AVISO: El 26 de noviembre de 1976 se publicaba en todo el mundo la canción “Anarchy in the UK”. 45 años después CARLOS MONTY investiga las huellas del anarquismo en el punk, principalmente a través del situacionismo francés, desde los años 60 hasta las luchas anti-globalización de comienzos del siglo XXI. Este informe especial, que recorre desde una perspectiva libertaria, no sólo el desarrollo del punk en UK, sino también en USA y España, sirvió de apoyo para la Tesis Doctoral del abogado e historiador Leonardo Mulinas, “Juan García Oliver (1902-1980): Anarcosindicalismo en Acción”, donde aparecen fragmentos, y será publicado por vez primera íntegramente mediante cinco entregas, una cada lunes de este mes de noviembre, que se irán acumulando hasta completar el reportaje completo en un solo archivo. Seguramente tus antihéroes favoritos no saldrán muy bien parados, pero no te preocupes, la Sociedad del Espectáculo te los habrá sustituido y sustituirá indefinidamente.

NOTA.- Puedes leer la 2ª Entrega aquí: https://rojoynegro.info/articulo/289964/

                                                       – III –

PUNK IS DEAD : CRASS Y LA AUTOCRÍTICA ANARCO-PACIFISTA

El sello discográfico de los malogrados Joy Division no fue el único en rendir culto al dadaísmo y el situacionismo en la nueva década de los ochenta. Como se lee en las notas de contraportada de “Post Punk. Romper todo y empezar de nuevo”, de Simon Reynolds (Synesthesia, 2013):

 “No solo de música se alimentó el postpunk: Cabaret Voltaire tomó prestado su nombre de Dadá; Pere Ubu adoptó el suyo de Alfred Jarry; Gang of Four, inspirado por Brecht y Godard, trató de deconstruir el rock; los letristas absorbieron la ciencia ficción radical de J.G. Ballard, Philip K. Dick y William Burroughs; y bandas como The Pop Group o Contortions se inspiraron en el teatro de la crueldad de Artaud para romper las barreras entre el público y el escenario. Al purismo estridente del punk, el postpunk le opuso eclecticismo e hibridez. Y a su tradicionalismo rockero, un imperativo de cambio constante”.

Ejemplos como Cabaret Voltaire, al menos hasta su comercialización bailable de los 80, desde su cuna en Sheffield habían estado promoviendo el ruidismo dadaísta y experimental ya por 1973, género que eclosionaría a nivel popular con el aclamado álbum “Red Mecca” (1981), editado por la distribuidora independiente Rough Trade, convirtiéndose en adalides de lo que se llamaría “sonido industrial”; Throbbing Gristle en su primera denominación COUM Trasmissions (acabarían visitando la Edad de Oro en TVE ya como Psychic TV en 1984), también habitaron por derecho propio la vanguardia del ruidismo industrial, la deconstrucción visionaria del consumo pop. Pero, a diferencia de los anteriores, este colectivo de Hull, liderado por Genesis P-Orridge y Cossi Fanni Tutti, encarnó el dadaísmo criminal como manera de ser más allá de las performances en vivo.

De 1969 a 1976 sus exhibiciones fotográficas en centros de arte contemporáneo de toda Europa -crudamente expuestas en el show “Prostitution”, de 1976- mostraban la sublimación de las pesadillas cotidianas que el arte puede pulsar como mecanismo transgresor, induciendo al mismo pánico moral que los Sex Pistols habían provocado por el lado de la industria con McLaren al frente. Inspirados en la grabación desde la cárcel del tema “Cease to Exist”, interpretado por Charles Manson en 1970, el espectador era agredido peligrosamente con visiones de autolesiones, sangre, sexo brutal, vómitos, y hasta enemas de leche y otras sustancias. La agresión sensorial se mezclaría con la musical en ese año con la fundación del grupo Throbbing Gristle (1).

Otras subversiones en los márgenes sociales que contribuirían decisivamente a la pervivencia de la herencia libertaria más allá del punk se sitúan en forma de comuna, hasta cierto punto paralela a la alternativa que se estaba cociendo. Es el colectivo declaradamente anarquista de Essex conocido como Crass, compuesto, entre otros, por Penny Rimbaud, Steve Ignorant y Gee Vaucher; algo más tarde Eve Libertine fue incorporada como cantante. Todos ellos formaron el núcleo principal de la comuna abierta ‘Dial House’, la cual contaba hasta con su propio himno: “Punk is dead”, toda una declaración de principios.

