Grecia (que comparte clasicismo a rabiar con Roma) muestra una vez más en la historia reciente las contradicciones que aquejan a una Unión Europea, que solo ha querido ser utilizada para desarrollar la unión monetaria y la libertad de los movimientos de capitales. La Europa de los mercaderes ha ido vendiendo el ideal europeísta como el garante de las libertades y derechos democráticamente garantizados. Los grandes capitales han realizado pingües negocios y han obtenido sustanciosos beneficios a fuerza de mediatizarnos a todos los ciudadanos europeos con el espejismo de la nueva Unión Imperial. Convertirse en nada más y nada menos que en la primera potencia del mundo capitalista por excelencia.

Pero
van los griegos,
después de infinitas
reuniones donde todo está casi arreglado con el primero, el segundo
y hasta el tercero de los rescates, y dicen que el acuerdo hay que
someterlo a referéndum. Se rasgan las vestiduras quienes con la
boca llena anuncian democráticas prácticas políticas y reprochan a
Papandreu que se deje amilanar por la oposición que se ha generado
en su propio partido político y en su pueblo.

Pero
van los griegos,
después de infinitas
reuniones donde todo está casi arreglado con el primero, el segundo
y hasta el tercero de los rescates, y dicen que el acuerdo hay que
someterlo a referéndum. Se rasgan las vestiduras quienes con la
boca llena anuncian democráticas prácticas políticas y reprochan a
Papandreu que se deje amilanar por la oposición que se ha generado
en su propio partido político y en su pueblo.

Las
gentes de Grecia quieren saber a qué les compromete la firma del
acuerdo alcanzado. ¿
Es eso un crimen
contra la democracia?. Los Mercados, las Bolsas de todo el mundo han
dado por hecho que sí y castigan y castigan a todos los valores
relacionados con bancos y empresas europeas. La prima de riesgo, esa
prima que nunca se sabe de dónde nos ha salido cual pariente
desconocido que se auto invita cada dos por tres para comer a dos
carrillos en nuestra mesa, sube y los dineros que los Estados
(incluido el español) debe pedir prestado es cada vez más caro. Nos
toca pagar a todos más por el mismo dinero.

La
Merkel y el Sarcosy no paran de berrear y preparan una cumbre del
G20 más que movida, requieren la ayuda inestimable de dos cadáveres
políticos como son Berlusconi y Zapatero, y continúan denostando
que se les ocurra a los Griegos celebrar un referéndum para
sancionar el acuerdo que tan “generosamente” les han ofrecido.
Mucho se habla de la deuda Griega, pero ninguno de nosotros sabe
realmente como se ha producido y quienes han sido los inductores de
esta enorme estafa al pueblo griego. Porque podemos estar seguro que
como los españoles, los griegos no habrán cogido un euro más de lo
que se les paga por su trabajo. Si eso es así ¿Quién se ha
llevado, quedado, malgastado …nada más y nada menos que 280.000
millones de euros?. Alrededor de 11 millones de griegos tendrían
que repartirse esta deuda y tocarían a algo menos de 28.000 euros.
Una barbaridad para millones de helenos que difícilmente alcanzan
rentas superiores a los 10.000 euros al año. Volvemos a preguntarnos
¿como Grecia, Italia o España han generado, y mucho peor aún
siguen aumentando una deuda que los pueblos griego, italiano o
español no han creado?

Debemos
comprender y apoyar que todo aquello que nos concierne de manera
importante debe ser sometido a referéndum. No sólo los grandes
hitos como las modificaciones constitucionales, que por cierto la
recientemente efectuada ha sido de espaldas al pueblo que la sancionó
precisamente en referéndum. Los presupuestos generales deberían ser
sometidos a votación popular de suerte que algunas partidas
económicas bien podrían ser rechazadas por la ciudadanía
precisamente cuando de economías “reales” se trata. Porque
aquellos que tienen y mucho, ¿Cómo es que siguen recibiendo
millones de euros del estado?. Una buena receta democrática para
tiempos difíciles donde es imprescindible contar con el apoyo de
todas las personas. Para conseguirlo es una buena forma comenzar por
contar con su postura.

Rafael
Fenoy Rico


Fuente: Rafael Fenoy Rico