano se puede sentar contigo
    a tomar un plato de sopa, pegarte dos tiros en la cabeza y seguir tomando
    sopa. Puede haber una explosión popular. Ningún pueblo se ha alzado por el
    pan todavía. Ese cuento chino de las tomas del palacio de invierno y de la
    toma de la Bastilla es un cuento y lo sabemos bien. No hay revoluciones,
    aunque sí haya habido revueltas. Se puede decir que el que se levanta
    contra el Estado o el que desafía su poder se puede convertir en un
    revolucionario. Las revoluciones no empiezan como vemos en las películas,
    empiezan con los descontentos. Por ahí puede ser. Puede traer como
    consecuencia una teoría de dominó. No tiene que ser necesariamente en La
    Habana. Todo el mundo piensa eso, pero puede explotar en cualquier lugar
    de Cuba, en cualquier ciudad. La Habana, Camagüey, Santiago de Cuba. Se
    podría producir un problema tremendo y se tendría que reprimir, lo que han
    hecho siempre. La tesis comunista es reprimir, primero es la policía,
    luego la seguridad del Estado, y, si fallan, pues viene el ejército. El
    problema es que yo no creo que llegue a tanto. No creo que el ejército de
    Cuba vaya a ametrallar a nadie. Entre otras cosas porque nadie sabe dónde
    están las balas.

  •  ¿Se podrían dar situaciones como las que ocurrieron en algunos países
    del Este europeo, la caída de Ceausescu, por ejemplo ?

    Hay una serie de circunstancias que pasaron en algunos países comunistas
    que pueden reflejarse en Cuba. Esta es una hipótesis. Pero hay soluciones
    a la española que muchos ven como factible : la llamada transición. El
    problema es que ni Franco es el insepulto, aunque se va pareciendo, y que
    los cubanos no somos españoles y que estamos a 90 millas del yanqui. Eso
    representa un peligro tremendo. En el caso de una insurrección popular, en
    el caso de un Kósovo o Bosnia, o de un conato de revolución popular o de
    guerra civil, lanzarán a los marines para evitarlo.

  •  ¿El hermano, Raúl Castro, no podría jugar el mismo papel de Carrero Blanco ?

    No creo. Carrero tenía una garra de espanto. El hermanísimo no tiene garra
    ninguna, es un alcohólico en estado de desesperación. No es el hombre
    indicado. Hay gente que no se sabe quién es y dónde está, pero el hermano,
    descartado. Puede haber una transición pacífica, no al estilo de España
    porque para eso hay que poner de acuerdo a la oposición con el Gobierno y
    el Gobierno de Cuba no se va a poner de acuerdo porque la oposición está
    fuera, no está dentro. En Cuba no hay ni siquiera una oposición leal.
    Realmente, cuando ellos hablan de grupúsculos tienen razón.

  •  ¿Y los que tienen ahora encarcelados ?

    Pueden jugar el papel de la oposición, efectivamente. Pero se habla de 200
    o 300 personas que están buscando un espacio político ; nadie se lo puede
    negar, pero no tienen mucho peso. Lo más que podían hacer es ir a una
    oposición leal con todos los grupos de comunistas que aún existen. Pero
    éste no es un escenario con el insepulto vivo, sino con el insepulto
    sepultado. Los cubanos son en esto también bastante inteligentes para
    darse cuenta de que si no se ponen de acuerdo, los norteamericanos les van
    a poner de acuerdo a ellos. Si los Estados Unidos se han metido en Irak o
    Afganistán, con su mentalidad de gendarmes del mundo se meten en Cuba ; eso
    seguro.

  •  Por experiencia propia. ¿Se puede comparar, se puede hablar de que el
    sistema comunista es peor que el capitalista ?

    Para ejemplo, puedo poner lo de la Europa del Este. En Rusia ahora hay
    anarquistas. Y en Ucrania. Y hay anarquismo en Alemania o en Bulgaria. En
    todo lo que era el Este mediatizado y oprimido por la Unión Soviética no
    había anarquistas. Ahora, en unos sistemas semi-democráticos, hay la
    oportunidad de ser anarquista. Si me dices que tengo que escoger entre el
    menos malo y el peor estamos muy mal. Porque como quiera que conteste voy
    a quedar como idiota.

  •  ¿Da igual, entonces ?