Crass («groseros» por el verso “the kid just was crass” de la canción “Ziggy Stardust” de David Bowie) fue una banda punk inglesa formada en 1977,​ que promovía el anarquismo como ideología política, modo de vida y movimiento de resistencia. Crass popularizó el movimiento anarcopunk dentro de la subcultura punk, y abogó por la acción directa, los derechos de los animales y el ecologismo. La banda defendió y utilizó un enfoque ético de autosuficiencia, produciendo collages sonoros, gráficos, álbumes y películas. Crass también criticó la cultura  mainstream,  e intentó  subvertirla  con mensajes que promovían el  feminismo, el antirracismo y el pacifismo.

La banda fue crítica de la misma subcultura punk, así como de la cultura juvenil en general. Crass promovía el tipo de anarcopacifismo que a la larga seguirían otras bandas de la escena musical punk (singularmente los Dead Kennedys y MDC en USA, y Conflict, Discharge, Poison Girls, UK Subs, Dirt y Flux of Pink Indians en Inglaterra). También se los relaciona con el género art punk,​ debido a su uso de collages de casetes, gráficos, grabaciones con palabra hablada, discursos, poesía e improvisación (2).

Colectivo seminal, singular y multidisciplinar, desde sus primeros días en los que dibujaban con aerosol mensajes antiguerra, anarquistas, feministas y anti-consumistas alrededor del metro de Londres y en vallas publicitarias, ​la banda también se vio envuelta en actividades políticas y musicales que tenían que ver directamente con la génesis y el choque cultural de sus fundadores: Penny Rimbaud de clase media alta, y Steve Ignorant, de clase trabajadora. Crass se construyó sobre el modelo punk dadaísta del “Do It Yourself” (DIY: Hazlo por ti mismo) y la posición anti-mercantilista de que nada debía ser estructurado ni consensuado, al punto de llegar a afirmar que las influencias musicales del colectivo tenían más que ver con la música clásica, el dadaísmo y los vanguardistas como John Cage, que con la cultura del rock.(3)

Desde la comuna “Dial House”, una vasta hacienda que Penny Rimbaud había adquirido, y siguiendo el concepto de “permacultura” (comida, vivienda y modo de vida sostenibles), con una política de puertas abiertas, el criterio era sobre todo convertirla en una casa creativa, significara lo que significara. Así que no tenía por qué ser “arte fino”. Era más importante la expresión artística que el resultado material, como arma de lucha contra “la cultura de la mercancía”, llegando incluso a movilizar a toda la comarca contra los intentos de British Telecom por hacerse con la propiedad de la finca. (4)

En una sublimación de las contradicciones del capitalismo que se acababa devorando por sí mismo, el choque entre el “No Futuro” del punk y la distopía del viejo hipismo se resolvió con una amalgama sonora distorsionada, agresiva y visual no planificada, la cual se plasmó en sus collages, pura historia situacionista del punk underground británico, y en su representación estética militar a modo de denuncia pacifista, pero sobre todo con su icónico e impactante logo, cruce de distintos símbolos de autoridad, entre los que se distinguía la cruz cristiana, la esvástica y la bandera del Reino Unido rematado por un uróboro de dos cabezas en representación de la autodestrucción capitalista, creación de un estudiante de arte llamado Dave King, residente en “Dial House”.

Diseñado de forma inicial como portada de un libro sobre el control fascista del Estado que estaba escribiendo Rimbaud y, finalmente, para su primera referencia con su propio sello discográfico ‘Crass Records’, un single llamado “Reality Asylum” en 1979, después de que los trabajadores de la planta de impresión del sello Small Wonder se negaran a prensar la canción, acusándola de contenido blasfemo, la cual tenía que haber aparecido en su primer EP de 18 cortes, “The Feeding of the 5.000” (1978). (5)

Paradójicamente, en la primera década del siglo XXI, el diseñador Jean Paul Gaultier se reapropió del símbolo, mercantilizándolo para la sociedad chic británica, personificada en el futbolista e icono mediático David Beckham, para escarnio de la utopía situacionista, abusando la vieja teoría de McLaren sobre el poder de las celebrities.

