El pasado 2 de enero se dio el pistoletazo de salida a una insólita carrera de obstáculos que la Junta ha preparado para la ciudadanía andaluza: la inscripción en la Bolsa Única para el Personal Laboral de la Junta de Andalucía. Lo que debería ser un simple proceso administrativo se ha convertido en una gimkana tecnológica de quebraderos de cabeza, fustración y rabia para miles de andaluces y andaluzas que luchan a diario por conseguir un puesto de trabajo decente y salir de la precariedad laboral.

Decenas de miles de personas ya han participado en el proceso y todavía falta mucha gente por inscribirse, aunque no lo han hecho aún porque siguen dando vueltas por el delirio burocrático que la Junta ha preparado, tramitando certificados digitales, escaneando documentos o descifrando instrucciones; esperando pacientemente a que una saturada Web del Emplead@ Públic@ dejé de emitir mensajes de error y les deje continuar con un tedioso proceso de inscripción que puede prolongarse horas; o actualizando sus navegadores o Java e instalando complementos como Autofirm@.

Decenas de miles de personas ya han participado en el proceso y todavía falta mucha gente por inscribirse, aunque no lo han hecho aún porque siguen dando vueltas por el delirio burocrático que la Junta ha preparado, tramitando certificados digitales, escaneando documentos o descifrando instrucciones; esperando pacientemente a que una saturada Web del Emplead@ Públic@ dejé de emitir mensajes de error y les deje continuar con un tedioso proceso de inscripción que puede prolongarse horas; o actualizando sus navegadores o Java e instalando complementos como Autofirm@. Hay quienes optan por inscribirse de madrugada para evitar el atasco matutino de la web, peor que el de las autovías de acceso a nuestras capitales. La avalancha de solicitudes de certificados digitales ha afectado también al tráfico web de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que ha sufrido errores y atascos sin precedentes. Hay quienes han gastado dinero en actualizar su equipo informático. Y quien no tiene ordenador y no sabe adónde acudir. Así que no pocas personas optan por abandonar el proceso y resignarse a la precariedad laboral.

Ayer mismo la Junta amplió el plazo que inicialmente acababa el 30 de enero hasta el 7 de febrero, reconociendo de este modo que esto no marcha bien, pero esta medida nos parece insuficiente porque no soluciona la increíble cantidad de problemas que se han generado, solo aplaza el final y prolonga la agonía de quienes finalmente no lo consigan.

Desde CGT pensamos que la habilitación como único camino del sistema electrónico de acceso es un atropello a los derechos de la ciudadanía y un ataque forntal contra la gente menos preparada. La Administración andaluza aseguraba en la convocatoria que iba a habilitar puntos de acceso asistidos en sus instalaciones, pero no lo ha hecho y solo lo garantiza para los menores de 18 años, incumpliendo sus propias bases de convocatoria.

Independientemene de otras mejoras y soluciones tecnológicas y de la confección de unas instrucciones más claras, accesibles y detalladas, la solución pasa por habilitar un sistema alternativo de inscripción presencial y atendida y no una simple e insuficiente prolongación de plazo.

Sevilla, 22 de enero de 2020


Fuente: CGT-Andalucía, Ceuta y Melilla