Es conocido este género literario como la deformación grotesca de la realidad, al servicio de una implícita intención crítica de la sociedad. Voy a servirme de las dos tendencias mencionadas, la deformación y la crítica, para referirme al montaje escénico, pero real, por desgracia, del famoso “dejo atado y bien atado” leído por el gimoteante Arias Salgado en el testamento político del dictador.

Es conocido este género literario como la deformación grotesca de la realidad, al servicio de una implícita intención crítica de la sociedad. Voy a servirme de las dos tendencias mencionadas, la deformación y la crítica, para referirme al montaje escénico, pero real, por desgracia, del famoso “dejo atado y bien atado” leído por el gimoteante Arias Salgado en el testamento político del dictador.

Jordi Gracia, en un interesante artículo sobre “La teoría del paréntesis” hace referencia al mismo, abriéndolo en 1939 “porque la victoria detiene y neutraliza el proceso modernizador” republicano. Yo creo que el paréntesis hay que abrirlo el 14 de abril de 1931 y cerrarlo con la caída de la II República tras la guerra civil española. El magro de la hipótesis se fundamenta en el continuismo que precede a la República (se interrumpe con ésta, alarmando a los poderes fácticos : Iglesia, Ejército y Capital, de ahí el paréntesis) y que continua con Franco, la Transición y la denominada Monarquía parlamentaría actual.

Un pequeño repaso en las enciclopedias españolas referente a la figura de Francisco Franco nos descubre de inicio a un militar y político, a veces también estadista, español. Increíble. Iniciamos la deformación referida. Yo lo veo como un militar que se subleva contra un sistema político elegido por el pueblo, que además desemboca en una cruenta guerra civil, que elimina (planeada o casualmente) a sus compañeros de alzada, que gobernó como un dictador a través de la represión de las opiniones disconformes, institucionalizando la tortura, los campos de concentración, pesadas penas de prisión, y la aplicación de la pena de muerte contra delincuentes comunes y opositores políticos. ¿Un personaje así, puede ser tildado de político o estadista ? Militar ya no me meto, pero lo otro.

La proclamación de la República trajo consigo aire reformador y modernizador, tanto para la política, como para el componente social (educación y servicio social, sobre todo). Y aunque se trataba de un sistema burgués, era un hecho traumático para quienes sentían peligrar sus privilegios, los poderes fácticos mencionados. Tras exterminar lo perjudicial durante la guerra (maestros, políticos, sindicalistas, agricultores…y todo lo que no les gustaba) Franco y los tres cerditos, comienzan la estrategia de posicionamiento, o reposicionamiento mejor dicho, para ordenar la vida civil a su antojo y sin oposición. En el texto leído en el II consejo Nacional celebrado en marzo de 1938 en Burgos nos vamos acercando a uno de los hilos de la crítica : “la misión religiosa del mando político, la interpretación de la guerra como cruzada y de España como pueblo elegido por Dios” ; en la actualidad no hay un perdón declarado de la jerarquía eclesiástica, en cambio hay beatificaciones a sus mártires de guerra.

La historia del poder nos relata que todo gobernante sabe que un pueblo que siente miedo está dispuesto a aceptar propuestas que en situaciones normales no aceptaría. Eso es lo que ocurría en la España de la posguerra, se fomentó el sentimiento de miedo de una forma eficaz y sencilla, o estas de acuerdo o te mato ; de esta manera se prepara a los sujetos para el adoctrinamiento. Pero todo poder conseguido ilegítimamente necesita encontrar rápidamente hechos que le legitimen cara al pueblo.

Continuamos con el esperpento y su deformación, es aquí donde Franco, convertido en un demiurgo amparado por los tres cerditos, se lanza, desde su estatus posicional a legitimar su asalto al Estado. La maquinaria conquistada les proporciona el monopolio de la fuerza, el dinero público, la capacidad para establecer las reglas del juego, la facultad de conceder puestos y poderes subalternos, además de extensas redes para intentar cambiar las pocas opiniones discrepantes que podían quedar. Esto lo refuerza mediante el apoyo del Ejército, con el nuevo sistema educativo (la Iglesia), la partencia de la hacienda pública y con la creación de una burocracia afín.

La obra comienza a ser continuista con la Ley de sucesión en la Jefatura del Estado del 26 de julio de 1947, luego ratificada por las Cortes Españolas en julio de 1969, donde su nombra a Juan Carlos I, actual rey del país, como sucesor, después de guardar juramento al ideario del Movimiento Nacional (franquista). Recordar que el reinado debería de recaer en su padre Juan de Borbón, pero al diosecillo le gustó más la frágil figura del desde entonces Príncipe de España (el Conde Barcelona no renunció oficialmente a sus derechos hasta 1977, cuando el reinado de su hijo ya estaba consumado ; deja abierta la duda).

No es que los poderes se hayan empleado a fondo en la búsqueda de una marioneta que se preste al juego. El problema de gran calado no es que Franco decidiera eso, para ello tenía firma de muerte, sino que la tan afamada Transición española, como los Pactos de la Moncloa, no dieran la posibilidad de un referéndum al pueblo para elegir entre el último poder legítimo, la II República, o la Monarquía. Aquí es donde se centra el continuismo, a los tres cerditos le seguía interesando un poder manejable y moldeable.

Sorprende que a un general golpista se le considerara un alto cargo y que además en el ejercicio de sus funciones tuviera la posibilidad de convertirse en poder constituyente, definido por Schmitt como : “una voluntad política que está en condiciones de tomar la decisión concreta y fundamental sobre el modo y la forma de sus propia existencia política”.

Para concluir, se ha cumplido hace poco un año desde la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica, casi 35 años después de la muerte del dictador ; también son conocidas las diligencias abiertas por el juez Garzón para judicalizar y esclarecer los crímenes cometidos durante la guerra civil y el franquismo, lo increíble es que como nos indica J. A. Martín Pallín : “si la Audiencia Nacional conoce los crímenes de derecho internacional sujetos a jurisdicción universal cometidos fuera del territorio nacional, resulta absurdo que esta competencia se diluya entre los juzgados de instrucción españoles cuando delitos de esta naturaleza se cometan en España…Si la jurisdicción es universal, el territorio español no puede quedar fuera del universo”.

Hay muchos fusilados y ejecutados en las cunetas del país, y detrás de ellos muchos familiares que se hacen preguntas. ¿Es legítimo el reinado de Juan Carlos I ? ¿La Iglesia no tiene que dar una explicación de su posición de uso y abuso durante el franquismo ? ¿Por qué los archivos militares no se abren ? ¿Cuántas empresas se beneficiaron del trabajo de los presos ?

Hoy tenemos el continuismo en las mansiones de los tres cerditos ; Kosovo y el Yak 42 ; la fenomenal campaña antiaborto como si de cualquier objeto de consumo se tratara en las vallas de las vías públicas ; la banca privada pidiendo dinero público para garantizar sus ganancias ; ministros que se van de cacería con los poderes judiciales, en principio independientes. Creo que pese a las modificaciones sufridas, la situación actual es continuista y muy similar a lo anterior conocido, salvo el paréntesis de la II República.

Esperpento como deformación de los personajes y las situaciones, como visión amarga de la realidad, todo ello puesto al servicio de una implícita intención crítica de la sociedad. Max Estrella “los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos…”


Fuente: Julián Zubieta