Europa ha implementado en los últimos 10 años una estrategia de países cinturón que actúan de activadores en los sistemas de control de fronteras. Es la llamada externalización, en la práctica una controvertida y dudosa “subcontratación de la militarización” a terceros países con democracias débiles y escasa implementación de los derechos humanos. Un sistema que en contrapartida produce graves violaciones de los derechos fundamentales de los migrantes.

Europa ha implementado en los últimos 10 años una estrategia de países cinturón que actúan de activadores en los sistemas de control de fronteras. Es la llamada externalización, en la práctica una controvertida y dudosa “subcontratación de la militarización” a terceros países con democracias débiles y escasa implementación de los derechos humanos. Un sistema que en contrapartida produce graves violaciones de los derechos fundamentales de los migrantes.

La contraprestación que reciben estos “estados cinturón” se basa en el reconocimiento y mejora de las relaciones políticas con el gigante europeo, en concesiones económicas importantes y en la liberalización del tránsito de mercancías. Al contrario de lo que expresan los discursos políticos europeos el sistema fronterizo es permeable no sólo para los bienes, sino también para una inmigración ligada a insertarse en circuitos productivos definidos por la precariedad y para otra que tiene su base en la trata de seres humanos con fines de explotación. La intensificación de los sistemas de control (SIVE y FRONTEX por ejemplo) resulta en la militarización y acuerdos bilaterales con países como Mauritania, Marruecos o Libia donde se aplican las políticas migratorias europeas con prioridad sobre convenciones y leyes internacionales. Así, el derecho al asilo o la Convención de los Derechos del Niño, entre otras, han sido gravemente lesionados por nuestras democracias.

Numerosas organizaciones sociales han denunciado en los últimos tiempos vulneraciones graves de los derechos de los inmigrantes durante los tránsitos migratorios, a la vez que han apostado por dar visibilidad a una situación de la que consideran corresponsables a los gobiernos europeos. Por otra parte, las políticas de cooperación al desarrollo han comenzado a ocuparse débilmente de proyectos dirigidos hacia los migrantes, con una visión más humanitaria y asistencial que de derechos universales y supeditada siempre a las políticas de control de fronteras.

Perfiles migratorios y estrategias

Frente al discurso oficial y social europeo, los propios inmigrantes también se definen como sujetos políticos, como ciudadanos que se organizan buscando espacios para suplir la invisibilidad y la incapacidad de acceder a las sociedades de tránsito y acogida. La base de la supervivencia son las redes de autoorganización que tienen un componente transnacional y en muchos casos una clara demanda de derechos fundamentales.

El perfil migratorio y de redes ha ido cambiando impulsado por las políticas de militarización. A principios de esta década los campamentos informales dominan la construcción migratoria. Basados en la autogestión, respondían a movimientos de larga duración en el tránsito y cuyo perfil migrante era esencialmente masculino. A partir del 2005 se inicia un proceso donde la sociedad migrante crea redes pseudoformales de representación, se constituyen así organizaciones de inmigrantes en tránsito sin capacidad legal, pero con amplia visibilidad, gracias a partenariados con organizaciones europeas y sobre todo a redes creadas en internet, como Migreurop. Hay en ellas un claro objetivo de denuncia social y reivindicación de derechos. Paralelo a esta visibilización, asistimos en los últimos tres años al reforzamiento de redes criminales de seres humanos, tercer negocio más rentable en el mundo tras el tráfico de armas y drogas.

El crecimiento de las redes de trata con fines de explotación se debe a que han sustituido a redes de tráfico cuyo rol era facilitar el paso irregular de fronteras. La amplia militarización fronteriza ha fomentado un aumento de la redes criminales organizadas. Así se produce una feminización del proceso migratorio, puesto que las mujeres y menores son los colectivos más vulnerables y demandados para la explotación. Viven en contextos de una gran violencia psicológica, física, sexual y económica. Aunque se da una presencia de violencia civil importante, estos colectivos denuncian también sufrir una gran violencia institucional fomentada por las políticas de control migratorio.

Así, nos encontramos a mujeres, niñas, niños y adolescentes que ante la vulneración de sus derechos se venden a redes de trata. “Lo más doloroso son nuestros niños y niñas nacidas en el camino (muchos de ellos fruto de violaciones) y que no existen, no hay inscripciones legales. Son carne de cañón para secuestros en frontera, sexo con bebés y extranjeros (como ocurre en la comunidad congoleña)… o incluso para el tráfico de órganos como ha ocurrido en Argelia. Pedimos que Naciones Unidas proteja a nuestros hijos e hijas”, declaraba hace tiempo Smael, refugiado costamarfileño.

Las construcciones de nuestras fronteras

La frontera muestra en Ceuta y Melilla su permeabilidad y su militarización más visible. La Guardia Civil ha sido acusada de gestionar, junto a los militares marroquíes, deportaciones sumarísimas en las que no cuentan protocolos internacionales ni las propias leyes de extranjería. Guantanamito es el nombre del centro de detención de inmigrantes de Nouadibu (Mauritania), donde las condiciones de vida han sido denunciadas por numerosas organizaciones internacionales. Nada comparable a los centros libios, auspiciados por Italia, donde el maltrato constante ha provocado un número importante de víctimas mortales.

Parecida es la política egipcia cuya consigna es disparar a matar al inmigrante irregular. Muertes se producen cada día en las deportaciones en distintos puntos del desierto del Sáhara que separa el África negra de un Magreb al servicio de Europa.

Helena Maleno Garzón, investigadora especializada en migraciones.


Rompamos el Silencio ha solicitado a diversos autores y autoras los distintos textos que conforman este dossier, con la intención de elaborar un marco amplio de perspectivas sobre la realidad latinoamericana al calor de la presidencia española de la UE. Las opiniones vertidas en el mismo responden, por tanto, a las personas que los firman y no constituyen necesariamente la línea política de Rompamos el Silencio que por tanto no se responsabiliza de las mismas.

Asamblea de Rompamos el Silencio – Mayo de 2010