Como espada de Damocles, la “Guerra del Gas”, apenas simbolizada por la llamada “Agenda de Octubre” (nueva ley de hidrocarburos y asamblea constituyente), pende sobre las cabezas de cualquiera que se quiera asumir como dirigente de movimientos sociales o como político de la “new wave”.

Como espada de Damocles, la “Guerra del Gas”, apenas simbolizada por la
llamada “Agenda de Octubre” (nueva ley de hidrocarburos y asamblea
constituyente), pende sobre las cabezas de cualquiera que se quiera asumir
como dirigente de movimientos sociales o como político de la “new wave”.

Y es que aquella “Guerra de las Mil Mesetas” tal, la definición del
compañero J. Perelman, ha sido una de las más explosivas insurrecciones, no
solo porque incluyó sectores indígenas, campesinos, obreros y clase media,
sino porque fue una acción espontánea, que con el correr de los días y del
fragor de la lucha, fue sumando voluntades y anudando espíritus solidarios
hasta crear un punto de fuga en el cerrado horizonte del neoliberalismo y
todas sus variantes : desde la socialdemócrata o izquierda “racional” de Lula

  •  Kirchner hasta la nacionalista de Chávez.

    La “renuncia política” del actual presidente Mesa (Lunes 7 de marzo) dividió
    las aguas con claridad, dejando al desnudo una verdad antes admitida a
    medias : los “líderes” sociales son apenas “Corleones” que utilizan las
    demandas y protestas legítimas para encumbrar sus apetitos personales,
    mientras del otro lado, el presidente, a través de un “Acuerdo Nacional”,
    “resucita” a un sistema de partidos políticos que había recibido la
    extremaunción el 17 – 10 – 2003… Este “Acuerdo” se ha firmado con el
    Parlamento fascistoide de Sánchez de Losada, es decir, con los partidos
    políticos tradicionales.

    En medio de este “fascismo parlamentarista” de la derecha política que todo
    lo bloquea y del “Pacto” entre los “capo mafia” que se abrogan la
    representatividad de los movimientos sociales, han quedado atrapados los
    verdaderos luchadores.

    Sin embargo, todos en Bolivia saben que quien enciende la temperatura
    social, corre el riesgo de llegar a los “fatídicos” 17/10 grados Fahrenheit
    con los que comienzan a arder las llamas de las insurrecciones en Bolivia. Y
    quién enciende esa temperatura social, acaba por chamuscarse con ella.

    LA LEY DE HIDROCARBUROS : un poco de gas para encender el fuego Herederos de una tradición de expropiar petroleras transnacionales, Bolivia
    es el único país que se ha tirado no una, sino dos expropiaciones : el Cnel.
    Busch, 1937 y Marcelo Quiroga Santa Cruz, 1969.

    Sin embargo, no es producto de una tradición “futbolera”, ni las
    expropiaciones mencionadas ni la actual crisis y su correlativo “estado de
    insurrección”.

    La crisis y la insurrección boliviana viene precedida de situaciones
    terminales en Brasil, Argentina, Venezuela y Ecuador, por ejemplo y tiene
    como caldo de cultivo la extrema corrupción en las esferas políticas,
    empresariales y sindicales y en la brutal profundidad de la miseria, que
    arrastra a la más elemental dignidad humana. Desde esta perspectiva, los
    movimientos sociales recién ahora van encontrando líneas de ideas sociales
    más claras pero que todavía deben complementarse con líneas de acción y
    protesta social acordes a estas nuevas ideas : autogestión social, autonomía
    individual y colectiva, solidaridad de todas y todos y transparencia de y
    para todos.

    La lucha por una ley de hidrocarburos más beneficiosa para los sectores
    sociales postergados, ha quedado reducida a una cuestión legal – impositiva :
    el porcentaje de regalías que se debe cobrar a las transnacionales.

    Si bien el referéndum vinculante de julio de 2004, determinó que dichas
    regalías debían ser del 50%, el propio gobierno, aliado con los partidos
    políticos tradicionales derrotados el 17 / 10, pretende bloquear este punto
    travistiéndolo de una serie de impuestos. Y LA LUCHA POR LA LEY DE
    HIDROCARBUROS DEBE CONTEMPLAR, FUNDAMENTALMENTE, LA VIGENCIA LEGAL DE LOS
    DERECHOS INDÍGENAS (sobre todo el derecho a la consulta libre y oportuna, ya
    que las riquezas petroleras y los ductos se encuentran en territorios
    indígenas) Y LEGALIZAR Y FACILITAR EL CONTROL SOCIAL SOBRE TODA LA ACTIVIDAD
    HIDROCARBURÍFERA.

    En otras palabras : lo único que debemos esperar de una ley así, es que abra
    las compuertas a la fiscalización popular para, luego sí, pasar al control
    autogestionario de la actividad. Pero centrar la lucha solo en una ley de
    hidrocarburos y en sus aspectos técnico – tributarios, es un reduccionismo
    peligroso, ya que un 50% de regalías sin derechos indígenas y sin vigilancia
    social, es no entender dónde está el negocio de las corporaciones y dónde,
    nuestros objetivos sociales.

