La situación actual lleva de música de fondo la marcha fúnebre, y muchos de nosotros nos dedicamos a bailar con alegría porque, por el momento, el muerto de la caja tiene un rostro que no coincide con el nuestro.

La situación actual lleva de música de fondo la marcha fúnebre, y muchos de nosotros nos dedicamos a bailar con alegría porque, por el momento, el muerto de la caja tiene un rostro que no coincide con el nuestro.

En nombre de los mercados, el actual ejecutivo estatal con el acompañamiento cómplice de los gobiernos autonómicos, están destrozando logros laborales y sociales que costaron grandes sacrificios, y lo está haciendo, sin que exista una respuesta acorde al ataque que ésto supone, contra la clase trabajadora y las capas más desfavorecidas de esta sociedad (inmigrantes, jóvenes, mujeres,…). Son millares las familias afectadas por el recorte de los llamados 426 euros ; son millares las familias que ya no obtienen ningún ingreso o que tienen a todos sus miembros desempleados ; millares los que llenan los albergues, millares los que acuden a los servicios sociales,…

En nuestro Paraíso Foral, el de los elefantes y jirafas (a éstas no les quedó más remedio que morirse), paseando por Arguedas, el de los circuitos de velocidad, el de los canales, el de las autovías, el de los centros de esquí, trenes de alta velocidad, el de las multinacionales alimentarias y automovilísticas,… la situación no es mejor. Y no lo es, a pesar de que nos creamos mejores. Llorar se llora mucho, aunque otra cosa es exponer nuestra «parcela de seguridad» en beneficio de un incierto logro social. Y en algún momento habrá que empezar a llamar a las cosas por su nombre, y a decir, que quien no hace nada por cambiar esta situación no es un elemento neutro, sino que favorece y participa activamente en la injusticia. Que quien no hace nada, apuntala las diferencias sociales, dejando las manos libres a empresarios y políticos para que nos sigan robando. Que quien no hace nada, podrá tener mil excusas, pero se alinea con el Poder contra sus iguales.

Siempre se escucha lo mismo : «Pero para qué voy a hacer huelga o me voy a movilizar si no vale para nada». ¡¡Muy cómoda la estrategia del avestruz !! Cómo si quietos y con resignación cristiana, se fuera a arreglar algo. Bajo esa expresión, demasiado extendida en nuestra sociedad, se encuentra la esencia y motor del capitalismo : el individualismo.
Miles de personas se movilizan para irse de vacaciones, llenan bares, centros comerciales, compran los últimos modelos de cualquier cosa (da igual mientras sea último modelo y me reporte un instante efímero de satisfacción -además de poder enseñarlo, claro-), se desplazan en masa a las estaciones de esquí, llenan estadios,… constituyendo la causa y la consecuencia de la actual coyuntura.

Que somos esclavos con un gran concepto sobre nosotros mismos, es algo evidente. Que canjeamos vivir por consumir, limitando nuestra vida a un mes de vacaciones, quien las tiene, en un lugar más o menos exótico y a salir el sábado «de marcha», es fácil de constatar. Que trabajamos horas extras para todo ello, mientras hay más de cuatro millones de desempleados, es algo vergonzante pero real. Ahora bien, concluir de todo esto que no «podemos» hacer nada, supone reconocer que nos hallamos cómodos en nuestra situación conservadora y no tenemos intención de que nada cambie.

Está en el ánimo de CGT trabajar por la transformación de esta sangrante realidad y hacerlo poniéndonos a disposición de las personas que se encuentran en la situación de mayor precariedad vital : los desempleados. Pretendemos favorecer la auto-organización de personas en paro para reivindicar una salida justa a su situación. Por eso, ponemos nuestros recursos materiales, personales, divulgativos y organizativos a disposición de quienes quieran emprender esta pelea.

En este sentido, el próximo día 27 de diciembre, a las 11:30 h nos concentraremos frente a la sede del PSN, en el paseo Sarasate de Iruñea, para denunciar el paro, los recortes y las amenazas sobre nuestros derechos laborales.

Juan Mª Arazuri Garin, afiliado a CGT-Nafarroa