    Te digo que, si en principio, tengo que escoger entre un sistema y el otro
    lo haría por el sistema de la semidemocracia, de la seudolibertad de los
    dos partidos políticos, porque te da cierto espacio político para poder
    destruirlo o cambiarlo y el otro no. A los anarquistas en Estados Unidos
    nos tratan como a medio locos, extravagantes, pero es parte de la
    mentalidad norteamericana, pero existimos. El sistema democrático español
    se puede descentralizar, se puede lograr que haya más libertad, que el ser
    humano pueda vivir en mejores condiciones, que no sea perseguido por ser
    minoría. En términos generales en España hay una segunda oportunidad para
    los anarquistas. Los comunistas nunca darían esa oportunidad. En Cuba
    podría pasar lo mismo si no entran en una farsa de continuidad. El
    insepulto no está interesado en la transición, ni en conversar o pactar
    con nadie, ni con el Papa, ni con Cárter, ni con nadie.

  •  En tu libro insistes en que si hay algo que definía a los anarquistas
    era la solidaridad y el optimismo. ¿Es una buena manera de esperar un
    mundo mejor ?

    No porque lo dijera Anselmo Lorenzo, que lo único que hizo fue recoger un
    sentimiento casi religioso de aquella época, que al doblar la esquina
    estaría la libertad. Yo creo que es un sentimiento positivo que ayuda. Si
    tú simplemente te sientas, te pones a llorar, no llegas a ningún lado. Si
    tú lo vas a ver todo negro, porque no tiene solución, si tú vas a pensar
    que los norteamericanos van a desembarcar mañana y a asesinar a medio
    pueblo en Cuba, si piensas estas cosas no llegas a ningún lado porque esos
    pensamientos negativos producen actitudes negativas. Me estoy metiendo un
    poco en la cosa psiquiátrica, pero es cierto ; si tu piensas que vas a
    ganar, lo más probable es que ganes, aunque estés jugando con el campeón.

  •  Aseguras que en el siglo XXI habría que adaptarse, habría que superar
    formas del pasado, que a veces las ideas anarquistas y anarcosindicalistas
    no saben qué decir ante lo que ocurre alrededor.

    Creo que el movimiento libertario español, y a nivel europeo, no está de
    acuerdo con los tiempos. Hace falta crear teóricos. Los teóricos
    desaparecieron con la Guerra Civil española, allí se paró todo, se fue el
    barco y no volvió. Yo pienso que hace falta crear teóricos, pensadores que
    han enseñado el camino a seguir. A nivel mundial se está en una
    encrucijada, no se sabe qué camino tomar. Y lo que hace falta es
    orientación. ¿Quién proporciona la orientación ?, pues la gente que tenga
    suficiente inteligencia para, sin renunciar a los principios que son
    inconmovibles, buscar un camino y solución apropiados. Con mucho
    optimismo, pero se puede hacer. ¿Dónde están, quiénes son ?, ¿se pueden
    convocar congresos, a militantes que den su opinión ? Se puede salir de la
    encrucijada si se busca la orientación correcta, porque, hasta ahora, la
    orientación que hemos tenido no ha sido la correcta. Si esto es una
    crítica, pues es una crítica.

    Debemos empezar por ahí, por aprender de los errores. Está bueno ya eso de
    seguir en este falso tiroteo entre facciones que se llaman más o menos
    libertarias o anarquistas, que no tienen otra agenda que criticarse los
    unos a los otros. Es una pérdida de tiempo, no tienen camino. Se
    entretienen leyendo libros, viendo bibliotecas, hacen su donación, se
    habla más de fulano, que si Durruti es una basura, porque la Federica…
    Se está viviendo en el pasado y hay que ocuparse del futuro.

  •  Lo libertario ¿sabe dar opciones, opiniones, sabe analizar los nuevos
    conflictos de poder, de razas, de migraciones, de religiones, económicos,
    ecológicos… ?

