Durante los últimos días la ciudad de Barcelona y su área metropolitana han vuelto a ser noticia por su pobre calidad del aire, que continúa incumpliendo los límites legales de la UE y está muy por encima de los que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), aún más restrictivos.

La semana pasada se publicaba el informe anual de Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire en España, elaborado a partir de los datos oficiales que publica cada administración autonómica, y que indica que el 22% de la población española respira aire contaminado por encima de los límites legales de la UE. Si se tienen en cuenta los valores recomendados por la OMS, la población que respira aire contaminado se incrementa hasta los 44,3 millones de personas, es decir, un 94% de la población.

La semana pasada se publicaba el informe anual de Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire en España, elaborado a partir de los datos oficiales que publica cada administración autonómica, y que indica que el 22% de la población española respira aire contaminado por encima de los límites legales de la UE. Si se tienen en cuenta los valores recomendados por la OMS, la población que respira aire contaminado se incrementa hasta los 44,3 millones de personas, es decir, un 94% de la población.

En Barcelona los dos principales contaminantes siguen siendo los óxidos de nitrógeno y las partículas en suspensión, ambos producidos fundamentalmente a causa del tráfico y la actividad industrial, y en menor medida por el tráfico marítimo del puerto. Los límites legales se encuentran en una media anual de 40 microgramos de NO2 por metro cúbico de aire (μg/m3), que fue excedido en varias estaciones de medida de la ciudad. Las estaciones de Gracia, Sant Gervasi y Eixample son las que alcanzan unos valores más elevados. En cuanto a las partículas (PM10 y PM2, 5) el límite se encuentra en una media anual de 40 y 25 μg/m3 respectivamente y también ha sido excedido en varias estaciones de medida. En el caso de las partículas las superaciones son más graves, especialmente en la estación de medida situada en Sants. En general Barcelona presenta mejores niveles de NO2 que de partículas, pero aún queda mucho por hacer para alcanzar, como mínimo, los límites legales.

La contaminación atmosférica afecta gravemente la salud de las personas, los ecosistemas y cultivos y también contribuye a acelerar el cambio climático. Estudios de la Comisión Europea calculan que en España mueren ocho veces más personas a causa de la contaminación que los accidentes de tráfico, 3.500 muertes anuales en el área metropolitana de Barcelona, ​​según expertos en epidemiología.

A pesar de tener sobre la mesa unas cifras tan graves, la información a la población es muy mejorable y los planes de las administraciones para reducirla no son lo suficientemente ambiciosos. La falta de voluntad política para afrontar este problema es patente. Y es que el límite de la legislatura se aprobó a nivel estatal un Plan de Mejora de la Calidad del Aire que no se ha implementado y que, además, la actual gobierno quiere modificar para hacer «más realista». Por su parte, las medidas de la Generalitat expuestas al Plan de Mejora aprobado por el actual Gobierno parecen más encaminadas a actuar durante los picos de contaminación, como la reducción de emisiones de eléctricas y cementeras durante los períodos de contaminación ambiental, que a rebajar la contaminación de forma sostenida, lo que implicaría actuar de forma contundente sobre las políticas de movilidad, y que va mucho más allá de impulsar un vehículo eléctrico que todavía puede hacer poco para reducir las emisiones a nivel global.

Este verano, la Comisión Europea rechazó la prórroga que la Generalitat había pedido para las zonas más contaminadas, aduciendo precisamente que era necesario introducir medidas más estrictas para garantizar el cumplimiento con los niveles legales, ya que los planes presentados no demostraban que alcanzara el cumplimiento cuando finalizara la prórroga. Además, desde 2009 España está denunciada por sus incumplimientos en estas materias por la Comisión Europea.

En la Favb reclamamos que la mejora de la calidad del aire sea un problema central en la agenda política y que las medidas sean adecuadas para garantizar la salud de los ciudadanos y ciudadanas de Barcelona. No se puede seguir rehuyendo la necesidad de reducir el volumen de tráfico en la ciudad; en Europa hay alternativas implementadas con éxito en ciudades muy diferentes de países de todo tipo. En Barcelona también ha de ser posible. Apostamos por medidas que pongan la información sobre calidad del aire al alcance de todos y que a la vez sirvan para concienciar del problema, como la instalación de paneles informativos, y también por medidas que desincentiven el uso del vehículo privado motorizado, dimensionando adecuadamente su papel dentro de la ciudad y que potencien los desplazamientos en transporte público, a pie y en bicicleta.

Barcelona, ​​9 de octubre de 2012

Favb


Fuente: Favb