En un comunicado, la central sindical considera “injustos” los elevados salarios que se asignan los políticos y denuncia “la financiación encubierta” que los partidos hacen del dinero público, “por su falta de transparencia”.

En un comunicado, la central sindical considera “injustos” los elevados salarios que se asignan los políticos y denuncia “la financiación encubierta” que los partidos hacen del dinero público, “por su falta de transparencia”.

La CGT se ha desmarcado de la Plataforma Anti-saqueo, auspiciada por varios colectivos de la ciudad para protestar contra los altos sueldos de los políticos, al considerar que esta cuestión “no es el núcleo principal de los problemas del pueblo de Jerez”.

Igualmente, entiende que los ciudadanos no deben estar de espaldas ante los “grandes despilfarros” del Ayuntamiento” y exige que la totalidad de los gastos municipales sean de dominio público. Al respecto, esta central sindical señala que los salarios de los políticos son “una pequeña parte del iceberg de los gastos públicos en Jerez” y muestra su extrañeza de que salgan ahora a la luz “cuando nos consta que vienen siendo tan elevados desde hace varias legislaturas, con la salvedad de que ahora lo que sigue aumentando son los asesores y puestos fantasmas para los concejales retirados y al servicio del partido”.

Por contra, señala que “los grandes despilfarros son las obras faraónicas del Circuito, los gastos incontrolados en urbanismo, con tantas obras escaparates y siempre al servicio de una campaña y de un partido”, además de denunciar “el dinero que se reparte a espuertas al servicio de una determinada corriente ideológica, el folklore de las hermandades, peñas, asociaciones de vecinos manipuladas, etc” .

Por último, la CGT pide que se conozcan la totalidad de los gastos presupuestarios para aplicarles sus “prioridades”, al tiempo que denuncia “las necesidades que hay en los barrios periféricos, en las barriadas y en las pedanías que no se cubren, no se presupuestan ni tan siquiera se analizan”.

Por todo ello, concluye que “los problemas de Jerez no son puntuales (por un salario), sino que son globales y como tales hay que investigarlos, analizarlos y proponer alternativas”