    Y su negocio está en falsear los volúmenes de producción y fijar los precios
    de venta en boca de pozo. Los mejores precios (diferencia de costo –
    beneficio) se obtienen en los paraísos fiscales, donde las petroleras tienen
    asentadas legalmente a sus compañías trasportadoras, que compran los
    energéticos a precios irrisorios y los venden a precios internacionales SIN
    PAGAR UN CENTAVO DE IMPUESTOS, (por algo son “Paraísos Fiscales”), dejando
    magros saldos en los países productores, con 50% de regalías o sin 50% de
    regalías.

    A partir de aquí, es indudable que se ha “pifiado” el objetivo de la lucha
    por los hidrocarburos : de parte de los “Corleones del Sindicalismo” viejo y
    amañado, por puro interés político de cara a las elecciones presidenciales
    (Evo Morales) y afanes de figuración personal (Solares, Quispe, De la Cruz,
    Loayza) ; de parte de los empresarios y políticos (o políticos – empresarios)
    por intereses monetarios (grandes coimas parlamentarias, participaciones en
    el negocio o por ser parte de la cadena de distribución de hidrocarburos) y
    de parte de los movimientos sociales, por defecto de acumulación de
    experiencia social y política.

    EL ALTO : entre la empresa pública autogestionada y el escenario político
    derechizado
    Es interesante observar el fenómeno registrado en El Alto, donde una lucha
    popular masiva acabó por torcerle el brazo a la francesa Suez Lyonnesse des
    Eaux (Aguas del Illimani), una empresa cuestionada en varias ciudades del
    mundo como, por ejemplo, Buenos Aires (Aguas Argentinas), donde el propio
    gobierno argentino estuvo a punto de expulsarla del país, por los mismos
    motivos que en El Alto y como ya le sucediera en otras 5 ciudades del mundo.

    La política de la multinacional francesa es incumplir con las inversiones en
    agua potable y alcantarillado para ser expulsados y pleitear en tribunales
    comerciales internacionales, donde, gracias a los convenios firmados por
    gobiernos de someterse a los arbitrios de la OMC, siembran terror en los
    miserables Tesoros Nacionales de los países pobres.
    El Alto había logrado que la Suez se fuera sin mucho pataleo ; sin embargo,
    con un proyecto de Empresa Pública Autogestionada bajo el brazo, se traba el
    comienzo de esta experiencia histórica para Bolivia, en un punto político :
    exigen la expulsión inmediata de esta corporación sin auditoria ; auditoría
    en la que se debió participar como “vigilantes sociales” y que hubiera
    logrado otra conquista histórica : obligar a las corporaciones a la
    transparencia.

    Sin embargo, encerrados en esa pequeña demanda política, casi se hecha por
    la borda la posibilidad de una experiencia social valiosísima (al escribir
    esta nota, El Alto ha aceptado un “cuarto intermedio” en sus bloqueos a
    cambio que se mantenga su demanda de empresa pública autogestionada).

    Así, el tema político de la “salida de Aguas del Illimani” logró empañar que
    la verdadera lucha eran los objetivos sociales de la nueva empresa
    prestataria del servicio de aguas y alcantarillado y, peor aún, logró
    empañar los objetivos sociales de 17 / 10 / 03.

    PRÁCTICA Y TEORÍA DE LOS BLOQUEOS : cuando el pan no está garantizado P. Kropotkine, en “La Conquista del Pan” sostenía que durante una huelga
    general indefinida, era menester asegurar el pan a las familias de los
    huelguistas y a los obreros en general. Esta visión de una ética de la lucha
    y protesta social, es un principio que nunca se debe descuidar, simplemente
    porque toda lucha social es por la conquista del pan.

    No obstante, los bloqueos de carreteras en la actualidad, se han convertido
    en monopraxis de protesta política (y no, social) y suele tener en su
    primera línea de afectados, la canasta familiar de los sectores más
    empobrecidos de pueblos y ciudades, al dar cabida a los especuladores de
    precios -intermediarios, mayoristas y minoristas- y la consecuente alza
    indiscriminada de los precios de los productos básicos, siendo que el 80% de
    la población vive al día y no tiene posibilidad alguna de acopiar alimentos
    para su subsistencia diaria mientras duran los bloqueos.

    Este es uno de los factores de la impopularidad que muchas veces rodea estas
    medidas de presión política, que suelen ser acatadas, antes por “disciplina
    sindical” (matonaje o “renta militante”) que por convicciones o ideas.

    Octubre de 2003, logró ser la contra-cara de esta descripción, merced a la
    solidaridad de todo el pueblo. Pero una cosa es apuntar a un masacrador de
    vidas humanas (Sánchez de Losada, ex – presidente renunciado) y otra, una
    lucha por una ley de hidrocarburos.

    También es cierto que, por ejemplo, los piqueteros en Argentina han visto la
    necesidad de cambiar sus métodos de lucha (bloqueos) en aras de
    solidarizarse con los trabajadores y una clase media duramente golpeada y
    empobrecida por la crisis del 2000 / 2001.

