La oposición creciente a la contrarreforma de la jubilación se ha distinguido de las acciones habituales por una movilización impresionante en su duración, su unidad, su amplitud, su radicalidad… y su capacidad de buscar y ensayar distintas formas para mayor eficacia.

La oposición creciente a la contrarreforma de la jubilación se ha distinguido de las acciones habituales por una movilización impresionante en su duración, su unidad, su amplitud, su radicalidad… y su capacidad de buscar y ensayar distintas formas para mayor eficacia.

Movilización duradera de gran amplitud

La movilización unitaria contra el proyecto de ley empezó con una huelga el 23 de marzo, que ya protestaba contra el calendario demasiado apretado y reclamaba negociaciones sobre el conjunto de las cuestiones, en especial la pensiones (previstas a la baja) y la reducción de desigualdades.

La acción se amplió a lo largo de las jornadas de huelga y marchas de los días 27 de mayo, 24 de junio, y con renovado vigor desde el final de las vacaciones de verano : 7 y 23 de septiembre, 2 y 12 de octubre… En cada jornada, pese a su demasiada distancia con la precedente, la movilización se amplió, encontró un eco creciente en la población que, a medida que tomaba conciencia de la injusticia de tal contrarreforma, apoyó, participó, aprobó, y deseó acciones, incluso las más radicales.

Acciones más radicales

Huelgas reconducibles. Desde el comienzo, Solidaires ha explicado que una serie de huelgas de 24 horas no bastaría, que haría falta golpear a la patronal a la caja, bloquear la economía. Las y los trabajadores de refinerías, ferrocarril, y también una parte de los camioneros, de l@s funcionari@s del Estado, de l@s hospitalari@s, de colectividades territoriales, de los desechos, de energía, y también otros muchos ramos han reconducido la huelga y aguantado varias semanas esperando una generalización.

La propuesta de Solidaires de apoyo a dichas huelgas ha sido rechazada por las demás centrales fuera de FSU. A falta de un llamado claro y unitario de la intersindical a la generalización (que sólo Solidaires reclamaba), el movimiento reconducible se ha suspendido para evitar el agotamiento, mientras que según el ministro Borloo estábamos “a dos pasos de una catástrofe económica absoluta”.

Acciones locales unitarias diarias, organizadas por las intersindicales o por Asambleas generales intersindicales que no quieren ceder nada y buscan tener el mayor peso posible : apoyo a los piquetes de huelga, información masiva, peajes gratuitos, filtrados o bloqueos de camiones, operaciones caracol, bloqueos filtrantes de polígonos industriales y comerciales, acciones simbólicas dirigidas contra Cámaras de Comercio, locales del MEDEF (la patronal) o de la UMP (partido en el poder)…

La acción continúa

Contra esta ley inaceptable porque :

  •  es injusta : reduce otra vez las pensiones mientras que un millón de jubilad@s ya vive por debajo del umbral de la pobreza ; amplia y acentúa las desigualdades, y golpea más duro a l@s más precari@s ; es la peor contrarreforma de Europa al cumular el aplazamiento de las edades mínimas con el incremento de los años de aportes.

  •  es ilegítima : N. Sarkozy fue elegido con la promesa de no cuestionar los 60 años. No se dio ninguna negociación. El debate ha sido chapuceado en la Cámara de diputados, el Senado, y las dos cámaras reunidas. Reina el mercantilismo con las relaciones entre Woerth (ministro del Trabajo) y Bettancourt (propietaria de L’Oreal) y con una ley que regala entre 40 y 100 mil millones a los fondos de pensiones gestionados por el hermano de N. Sarkozy…

    Contra la regresión social generalizada

    Se ataca la jubilación a la vez para complacerles a los mercados financieros que quieren pruebas de que en Francia reina el rigor, y para incitar con fuerza, si no obligar, a cotizar en los fondos de pensiones privados.
    La regresión social se generaliza por el incremento del ataque incesante a la protección social (franquicias, no reembolso…), al poder adquisitivo, a las libertades…
    El reparto desigual de la riqueza se ha vuelto evidente para la mayoría. Lo de golpes para l@s de abajo y regalos para l@s de arriba, la gente ya no lo traga. Una mayoría de la población ya no acepta la regresión social, cuando otra política, más justa y más igualitaria, permitiría el progreso social.

    Todo empuja a una acción permanente, continuada, bajo formas diversas y que puede estar preñada de una explosión para imponer otra política. Las acciones interprofesionales que continúan atestiguan que la lucha sigue, pero que hemos entrado en una nueva fase, que sucede a la abierta el 12 de octubre caracterizada por una huelga reconducible en numerosos ramos. Cierto que no se dio el “incendio” que esperábamos, pero bien se ve que el “fuego” no está apagado.

    Una nueva jornada de movilización unitaria se dará el 23 de noviembre. L@s asalariad@s deben apoderarse de ella para que otra vez se oiga su voz. El movimiento contra la “reforma” de jubilación ha planteado la cuestión fundamental del reparto de la riqueza producida. Esta cuestión no ha sido resuelta.

    ¡Sigamos ! ¡Junt@s, no cedamos nada !

    Union Syndicale Solidaires – www.solidaires.org