Mi cuñado, amigo y camarada, José Luis Martínez Álvarez El Negro, ha empezado hoy (junto a otros compañeros) su camino hacia Bruselas, a donde llegará andando durante mes y medio para participar en la protesta sindical europea contra el ajuste y animar la huelga general convocada en España contra la reforma laboral.

Mi cuñado, amigo y camarada, José Luis Martínez Álvarez El Negro, ha empezado hoy (junto a otros compañeros) su camino hacia Bruselas, a donde llegará andando durante mes y medio para participar en la protesta sindical europea contra el ajuste y animar la huelga general convocada en España contra la reforma laboral.

Bien mirado, la hazaña no tiene nada de particular porque mi cuate ya se fue al mismo sitio cuando la lucha contra el trasvase, caminó hasta Valencia con idéntica ocasión, se enterró en cemento para parar la urbanización del Moncayo, hizo varias huelgas de hambre por diversos pero justificados motivos, subió con los Ecofontaneros a la Torre Eiffel (y a otros lugares) a poner pancartas, colaboró en el retorno de los campesinos guatemaltecos huidos tras las matanzas del Ejército, ha gestionado la escolarización de la selva Lacandona (México) y ha ido y venido por medio mundo defendiendo las mejores causas. Ahora vuelve a Bruselas convencido de que, ante la revolución neocón que nos cae encima, la clase trabajadora y sus organizaciones (él es de la CGT) deben enseñar músculo y dientes y hacer un alarde no tanto porque se vaya a conseguir echar hacia atrás el ajuste administrado por el Gobierno Zapatero, sino para lograr un mínimo respeto a los intereses populares (del pueblo, no del PP), impedir que las cosas vayan más lejos aún y romper la estrategia dirigida a hundir los sindicatos y la negociación colectiva.

Mi cuñado es un señor al que le encantan este tipo de veraneos excéntricos. Además sostiene la tesis de que, si Margaret Thatcher tuvo de meterse en pelea durante meses para doblarles la muñeca a las Trade Unions británicas, maldita gracia tendría que un Gobierno español que se autotitula socialista, dejara despatarrados sin más historia a los sindicatos de este país, a mayor gloria de la derecha nacional (que por cierto ya se relame y habla de «erradicar» las huelgas generales definitivamente). Por lo menos habrá que resistirse y plantar cara, dice él (y cualquiera que tenga sentido común). Así es que se ha puesto en marcha. Ahí está : carretera, reivindicación y manta. No le pierdan de vista.

José Luis Trasobares

En http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp ?pkid=602940