    Nadie en Bolivia (ni fascistas, ni corleones, ni la prensa) quiere ver que
    hasta el “alumno exitoso del modelo” (Chile) está en plena pelea
    parlamentaria en pos de aumentar las regalías o los impuestos a las
    corporaciones mineras, o que Argentina revisó todos los contratos petroleros
    de las transnacionales sin que estas dijeran “ni pío” y entonces, desde el
    presidente hasta el fascismo parlamentarista, satanizan a los movimientos
    sociales por sus “ideas inviables” respecto de estos temas.

    Ha llegado la hora de encontrar metodologías más populares y efectivas como,
    por ejemplo, los “escraches” u otros hostigamientos a las corporaciones,
    centrados en exigencias de “servicios sociales gratuitos”, de transparencia
    en sus actos y estados financieros y balances (al fin, los bolivianos por la
    ley de capitalización, somos dueños de un porcentaje de las acciones de las
    petroleras capitalizadas y debemos tener acceso a los libros contables,
    según el Código de Comercio), etc. Métodos de “Acción Social Directa” que
    traen mejores resultados que las “presiones políticas”.

    Porque, ¿de qué vale presionar con bloqueos (monopraxis política) a un
    Estado débil e inútil para negociar Derechos Indígenas y Fiscalización
    Social en una ley de hidrocarburos frente a aquellos monstruos corporativos ?
    ¿Y para qué tener al estado como mediador entre los movimientos sociales y
    las petroleras ? Si vamos hacia la autogestión, pues debemos estar ya en la
    autogestión ; sin el Estado. Como aquel poema de Borges, “… vació su
    cantimplora y dijo : / si he de entrar al desierto / ya estoy en el
    desierto…”. Entremos ya, entonces, a la autogestión…

    Lo cierto es que los recientes bloqueos, desgastaron innecesariamente a sus
    protagonistas y los enfrentaron -mensaje presidencial mediante- a la clase
    media, con quienes, después de décadas y desde 17 / 10, se vivía un “pequeño
    romance” que dio un gran impulso y respaldo a las luchas populares.

    DE LA ACCIÓN SOCIAL A LA POLÍTICA : el tortuoso camino a la presidencia
    siembra “errores” en los movimientos sociales.
    Observemos el “Cuadro de Honor” de los actuales “dirigentes sociales” : Evo Morales : con buenos aportes económicos del chavismo y el pago por
    “protección” que realiza la Repsol -tiene ricos pozos petroleros en Chapare,
    bunker del líder cocalero, que no indígena- Evo solo piensa en la
    presidencia en 2007.

    Cimar Victoria : este dirigente de campesinos colonizadores del oriente,
    declaró hace unos meses que no le interesaba el ministerio de asuntos
    campesinos, ya que era un ministerio pobre y el manejaba “8 millones de
    dólares al año como dirigente campesino” (sic).

    Ángel Durán : dirigente de los “Sin Tierra” ; posee “solo 500 has. de tierra”
    (sic) y está acusado por sus bases de haber vendido tierras destinadas a
    ellos.

    Jaime Solares : soplón y torturador de la dictadura de García Mesa en los
    ’80. ¿Algo más ?

    Felipe Quispe “Mallku” : cadáver político desconocido por casi todas las
    comunidades aymaras en tierras altas (occidente del país)

    Roberto de la Cruz : expulsado de la Central Obrera de El Alto por corrupto,
    obtuvo una concejalía en las últimas elecciones municipales (12 / 2004).

    El paso de la lucha social a la lucha política ha postergado a los
    movimientos sociales y los ha desviado de los objetivos de octubre ; y este
    paso de un escenario a otro fue realizado solapadamente con el solo fin de
    proyectar a Evo Morales a la presidencia en las elecciones de 2007. Ayudados
    por los medios de comunicación, que los han impuesto como líderes nacionales
    y hasta de la insurrección de octubre, estos “corleones” solo apuestan a ser
    los “patrones” de los movimientos sociales.

    Por otra parte, los embates políticos que han desatado “Los Corleones”
    (incluido el reciente “Pacto Social”) de cara a aquel fin electoralista
    inconfesable, ha generado, entre otros, una “represión selectiva” por parte
    del gobierno y no hacia estos “dirigentes”, precisamente.

    La actual crisis de Bolivia con su carga de xenofobia incluída, es una
    crisis en la que todos parecen sentirse a gusto : petroleras, fascistas
    parlamentarios, gobierno y “corleones”, que aún no comprenden que 17 / 10 es
    la temperatura a la que arde Bolivia e incinera toda tentativa de
    corrupción, hambre y autoritarismo.

    Mientras, ahora sí, los movimientos sociales buscan hacer coincidir las
    fuerzas de la acción con la de las ideas para aproximarse a un futuro de
    autogestión social que espera a la vuelta de cualquier esquina o recodo del
    camino. Y allí, toda inocencia será premiada.

    ¡¡Arriba los de Abajo !!

    Quilombo Libertario


    Par : rr.ii.