Desde el mes de julio de 2009 la OCP (empresa líder en la extracción de fosfatos) despidió abusivamente a 850 obreros que trabajaban en su filial SMESI por haber constituido legalmente su sección sindical, y para obligarlos a pasar por sociedades de subcontratación constituidas en su mayoría por antiguos directivos de la OCP, con contratos temporales de3 meses.

Desde el mes de julio de 2009 la OCP (empresa líder en la extracción de fosfatos) despidió abusivamente a 850 obreros que trabajaban en su filial SMESI por haber constituido legalmente su sección sindical, y para obligarlos a pasar por sociedades de subcontratación constituidas en su mayoría por antiguos directivos de la OCP, con contratos temporales de3 meses.

Desde esa fecha la lucha de de estos 850 trabajadores y sus familias no ha cesado, contando con el apoyo de diferentes organizaciones y colectivos tanto a nivel nacional como internacional.

Ante este clamor popular la respuesta gubernamental se basa desde el principio en la represión, tal y como ocurrió el pasado día 25 de febrero. Tras prohibir una concentración el día 20 (frente a las oficinas de la OCP) y posteriormente reprimir de forma salvaje la marcha organizada el día 23 (hacia la prefectura de Khouribga), las fuerzas policiales han golpeado con dureza a numerosas personas que se participaban en la concentración organizada por los 850 trabajadores despedidos injustamente por la OCP, con numerosas personas detenidas y hospitalizadas.

Por todo lo expuesto desde la Confederación General del Trabajo (CGT) del Estado Español queremos mostrar nuestra repulsa ante estos sucesos y manifestar nuestro apoyo a su justa lucha.

Consideramos intolerables las prácticas laborales de despidos injustificados

Exigimos el reintegro de los trabajadores a sus puestos de trabajo

Exigimos el respeto a los derechos y libertades sindicales y el reconocimiento de las reivindicaciones laborales de estos 850 trabajadores.

Para finalizar solicitamos al gobierno de Marruecos el cese de la represión hacia unos trabajadores que lo único que defienden es un puesto de trabajo.

Jose Pascual Rubio Cano,
Scr Relaciones internacionales de CGT


La CGT de l’État espagnol est solidaire des travailleurs de SEMSI (Maroc).

Depuis le mois de juillet 2009, l’OCP (entreprise leader dans l’extraction de phosphates) a licencié abusivement 850 ouvriers qui travaillaient dans sa filiale SMESI, parce qu’ils avaient constitué légalement leur section syndicale et pour les obliger à passer par des sociétés de sous-traitance constituées en majorité d’anciens cadres de l’OCP, avec des contrats temporaires de trois mois.

Depuis cette date, la lutte de ces 850 travailleurs et de leurs familles n’a pas cessé, avec le soutien de différentes organisations et collectifs tant au niveau national qu’au niveau international.

Devant la clameur populaire, la réponse gouvernementale s’est fondée dès le début sur la répression, comme cela s’est passé le 25 février dernier. Après avoir interdit le 20 un rassemblement en face des bureaux de l’OCP, et avoir ensuite réprimé sauvagement la manifestation organisée le 23 en direction de la préfecture de Khouribga, les forces de police ont frappé violemment de nombreuses personnes qui participaient au rassemblement organisé par les 850 travailleurs licenciés injustement par l’OCP, avec un bilan de nombreuses personnes arrêtées et hospitalisées.

Pour toutes ces raisons, la Confédération Générale du Travail (CGT) de l’État espagnol veut manifester sa condamnations de tels faits et son soutien à cette juste lutte.

Nous considérons comme intolérables les pratiques patronales de licenciements injustifiés.

Nous exigeons la réintégration des travailleurs dans leurs postes de travail.

Nous exigeons le respect des droits et libertés syndicaux et la reconnaissance des revendications de ces 850 travailleurs.

Pour terminer, nous demandons au Gouvernement marocain l’arrêt de la répression envers des travailleurs qui ne défendent que leur emploi.

José Pascual Rubio Cano,
Secrétaire aux Relations internationales
de la CGT de l’État espagnol.


Fuente: Sec. RR.II. CGT