    Hay que huir además del sectarismo. Los anarquistas nunca fuimos
    sectarios, hasta ahora, que sí lo somos. Hay que oír otras opiniones.
    Ahora tenemos un cartelito que nos distingue de los demás. Si creemos que
    hay militantes de otras opciones que pueden ser compatibles con muchas de
    nuestras actividades ¿por qué no hablar con ellos ? No soy un teórico, hay
    gente que conoce mejor los problemas, pero creo que la última gran disputa
    en el movimiento libertario quizá fuera la de los años treinta con los
    «treintistas», ni siquiera aquí con los «cegeteros». Desde el punto de
    vista orgánico la única crisis que se le ha planteado al anarquismo fue
    con Pestaña, en los años treinta, en que se hablaba de ideas, de
    propósitos. Hablo dentro de las ideas anarquistas, porque hay mucha gente
    en el mundo con ideas interesantes que no son anarquistas, que comparten
    nuestras ideas. Y hay mucha gente dentro de ellos que además son
    anarquistas, que tienen los mismos puntos de vista, que, quizá, porque son
    pesimistas o por otros motivos, no dan el paso.

    EL ANARQUISMO CUBANO

    El Anarquismo en Cuba de Frank Fernández – Fundación Anselmo Lorenzo, Madrid. 2000, 142 pags.

    El anarquismo en Cuba, de Frank Fernández, es un resumen de toda la
    historia de los movimientos libertarios cubanos, desde los orígenes hasta
    los años posteriores a la revolución castrista. Editado por la Fundación
    Anselmo Lorenzo, ha sido traducido a varios idiomas, al italiano y al
    inglés, y se acaban de hacer versiones ampliadas en francés y portugués.

    Con un lenguaje «pensado más para los cubanos, para que conozcan su propia
    historia», acota la influencia libertaria en la isla en tres etapas. La
    primera fue la de los precursores, la de la llegada de las nuevas ideas
    sociales liberadoras, los primeros movimientos obreros organizados, que,
    asegura, tenían una indudable idea anarquista de la organización social.
    Cita nombres importantes como Enrique Roig de San Martín, así como a las
    muchas publicaciones que permanecieron durante muchos años. La influencia
    de las publicaciones catalanas, gallegas, españolas se notaron en Cuba
    para acabar conformando grupos organizados que transformaron los primeros
    y tímidos movimientos reformistas obreros. «A veces», asegura Frank
    Fernández, «se ha criticado que el anarquismo cubano llegó de Europa, que
    no era autóctono, por lo que no tenía sentido en la isla. Pero ¿qué otras
    ideas en Cuba no han venido del otro lado del mar ? Porque somos una isla.
    Las ideas de la independencia venían de los Estados Unidos. Y el
    reformismo autonomista venía de Canadá ; y de Galilea venía el
    cristianismo. En Cuba no hay nada autóctono, porque a los indios los
    mataron a todos. Así que decir que las ideas anarquistas vinieron de
    allende los mares es muy marxista. Claro, ¿de dónde vinieron los
    marxistas ?»

    Esta primera etapa del anarquismo en Cuba duraría hasta 1917, en que los
    anarquistas se muestran muy activos y son violentamente reprimidos.
    Existen sindicatos y, por primera vez, se trata de organizar a los
    campesinos. Es una etapa que coincide con los primeros planteamientos
    anarcosindicalistas, pues ya está fundada la CNT en España. Aunque no
    todos fueran anarquistas, los movimientos obreros organizados llegan a
    tener 200.000 trabajadores afiliados, «una fuerza social increíble a la
    que había que destruir ya que competía con la influencia tradicional de
    los partidos Liberal y Conservador». El comunismo empieza a ocupar e
    imponer su lugar, con lo que los anarquistas tienen más frentes de
    enemistad. Es la época de las revueltas contra Machado, el entonces
    presidente.

    La Guerra Civil española marcó nuevamente el entusiasmo por los cambios
    sociales de carácter libertario en la isla. Entre 1936 y 1960/61 sitúa
    Frank Fernández la última etapa del anarquismo cubano. Algo que los
    historiadores marxistas niegan. Las simpatías y dudas hacia la revolución
    castrista llegan también a los libertarios que, finalmente, acaban siendo
    liquidados por el poder comunista triunfante : «Hubo anarquistas que se
    quedaron en Cuba y hubo anarquistas fusilados en Cuba. Hubo gente que no
    quiso salir, como Salinas, y otra que no pudo. Dentro de la isla quedaron
    anarquistas que se murieron de viejos, sin poder hacer nada. Fue
    imposible. Tú no paras una catarata con una pluma aunque hayas sido un
    gran escritor.»


    Fuente original :Periodico
    C.N.T. número de Noviembre 2004