Objeto de apropiación capitalista o no, el concepto global de Crass no solo como banda sino como experimento político, artístico y social fue determinante tanto para promover una respuesta incontestable a las traiciones del punk y sus contratos millonarios con multinacionales del disco, como para aglutinar, endurecer y articular la oposición al thatcherismo y la penetración del Frente Nacional en el post-punk británico (sus polémicas con grupos como The Exploited fueron sonadas), frente a la guerra de las Malvinas o la catalización de la lucha del movimiento okupa, que había movilizado el punk en el centro de Londres en los años setenta, pero había empezado a ser seriamente reprimido ya en la década de los 80. (6)

El 18 de diciembre de 1982 Crass coordinó una ocupación de 24 horas en el club abandonado Zigzag, ubicado en el oeste de Londres, celebrando un evento al que asistieron aproximadamente 500 personas, demostrando “que la escena underground punk puede manejarse a sí misma responsablemente cuando tiene que hacerlo y que se puede disfrutar la música realmente sin las restricciones impuestas por el sector empresarial”. (7)

En 1983 y 1984 Crass fueron parte de las acciones de Stop The City promovidas por London Greenpeace,​ adelantándose a las acciones de antiglobalización de principios del siglo XXI. ​ El apoyo explícito a estas actividades se dio en la letra del último sencillo lanzado por la banda, “You’re Already Dead”, que llevó a Crass a mostrar públicamente sus crecientes dudas acerca del compromiso a largo plazo con el pacifismo, según contó Ignorant en una entrevista para la revista Punk, siete años más tarde. Todo ello acabaría provocando la escisión final del grupo en 1984, coincidiendo con la fecha señalada para el anti-autoritarismo por el célebre George Orwell. (8)

No obstante, las actividades de Crass no habían pasado inadvertidas para Scotland Yard, que en Manchester llegó a requisar todos sus discos y los de otros grupos anarco-punks; tampoco para el mismísimo Parlamento británico cuando, en un giro de tuerca, se vieron involucrados en lo que se llamó el escándalo “Thatchergate”, a cuenta de unas cintas de cassette trucadas por los propios Crass, construidas a partir de las grabaciones de un piloto de la Royal Air Force que, supuestamente, habría enviado conversaciones grabadas a Dial House desde el destructor HMS Sheffield antes de su hundimiento en la Guerra de las Malvinas.

El diario sensacionalista The Observer convirtió las cintas en caballo de batalla político tras aparecer transcritas parcialmente en los diarios San Francisco Chronicle y The Sunday Times, que recogían referencias a unas supuestas conversaciones telefónicas cruzadas entre Margaret Thatcher y Ronald Reagan, de las que se desprendería que decidieron sacrificar el destructor, y que Europa se utilizaría como objetivo para el uso de bombas atómicas en cualquier conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética (9).

En otra magistral recreación situacionista del grupo para evidenciar el sombrío futuro belicista de la nueva guerra fría e imperialista anglo-americana, el  Departamento de Estado de Estados Unidos creyó que la cinta era propaganda producida por la KGB soviética, y que la banda tenía relación con sus servicios secretos, al punto de que el Parlamento británico llegó a investigarlos, se subió la presión sobre sus publicaciones bajo la acusación de obscenidad contra su single del momento, “How Does It Feel…”, y acabaron inmersos en una ronda constante de batallas legales que la banda denunció reiteradamente como acoso policial y judicial, lo que propició  que dieran su último concierto, el 7 de junio de 1984, en Aberdare (Gales) a beneficio de los mineros en huelga, ​ para luego retirarse a “Dial House” y concentrar sus energías en otras actividades.

© CARLOS MONTY. 1-ABRIL-2019. REVISIÓN FINAL 12-9-2021

                                  EDICION SUPERVISADA POR LEO MULINAS

REFERENCIAS:

[1] Amy Britton: “Situationism explained! And its affect on punk and pop culture”. 2012. Louderthanwar.com Revisión: 7-2-19

2 Crash Records. Southern.com. http://www.southern.com/southern/label/CRC/leaflet.html. Revisión 7-02-19

3 George McKay: Senseless Acts of Beauty. 1996 Paperback. Fanzine “New Crimes”. Invierno de 1980, pág. 95: Entrevista a Crass

4 Penny Rimbaud: Documental “Crass-There is No Authority But Yourself”. Dir. Alexander Oey. Holanda, 2006

5 Penny Rimbaud: “Crass-There is No Authority But Yourself”. Documental dirigido por Alexander Oey. Holanda, 2006

6 Rich Cross – TINABY: The Individual and the Collective in British Anarcho-Punk”. Music & Politics. Vol. 4º. Issue 2, 2010. https://quod.lib.umich.edu/m/mp/9460447.0004.203?view=text;rgn=main Revisión 7-2-2019

7 Ian Glasper: The Day the Country Died. Ed. Cherry Red Books, 2006, pág. 25.

8 George Berger: The History of Crass. Ed. Omnibus Press, 2006, pág. 247

9 Penny Rimbaud: Documental “Crass-There is No Authority But Yourself”. Dir. Alexander Oey. Holanda, 2006.

 


Fuente: Carlos Monty