La influencia persistente de Bakunin y Kropotkin sólo se explica porque correspondía a una necesidad del clima social peninsular y que sus lectores eran trabajadores comprometidos que asimilaban sus ideas. Mientras siga el desempleo y la jerarquía social en España y en el mundo, Bakunin y Kropotkin seguirán de actualidad y sus lectores se esforzarán por cambiar la realidad.

La influencia persistente de Bakunin y Kropotkin sólo se explica porque correspondía a una necesidad del clima social peninsular y que sus lectores eran trabajadores comprometidos que asimilaban sus ideas. Mientras siga el desempleo y la jerarquía social en España y en el mundo, Bakunin y Kropotkin seguirán de actualidad y sus lectores se esforzarán por cambiar la realidad.

[ Pdf del artículo completo ]

Extractos del artículo :


¿Qué mensaje transmitió directamente Bakunin en su correspondencia a los españoles que Fanelli contactó ?

Fue doble y a la vez práctico y teórico : la búsqueda de la emancipación de los oprimidos por ellos mismos con el rechazo de nuevas tutelas autoritarias. Bakunin, simultáneamente, insistía en la necesidad de preservar e impulsar la organización revolucionaria horizontal de los explotados mediante un grupo clandestino : .

Otros aspectos fueron seguir la política de la Internacional de reunir a los trabajadores desde una base reivindicativa y no con un programa ideológico preciso que dividiera y apartara a los mismos, oponerse a alianzas con el socialismo burgués y respetar a los opositores socialistas, como Marx. Y no dejó de ser criticado Bakunin, con mucha razón por Anselmo Lorenzo por su antisemitismo.

Los textos de los libros de Bakunin, con múltiples digresiones sobre la política europea de su época, deparan también no pocos aspectos que encajan de lleno con la visión espontánea y horizontal comunicada a los militantes españoles.

Otra influencia indirecta vino de James Guillaume, en su periodo de militantismo operario, con el folleto Idées sur l’organisation sociale, de 1876, síntesis del ideario bakuninista en que se inspiraron una larga serie de militantes españoles para redactar numerosos textos de lectura ágil y clara sobre la futura sociedad revolucionaria, uno de los más famoso El comunismo libertario de Isaac Puente en 1933.

Muy concretamente, el mismo anarcosindicalismo español de la CNT con su desconfianza hacia los políticos y los intelectuales entronca de lleno en la postura bakuninista y se combina con la influencia de las herramientas del sindicalismo revolucionario de la CGT francesa (acción directa, saboteo –denuncia de la mala calidad de la producción empresarial-, bolsas de trabajo, etc.).


El pensamiento de Kropotkin penetró en España a través del concepto de comunismo libertario (de cada uno según sus necesidades) que suplantó el colectivismo de Bakunin (de cada uno según su trabajo) porque se apoyaba en un estudio global de la sociedad -que sigue exacto y vigente hoy por hoy – y de sus posibilidades tecnológicas desviadas hacia las minorías oligárquicas, políticas, con una parte para la necesaria corrupción y represión de los explotados, bases del capitalismo.

Si bien la influencia de las obras de Kropotkin es indudable, no tuvo una correspondencia abundante con españoles, y cuando la tuvo con Francisco Ferrer Guardia y con Ricardo Mella, el tema se relacionaba con ideas que interesaban al sabio ruso y no directamente con problemas organizativos propios de los compañeros españoles. Otra diferencia abismal con Bakunin y sus compañeros españoles en la Alianza.

A la inversa de las de Bakunin, las obras de Kropotkin tuvieron una amplia difusión en castellano, alcanzando cifras espectaculares y siendo aún reeditadas. Y lo más importante, fueron incorporadas por figuras activas en el militantismo, tanto en la base como entre los dirigentes. Anselmo Lorenzo, organizador importante y ex miembro del núcleo inicial de la Internacional en España en 1868, adoptaba las concepciones de Kropotkin y las defendía en sus escritos, en particular con una biografía de Kropotkin (un folleto) y el libro El Pueblo, para el cual Kropotkin escribió una introducción en 1909.

Ricardo Mella asimiló la presión moral que evoca Kropotkin en la Conquista del pan para integrar a los individuos asociales en un artículo sobre “La coacción moral”.

Otra diferencia con el legado bakuninista es que las ideas de Kropotkin volvieron a cobrar actualidad y vigor en los 1930 a través de obras analíticas de Gastón Leval Problemas económicos de la revolución española y sobre todo de Pierre Besnard sobre la sociedad y su reorganización, Los sindicatos obreros y la Revolución social. Era una interpretación de la situación de los años treinta desde un enfoque kropotkiniano y sindicalista.

Por fin, como en el caso del antisemitismo bakuninista rechazado por Anselmo Lorenzo, la postura belicista de Kropotkin a favor de Inglaterra y Francia contra Alemania fue mayoritariamente marginada por sus seguidores españoles.

Las intentonas de comunismo libertario de diciembre 1932 (espontánea en la cuenca minera de Berga y Figols en Cataluña), de enero y de diciembre de 1933 fueron un ensayo (por cierto con una malísima preparación) pero dieron un señal profunda de la capacidad de los trabajadores, del campo en esa circunstancia y de su asimilación de lo esencial de Kropotkin. El sindicalista Macario Royo publicó un folleto, Cómo implantamos el comunismo libertario en Mas de las Matas (Bajo Aragón). Tanto el estilo y la descripción evocan La Conquista del pan.

Kropotkin y los escritos sobre el comunismo libertario destacaban que la colectivización era para todos, incluso los enemigos de la víspera. En los pueblos en autogestión se respetaron e integraron las viudas, la familia de los guardias civiles y de los facciosos matados durante el golpe ; podían abastecerse normalmente en el almacén de la colectividad (como en Esplús, Teruel). En las ciudades, los ex patronos podían colaborar en la colectivización de las empresas. Hubo el famoso Melchor Rodríguez, delegado especial de prisiones de Madrid, que se opuso a las masacres de presos segura o supuestamente fascistas.

La inmensa obra realizada durante la revolución libertaria y anarcosindicalista de 1936-1939 le debe mucho a Kropotkin, como fue presente su influencia sobre el movimiento de Makhno que se inspiraba en gran parte en La Conquista del pan.


La influencia persistente de Bakunin y Kropotkin sólo se explica porque correspondía a una necesidad del clima social peninsular y que sus lectores eran trabajadores comprometidos que asimilaban sus ideas.

Mientras siga el desempleo y la jerarquía social en España y en el mundo, Bakunin y Kropotkin seguirán de actualidad y sus lectores se esforzarán por cambiar la realidad.

Frank Mintz, mayo de 2007.

En http://www.fondation-besnard.org/